Mientras era anunciado como el ganador del premio al mejor entrenador de la temporada 2024/25 en la gala del Balón de Oro, Luis Enrique se la pasaba dando indicaciones en Marsella (y con la clavícula fracturada, producto de una caída de la bicicleta hace quince días) para evitar la derrota de su equipo ante Olympique, por la 5° fecha de Liga de Francia. No lo conseguiría. PSG perdió 1-0, pero el legado que está dispuesto a dejar como DT intenta superar cualquier resultado. ¿Es el mejor director técnico del momento? Esta afirmación es tan subjetiva que cada uno puede tener su propio podio. Lo cierto es que el español no sólo gana y reúne elogios a nivel mundial (sobre todo luego de conseguir la Champions League para PSG en 2024) sino que además utiliza recursos o genera acciones que dan que hablar, ya sea para copiar o… no repetir. La mayoría, igual, generan buenas sensaciones.
A los 55 años, Luis Enrique dirigió un mensaje de agradecimiento en video, posando junto al trofeo. “Querría dar las gracias (al presidente del PSG) Nasser Al-Khelaïfi y sobre todo (al consejero deportivo) LuisCampos”, declaró. Y agregó: “Lo más importante es el reconocimiento de los hinchas”.
#LuisEnrique canta durante una conferencia de prensa previa al Balón de Oro 2025. Entonó una canción en honor a #OusmaneDembélé 📹 @espn_cam pic.twitter.com/RtIxtsgpqJ
— Everardo Herrera (@alpiedeldeporte) September 22, 2025
Todavía en la Argentina se debate el recurso que empezó a mostrar con el saque “copiado” del rugby. Del medio directo al lateral, a los quince metros del arco rival, como incluso arrancó PSG el partido este lunes ante Olympique. Hace tiempo lo implementó. ¿Es más ofensivo eso? ¿Puede ser tomado como desleal entregarle la pelota de esa manera al adversario? ¿Es una manera inteligente de salir a presionar bien alto al rival? Como sucede con el fútbol, todas las ideas pueden incorporarse y resultar positivas o negativas. Los saques desde el medio estilo rugby, como si patearan la pelota “al touch” mandándola al lateral de manera exprofesa ahora también es utilizado en la Premier League, la liga ejemplo para muchos, como los laterales-centro al área. ¿Cuál será la próxima moda?
Luis Enrique, valorado como entrenador y también como persona, le da importancia a los drones y la Inteligencia Artificial, pero sin dejar de escuchar su corazón o las sensaciones que le depara su mente a la hora de “vivir” un partido. Puede ser una mezcla exacta entre el fútbol de siempre y el que vendrá. Es capaz de ser campeón del máximo trofeo europeo de Clubes pero luego dirigir en el Mundial de Clubes de los Estados Unidos con shorcitos, con un look más informal como el que utilizaría en un entrenamiento.
Luis Enrique siempre fue elogiado, pero tocó el cielo deportivo con las manos cuando llevó a París Saint-Germain a ganar la Champions League por primera vez en su historia. Ya la había logrado con Lionel Messi en 2015, pero lo del año pasado fue diferente, superador. No sólo por haber levantado la Copa, sino también por las formas, un estilo ofensivo que combinó jerarquía y belleza y que apabulló a Inter de Milan en la final por 5-0.
Y cómo lo logró, también, desde la conducción del plantel. “Un jugador siempre tiene una percepción individual. Mi trabajo es que esa mentalidad y ese objetivo sean globales. Pero no creo que necesite mano dura. Todos debemos caminar juntos porque así seremos más fuertes”, pregona. Suele tener algunos chispazos porque exige la superación constante a sus dirigidos.
Cuando tuvo que tomar decisiones fuertes, no le tembló el pulso. Sucedió cuando (también en conflicto con la dirigencia) resolvió que no ataje más Gianluigi Donnarumma en PSG. El DT pretendía (incluso antes de lograr la Champions) un arquero con mejor juego con los pies, pero tras ganar el trofeo la decisión parecía más compleja. Ahora el titular de PSG es Lucas Chevalier, que llegó de Lille, por 30 millones de euros. “Quiero un portero diferente y tomé esta decisión. ‘Gigio’ es uno de los mejores porteros del mundo. Donnarumma está fuera de la convocatoria por decisión propia. Soy 100% responsable”, había dicho Luis Enrique cuando lo separó y el italiano dejó de atajar. Sus agradecimientos de este lunes hacia la dirigencia del club francés confirman que, luego de las etapas con Messi, Neymar y Mbappé, ahora el control del vestuario lo tienen el presidente y el entrenador.
