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Con humildad y el irrefrenable impulso de su contundencia, Adrián Martínez se metió de lleno en la historia de Racing. El gol que marcó en Liniers, el que posibilitó el triunfo celeste y blanco, tiene un valor muy simbólico. No sólo por el resultado; también, porque se trató del número 50. Sí, Maravilla llegó al medio centenar de gritos con la Academia, se corporizó en el máximo artillero de la actual edición de la Copa Libertadores y, como si fuera poco, provocó la expulsión de Lisandro Magallán.
Desde el primer minuto, el delantero nacido en Campana buscó fajarse con el marcador central. Metió el cuerpo y fue pura viveza. El defensor platense se enojó muy rápido. Fueron tantos los empujones que Wilton Sampaio los advirtió y les sacó amarilla a ambos. Finalmente, Magallán terminó expulsado por una dura infracción sobre Juan Nardoni.
«Me pegó un codazo en la boca, pero son finales, se juegan así y nada… la amarilla lo condicionó, él es central, por suerte salió bien», explicó el atacante de 32 años en el campo de juego. Todo un testimonio de que consiguió su objetivo: sacar de quicio al ex futbolista de Gimnasia, Boca y Ajax, entre otros.
Con su impacto ante Vélez, Maravilla se acercó a Diego Milito, que marcó 59 goles con la camiseta de la Academia. Ya está en el podio de los máximos top scorers de Racing en el siglo XXI, todavía lejos de Lisandro López (79). Martínez logró esa marca en 82 partidos. Además, brindó 13 asistencias.
«La verdad, muy contento. Más que nada le tengo que agradecer al equipo porque siempre crean situaciones de goles para que yo las tenga que empujar, más que nada rebotes que valen, pero hay que estar ahí. Contento, es un número importante para mí en lo personal, ojalá que sirva para la vuelta y llevarlo a las semifinales», declaró.
Maravilla lleva 9 participaciones en los goles que hizo Racing en los 9 partidos de esta Libertadores: pegó 7 gritos, un doblete ante Colo Colo y otro contra Peñarol, y anotó también anotó ante Bucaramanga, Fortaleza y Vélez; y asistió en 2 ocasiones: contra los chilenos y frente a los colombianos.
«Gustavo nos dijo que juguemos tranquilos, que sabemos a lo que jugamos. Vélez es un gran equipo, la verdad es que nos tiró abajo del arco, pero se ganó, son finales y hay que aguantar los partidos», cerró el goleador, feliz como todos esos hinchas de Racing que esperan confirmar el pase a las semifinales el martes que viene en el Cilindro. Sería un logro después de 28 años.
