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Cuando hace unos años a Sergio Kaufman le propusieron dirigir las oficinas de Accenture en Asia basado en Singapur, supo que sería el fin de un ciclo.
Madre psicoanalista, según siempre se ocupa de recordar este ingeniero de la UBA, Kaufman había escalado todos los peldaños de esa corporación global después de la transformación de su filial en la Argentina y responsabilidades en Colombia y Chile con 15.000 personas a cargo. La posición que resignó implicaba dirigir 400.000 profesionales.
“Un día te miras al espejo y estás empezando de vuelta pero de la mejor manera por el bagaje gigante. Podría haberme ido a pescar o jugar al golf y decidí que no era lo mío”, confiesa a Clarín. Acostumbrado a tomar riesgos no dudó demasiado en convertirse en un “angel investor”, aquellos que apuestan a una start up en su etapa más embrionaria.
“Mi idea es meterme un poquito para ayudar a progresar. No soy un inversor financiero, soy un inversor de conocimiento”, define. Por cierto, acompañar estos procesos implica una tarea que abarca muchas horas laborales. Y Kaufman es consciente que puede fracasar. Confía en su bagaje y también en el olfato.
Al preguntar en qué se fija al elegir el emprendimiento, en la respuesta asoma un estándar. “Lo primero que miro es la calidad del liderazgo, lo segundo que se piense en grande con Latinoamérica como primer paso. Argentina es un gran lugar para largar como prueba piloto para mostrar que tu idea y tu capacidad de ejecución funciona. Si funciona en Argentina probablemente lo logre en el resto del mundo. Y lo que aprendí es que un líder de cualquier empresa no solo tiene que ser inteligente, sino potenciar la inteligencia del resto. Si su ego es más grande que su inteligencia, probablemente no tenga futuro. Y por supuesto me fijo mucho en la capacidad de ejecutar e implementar esas buenas ideas, en el trazo de un plan creíble que genere el negocio”.
Sergio Kaufman
En su visión, la tecnología desempeña un papel crucial. El otro factor es la calidad de la gente. “Ese es el diferencial de Argentina que puede parecer un cliché pero hay clichés que son verdad. La gente le pone la vida a su idea y genera ideas nuevas”. Observa que la macro ordenada ayuda mucho. “Si nace una Startup en Tokio de entrada le darán créditos y tiene un punto de partida” . Asegura que en Argentina hay un flujo importante de compañías incipientes y habrá sorpresas en tres a cuatro años con la irrupción de varios Unicornios, las que superan US$1.000 millones de capitalización bursátil.
-¿Cómo impacta la Inteligencia Artificial?
-Hay subsuelos debajo de lo que llamamos IA. Están los LLM (Language Models), que desarrollan modelos probabilísticos de armar respuestas a preguntas complejas y van a dar soluciones pero dentro de la caja. Por ejemplo, puedo sacarme una foto y decirle que me haga un retrato con una mezcla del estilo de Van Gogh y Picasso y juntan los dos estilos en un lindo retrato. Pero si pido que sea en un estilo nuevo hace desastres. O sea dentro de la caja es capaz. Se dice que de la mejora continua de la máquina de escribir nunca va a llegar el procesador de texto. La startup tiene que buscar nichos donde en el corto plazo pueda apalancar IA.
-¿En qué tipo de empresas invierte?
-Una firma, Mendel, desarrolló tecnología para gestionar los gastos de empresas en base a IA.. A las corporaciones les cuesta mucho traquear las erogaciones de la gente que viaja por provincias y por el mundo. Y ellos tienen una oportunidad. Otra es Nivii que utiliza la IA directamente para gestionar empresas. Invertimos además en TGA que crea videojuegos para la educación en las empresas. Esa parte lúdica de la educación tiene mucho futuro. Y estamos analizando las que prestan servicios para minería con un potencial inmenso.
-¿Existe un patrón común en el origen de los emprendedores?
-En general tienen algún tipo de colchón familiar que les permite arrancar. Muchos vienen de estudiar afuera, pero el factor común es el hambre por demostrar que ellos pueden hacer alguna diferencia y están dispuestos a cruzar ese puente entre las ideas y la realidad.
