Con un rendimiento superlativo, Faustino Oro logró su primera norma de Gran Maestro, el título máximo posible en el ajedrez. Tenía que hacer seis puntos sobre nueve posibles. Lo hizo en siete rondas, cuando todavía restan dos para que finalice el torneo Leyendas y Prodigios, que se disputa en Madrid. Entre diez jugadores participantes, Faustino, con un Elo de 2464, estaba preclasificado sexto. No era uno de los favoritos. Estos pasaban por ser el peruano Julio Granda (2628) y el hispano argentino Alan Pichot (2588). Pero Faustino arrancó con todo, ganando las primeras cuatro partidas. Pasadas las primeras cinco rondas, Faustino y Alan Pichot lideraban el torneo con 4 ½ sobre 5 posibles. En la sexta ronda se enfrentaban entre sí.
La partida, además de su obvia importancia para el torneo, tenía el atractivo de que Alan, aunque representa a España, es el mejor jugador argentino virtual. Muchos pensaban que el encuentro terminaría en tablas, como a menudo pasa en partidas importantes, pero no; Faustino salió a por todas y logró un triunfo que es un puñetazo sobre la mesa. Virtualmente le aseguró la norma de gran maestro, lo puso en inmejorable posición para ganar el torneo, y también es una declaración de poder con respecto a su fuerza ajedrecística.
Cifras frías: El norteamericano de origen indio Abhimanyu Mishra, actualmente de dieciséis años, es el gran maestro que ostenta el récord de ser el más joven de la historia en conseguir dicho título. Lo hizo a los 12 años, 4 meses, y 25 días. También había sido el maestro internacional más joven de la historia, pero Faustino Oro le arrebató ese récord. Recordemos que maestro internacional es el título inmediatamente inferior al de gran maestro, que es el título máximo del ajedrez.
Los requisitos para obtener el título de gran maestro son: conseguir tres normas (una norma implica un rendimiento notable en un torneo oficial, al ritmo de juego clásico), y alcanzar los 2500 puntos de ranking. Faustino aún no cumplió 12, le faltan tres semanas. Es decir que cuenta con más de 5 meses para batir el récord de Mishra.
Después de ver el nivel de juego exhibido por Faustino Oro en este torneo, lo doy por hecho. Algún prudente podría alegar, “no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo”, pero el joven argentino viene lanzado como un cohete. Con respecto al ranking, Faustino tenía, al comenzar este torneo, 2464, pero después de este desempeño, en la actualización del ranking del 1 de octubre, ya estaría alcanzando los 2500, siendo el más joven en conseguirlo en toda la historia del ajedrez. Y también entrará en el top 10 de Argentina, sin haber cumplido aún los doce años.
En fin, una bestia descomunal. Con el ritmo ascendente que lleva, preveo que dentro de un año estará en el equipo olímpico argentino (los cinco mejores), y no creo que tarde mucho más en ser el mejor jugador argentino absoluto, y en tres o cuatro años lo veo entrando en la élite de los mejores del mundo. Respecto a esto, fue anunciado un match de partidas rápidas entre Sandro Mareco y Faustino Oro, para mediados de noviembre en Bahía Blanca. Será una buena ocasión para medir el nivel de Faustino comparado con el mejor jugador argentino.
Más allá de los récords de precocidad, lo que impresiona al conocedor, es el estilo, y el nivel de Faustino. Sobre el estilo es de resaltar, que puede jugar partidas posicionales “quietas”, en las que en apariencia “no pasa nada”, con el mismo criterio y paciencia que lo haría un veterano. Y ya en el juego táctico, Faustino es diabólico. Ve todas las jugadas ocultas que suelen definir las partidas de ajedrez. A veces la partida transcurre en un discreto tenor, cuando de repente surge un zarpazo de Faustino que define la posición en su favor.
Un poco como dice el Martín Fierro: “Las armas son necesarias, pero naides sabe cuándo, y ansina si andás paseando, y de noche, sobre todo, debés llevarlo de modo, de que al salir salga cortando.” Sobre el nivel de juego, está claro que no tiene rival entre los de su edad. Incluso, si se toma un rango tan amplio, como los menores de veinte años de todo el mundo, Faustino está entre los 50 primeros. Nadie anteriormente jugó al nivel en que lo hace Oro. Si tomamos como referencia el nivel de Carlsen a la misma edad, Faustino está muy por delante. Luego de observar su desempeño en Madrid, habrá que dar la razón al padre, y al propio Faustino, cuando, a principios de este año, decidieron participar en torneos muy exigentes, que no parecían los adecuados para la progresión armónica de un niño ajedrecista. Sin embargo, ese duro aprendizaje, que exagerando un poco se diría terapia de choque, está dando sus frutos unos meses después. Fue un curso de magisterio acelerado y arduo, pero fructífero.
Todavía le queda una misión en las dos rondas finales, ganar el torneo. Podría alcanzar con dos tablas. Sería redondear una actuación extraordinaria.