Para ir por la épica a San Pablo, River necesita ganar. Y para ganar, lógico, necesita hacer goles. Entonces, la baja de Sebastián Driussi para la revancha frente a Palmeiras por un desgarro el bíceps femoral de su pierna izquierda adquiere una enorme trascendencia teniendo en cuenta que, más allá de altibajos en su rendimiento y que brilló por su ausencia en su hora de juego en la ida, es ni más ni menos que el máximo killer del equipo de Marcelo Gallardo, con 10 festejos, en lo que va de 2025.
Su semblante primero al pedir el cambio sentado en el césped al minuto 57 y -lo reemplazó Facundo Colidio- y luego al ubicarse en el banco no sólo se debió a la derrota parcial. En su interior, sabía que la molestia lo iba a privar de llegar al desquite en el Allianz Parque, diagnóstico que se confirmó este jueves por la tarde luego de los estudios por imágenes realizados en la Clínica Rossi antes de la práctica en el Camp.
El Gordo, que ya se había perdido los partidos más importantes del Mundial de Clubes por una lesión en el tobillo que le demandó una extensa recuperación, nuevamente estará ausente en un duelo trascendental para el futuro del Millonario y, en caso de una despedida en Brasil, no habrá dejado una buena última imagen en la Copa.
Sin participación ni compromiso, le faltó espíritu en esos minutos de sometimiento por parte de Palmeiras y la imagen que dejó distó demasiado de la de Maxi Salas. Porque si bien el correntino esta vez no logró marcar la diferencia, fue irreprochable su actitud a la hora de correr y luchar cada pelota como si fuera la última.
Sebastián Driussi no pudo cumplir la hora de juego frente a Palmeiras. EFE.
Hasta que dejó el campo, el Gordo había tocado 26 veces la pelota y ganado sólo uno de los cuatro duelos que protagonizó, con una cifra alta de posesiones perdidas (9) y dos remates: uno fue bloqueado y el otro pasó lejos del arco de Weverton.
Sin Driussi, protagonista de la segunda lesión muscular de River consecutiva (antes del partido se dio a conocer una distensión del Pity Martínez), Gallardo deberá meter mano obligada en el ataque. Por ser el segundo goleador del equipo en el año (9), Colidio pica en punta, mientras que Borja, de buen ingreso y que casi anota un 2-2 que hubiese sido épico, es otro candidato, con el plus de haber jugado en Palmeiras y con el aura de la ley del ex.