
El cuadro “Retrato de dama”, vinculado a uno de los mayores saqueos de arte durante el nazismo, fue trasladado este lunes desde Mar del Plata a Buenos Aires, donde quedó bajo estricta custodia de la Corte Suprema de Justicia. La obra, atribuida inicialmente al pintor italiano Giuseppe Ghislandi (Fra Galgario), está siendo objeto de peritajes técnicos y análisis de procedencia para determinar su autenticidad y definir su restitución.
La pieza fue localizada de forma insólita: apareció colgada en el living de una casa que estaba en venta en Mar del Plata, identificada gracias a una fotografía publicada por una inmobiliaria. El dato fue rastreado por el corresponsal neerlandés Peter Schouten, tras una investigación sobre el posible paradero de obras saqueadas a familias judías durante el Tercer Reich.
Un hallazgo de alto perfil judicial e internacional
El traslado del cuadro fue ordenado por el juez federal Santiago Inchausti, quien remarcó su alto valor histórico y diplomático, y dispuso su preservación en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, en una sala con acceso biométrico, vigilancia 24 horas y condiciones controladas de temperatura y humedad. Participaron del procedimiento funcionarios judiciales, expertos en conservación y seguridad de la Corte Suprema.
La obra es reclamada por los herederos del galerista judío neerlandés Jacques Goudstikker, quien huyó de los nazis en 1940 y murió durante su escape. Su galería en Ámsterdam fue saqueada y más de 1.100 obras fueron distribuidas entre jerarcas del Tercer Reich.
Polémica por la autoría y la denominación de la obra
Mientras que en un primer momento se pensó que el cuadro pertenecía a Ghislandi, expertos italianos como María Luisa Pacelli, directora de la Academia Carrara de Bérgamo, señalaron que la obra estaría mal atribuida, y que en realidad se trata de una pintura de Giacomo Ceruti, conocida como “Retrato de una dama con guantes y un libro”.
La mujer en cuyo domicilio apareció la pintura, Patricia Kadgien, es hija de Friedrich Kadgien, ex financista nazi y allegado a Hermann Göring, quien se radicó en la Argentina tras la guerra. Ella y su esposo fueron detenidos por encubrimiento y liberados tras entregar el cuadro. Alegaron que la obra habría sido adquirida “legítimamente” por una cuñada del padre, informó el portal La Nación.