El cielo se prepara para un espectáculo que une la precisión de la astronomía con la profundidad del simbolismo. El 21 de septiembre tendrá lugar un eclipse solar anular, visible en algunas zonas del Pacífico Sur, Nueva Zelanda, la Polinesia Francesa y parte de la Antártida. Durante unos minutos, la Luna se interpondrá entre la Tierra y el Sol, por lo que dejará ver un aro luminoso que marcará la diferencia entre la luz y la sombra.
Más allá del fenómeno astronómico, la astrología dio a estos eventos un significado especial. Un eclipse no es visto como un día cualquiera: se concibe como una bisagra entre lo que termina y lo que comienza, un recordatorio de que la vida también se mueve en ciclos que exigen pausa, reflexión y cambio.
Este eclipse ocurre bajo el signo de Virgo, asociado con el orden, la disciplina y la claridad mental. Se trata de un momento en el que la energía colectiva impulsa a mirar hacia adentro, a reorganizar rutinas y a dejar atrás lo que ya no encaja en la vida cotidiana.
Virgo invita a observar con detenimiento los detalles y a trabajar en lo esencial. Bajo su influencia, los eclipses suelen actuar como un llamado a simplificar, a limpiar el espacio físico y emocional, y a abrir camino a proyectos que requieran concentración y constancia. Es un escenario propicio para cerrar capítulos y reconocer qué merece permanecer.
¿Por qué no manifestar durante un eclipse?
Aunque muchas prácticas espirituales asocian la Luna nueva con la oportunidad de sembrar intenciones, los eclipses son excepciones. Su energía se describe como intensa y desbordada, capaz de amplificar emociones y generar confusión.
Intentar manifestar en ese contexto puede traer resultados poco claros o incluso contrarios a lo esperado. En lugar de verlo como un portal para pedir, se debe observar sin prisa, con la certeza de que lo nuevo llegará en el momento adecuado.
Rituales por signo zodiacal
Cada signo vive los eclipses de manera distinta. Para esta fecha, los expertos en el área han recomendado ciertos gestos simbólicos por cada uno:
– Aries (escribir y soltar): poner en palabras lo que ya no suma y guardarlo hasta la próxima luna nueva. Este acto simboliza la liberación de cargas innecesarias y la posibilidad de caminar más ligero.
– Tauro (altar del placer): crear un rincón sensorial con velas, aromas y música serena. El gesto recuerda que la calma se encuentra en lo simple y que no es necesario complacer a todos para sentirse en paz.
– Géminis (cinco minutos de silencio): una meditación breve, centrada en la respiración y en visualizar pensamientos que se alejan como globos. Así la mente se despeja y la intuición encuentra espacio para hablar.
– Cáncer (carta al yo del pasado): escribir unas líneas a su versión más joven, reconociendo heridas y también avances. Guardarla se convierte en un acto de amor propio y reconciliación con la propia historia.
– Leo (la fuerza de la luz): apagar todo alrededor y encender una sola vela. Ese pequeño resplandor simboliza el brillo interior que no depende de exageraciones, sino de la esencia misma.
– Virgo (romper la rutina): cambiar un hábito, mover objetos de lugar o simplemente variar la rutina diaria. El gesto abre la puerta a la flexibilidad y permite soltar el exceso de control.
– Libra (elegir la paz): escribir en dos papeles lo que trae serenidad y lo que la arrebata. Guardar el segundo y mantener visible el primero ayuda a enfocar la energía en lo que realmente equilibra.
– Escorpio (baño purificador): sumergirse en agua con sal y hierbas, y dejar que el agua se lleve emociones pesadas y resentimientos. Visualizar ese desprendimiento es parte esencial de la limpieza.
– Sagitario (paseo en silencio): caminar sin rumbo y en silencio, y recoger un objeto simbólico del camino. Así reconecta con su esencia sin necesidad de aventuras externas.
– Capricornio (limpieza de objetos): elegir al menos tres pertenencias en desuso y dejarlas ir. Soltar lo material abre espacio a nuevas oportunidades y a un orden renovado.
– Acuario (espejo de autenticidad): escribir tres verdades personales y leerlas frente al espejo. El ejercicio reafirma la autenticidad y fortalece la coherencia con el propio ser.
– Piscis (pintar las emociones): dar forma y color a lo que se siente durante el eclipse. Interpretar después el resultado se convierte en un puente entre los sueños y la realidad.
Consejos generales para aprovechar el eclipse
Más allá de los rituales, hay prácticas sencillas que ayudan a sintonizar con la energía del eclipse sin forzar procesos. La primera es detenerse: bajar el ritmo, evitar el exceso de estímulos y dejar que el silencio haga su parte.
Escribir puede ser otra herramienta poderosa. Anotar pensamientos, emociones o recuerdos que resurgen durante estos días permite ordenar lo interno y dar forma a lo que parece caótico.
El autocuidado cobra un papel central. Dormir bien, hidratarse, mantener una alimentación ligera y realizar pausas activas ayudan a sostener la energía física y mental en momentos de intensidad.
También es recomendable proteger la salud emocional. Evitar discusiones innecesarias, reducir la exposición a ambientes tensos y priorizar actividades que generen calma son formas de cuidar el equilibrio interno.
Finalmente, se trata de aceptar el eclipse como un recordatorio de que todo fluye y cambia. Más que hacer, la clave está en permitir, confiar y acompañar con serenidad el movimiento natural de los ciclos.
Por María Paula Lozano Moreno