Antes de esta situación se había hecho viral su charla con Kylian Mbappé sobre un video en la serie de Luis Enrique ‘No tenéis ni p… idea’, cuando el crack todavía era la figura del PSG que veía esquiva la chance de la Champions y ya se hablaba del traspaso a Real Madrid: “He leído que te gustaba Michael Jordan. Michael Jordan cogía de los huevos a todos sus compañeros y se ponía a defender como un hijo de p…Tú tienes que dar ese ejemplo, primero como persona y como jugador. De ir a presionar. Vas a tener a Cubarsi y a Ter Stegen te vas a quedar todo el partido presionando y volviendo rápido, ¿para qué? Para ser un líder”.
Y siguió: “Tú piensas que tú nos tienes que marcar los goles. Claro, tú eres un fenómeno, un top mundial, ninguna duda, pero a mí no me vale eso. Un líder de verdad es que cuando no nos puedes ayudar con los goles, porque el otro día tenías a dos jugadores de alto nivel para ti y no puedes ayudarnos. Tú nos ayudas en todo lo defensivo, coges así y dices ‘chavales, línea defensiva, quedaros ahí. Que yo voy a coger a mis dos compañeros’ porque si tú solo presionas es la hostia. Pero si encima coges a Ousmane y a Kolo Muani, o a Barcola, o a Gonzalo, o a Marco Asensio, y te pones tú como ejemplo a presionar.¿Sabes lo que tenemos? Una puta máquina de equipo. Atacando ya sé que eres Dios. No hay nadie como tú, ya lo sé. Pero el día que tú no ataques, tienes que ser el mejor jugador de la historia defendiendo. Eso es un líder. Eso es Michael Jordan”. El tiempo le dio la razón a Luis Enrique por cómo logró comulgar el mensaje interno para conformar una gran estructura colectiva. El DT logró lo que parecía imposible, que sin Mbappé haya logrado el trofeo máximo.
La última ¿innovación? a la que le dio curso fue a ver los partidos desde una de las cabinas de los estadios, bastante lejos del banco de suplentes. No fue expulsado ni debió cumplir ninguna sanción, se trató de una cuestión de “perspectiva”. En los últimos partidos ante Lens por la Ligue 1 y Atalanta por la Champions, sorprendió con una aparición suya en los palcos para observar el desarrollo del juego. “Hace tiempo que veo a los entrenadores de rugby que analizan los partidos con una perspectiva muy diferente. Me gusta la posibilidad de buscar esa mejoría», explicaba hace pocos días. En esto se hizo muy común que ayudantes de campo del entrenador principal (como sucede con Hernán Buján en el cuerpo técnico de Marcelo Gallardo) vean los partidos desde arriba, pero lo curioso es que tome esta postura el entrenador principal. Lo de Buján es un ejemplo concreto pero hoy, sobre todo en la Argentina, la mayoría tiene un colaborador que ve los encuentros desde las alturas y se comunica vía celular o handy con el banco de suplentes para pasarle información en vivo sobre lo analizado desde arriba.
Una actitud para no copiar fue la que tuvo luego de perder la final del Mundial de Clubes. PSG cayó ante el Chelsea de Enzo Fernández por 3-0 y dejó una imagen que trascendió el resultado deportivo, debido a la agresión de Luis Enrique a João Pedro. En la conferencia de prensa posterior al partido, Luis Enrique intentó minimizar el incidente. Visiblemente enojado, declaró: “Al acabar el partido hay mucha tensión. Es una situación evitable por parte de todos. Yo voy a evitar que esa trifulca pase a mayores. Como siempre, quise separar a los jugadores”. El entrenador había agregado que “hay empujones por parte de todos” y que es “fruto de la presión y de la tensión del partido”. A pesar de las imágenes que mostraban lo contrario, Luis Enrique aseveró que “esto no debería volver a ocurrir, pero yo siempre quise evitar que fuera a mayores”.
El entrenador fue galardonado este lunes con el trofeo Johan Cruyff como mejor entrenador de la temporada 2024/25. El asturiano, que ya había sido nombrado mejor entrenador del mundo en enero de 2016 cuando dirigía al Barcelona, no pudo estar presente en el teatro del Chatelet de París al hallarse a la misma hora en el Velodrome de Marsella. En su segunda temporada en París, Luis Enrique goza de un gran reconocimiento ya que levantó la liga francesa, la Champions, la Supercopa de Europa, la Supercopa de Francia y la Copa de Francia.
Pero volvió a romper los moldes en la conferencia de prensa anterior al cruce con Olympique de Marsella cuando le preguntaron ¿qué esperaba de la ceremonia de premiación? “Ya dije lo que tenía que decir al respecto. Sólo tengo una canción en mi cabeza…” Y ahí se puso a cantar: “Dembélé balón de oro, Dembélé balón de oro”. Hinchó para su jugador y él también tuvo premio.
Un Luis Enrique auténtico, un canto al fútbol y al derrumbe de estereotipos sin dejar de escuchar su corazón.