Una mujer de Adelaida, Australia, expresó su frustración después de 10 años de asistir al médico por diversos síntomas que los médicos ignoraron al asegurarle que tenía “ansiedad”. Pero después de tener a su segundo hijo, notó una hinchazón en su cuello que develó un diagnóstico de cáncer de tiroides raro y agresivo.
En 2015, Tameika Mcbride —de 30 años— comenzó a visitar a los médicos con síntomas menores, pero repetidamente le aseguraron que no tenía nada. “Iba a mi médico por mis síntomas y me decía que era ansiedad y que mi sangre estaba bien. Como mis síntomas no me paralizaron, y estaba feliz en general, acepté que cómo me sentía era normal”, contó, de acuerdo con el medio Mirror.
En 2019, los médicos descubrieron que Tameika tenía una tiroides hipoactiva. Le indicaron medicamentos y le dijeron que puede suceder durante el embarazo. Cuando dejó los medicamentos, “aumentó de peso” y se veía “hinchada e hinchada”, pero nuevamente le aseguraron que sus análisis de sangre eran normales.
En agosto de 2023, seis semanas después de dar a luz a su segundo hijo, Tameika notó por primera vez una hinchazón visible en su cuello: una tiroides sensible y adolorida en el lado izquierdo.
En 2015, Tameika Mcbride comenzó a visitar a los médicos con síntomas menores, pero repetidamente le aseguraron que no tenía nada. Foto: Go Fund Me.
“Los escáneres mostraron ‘algo’, pero no había suficiente información. Me dijeron que me hiciera otra exploración, pero nadie hizo un seguimiento. Como madre de dos hijos cansada y lactante, lo dejé y la hinchazón desapareció”, relató.
En noviembre de 2024, encontró un ganglio linfático inflamado en el lado izquierdo de su cuello. Finalmente, en enero de 2025, un día después de asegurarle que probablemente no era nada, un ultrasonido y una biopsia confirmaron el diagnóstico.
“Fue frustrante. Durante años había cuestionado mis síntomas y siempre me decían que era ansiedad. Que finalmente me dijeran que era cáncer fue abrumador y desgarrador”, contó.
La lucha de Tameika con diagnósticos erróneos y síntomas ignorados
En abril de 2025, dos días antes de cumplir 30 años, Tameika se sometió a una tiroidectomía total y una disección de cuello modificada radical izquierda. Durante el procedimiento, se extirparon 34 ganglios linfáticos, 12 de los cuales resultaron cancerosos. La cirugía reveló que el cáncer se había extendido por ambos lados de toda la tiroides.
Poco después, recibió una noticia aún más difícil: no solo tenía cáncer de tiroides papilar, sino una variante rara y agresiva llamada Carcinoma Papilar de Tiroides Variante Esclerosante Difusa (DSVPTC).
Se identificó una invasión linfovascular extensa, lo que significa que el cáncer se había propagado significativamente en sus pequeños vasos sanguíneos y vasos linfáticos en múltiples puntos, haciéndolo de muy alto riesgo y propenso a la recurrencia.
Un ultrasonido y una biopsia confirmaron el diagnóstico de cáncer de tiroides. Foto: Go Fund Me.
También se le diagnosticó la enfermedad de Hashimoto, una afección autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca y destruye por error la glándula tiroides, evitando que produzca suficientes hormonas. La misma prueba reveló que su cáncer era una variante rara y agresiva, y se había extendido más de lo que habían anticipado.
En junio, Tameika se sometió a la Terapia de Yodo Radioactivo (RAI), lo que requirió que se aislara en el hospital, lejos de su familia, durante 24 horas. Sin embargo, escaneos de seguimiento revelaron la persistencia de dos ganglios linfáticos cancerosos: uno detrás de su clavícula izquierda y otro en su pecho.
“Mis hijos son demasiado pequeños. Mi hija, que tiene cuatro años, sabe que estoy enferma y que tengo cáncer, pero no sabe el alcance, y mi hijo, que tiene dos años, no entiende nada”, dijo.
Tameika se sometió a una tiroidectomía total y una disección de cuello modificada radical izquierda. Foto: Go Fund Me.
Para fortalecer su sistema inmunológico y atacar las células cancerosas restantes, su médico de medicina integrativa recomendó infusiones semanales de altas dosis de Vitamina C. Estos tratamientos buscan reducir la inflamación, actuar como prooxidante para ayudar a eliminar las células cancerosas y apoyar su recuperación de la cirugía y la radiación.
Lamentablemente, estos tratamientos integrativos no están cubiertos por Medicare —el sistema de salud pública australiano—, por lo que Tameika comenzó una campaña en Go Fund Me para recaudar fondos y así poder afrontar los gastos de su tratamiento.
“Este es el momento más desafiante de mi vida, física, emocional y financieramente. Estoy muy agradecida de estar aquí y sanar, pero también estoy agotada, navegando por la fatiga, el dolor y la incertidumbre posteriores al cáncer mientras trato de mantenerme fuerte por mis hijos”, aseguró.
Mirá también
Mirá también
Pensaron que tenían resaca, se fueron a dormir y nunca más despertaron: «Queremos justicia»
Mirá también
Mirá también
“Un error muy estúpido”: condenaron a cadena perpetua a una joven estudiante en Dubai
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO
Tags relacionados