Misiones
El trastorno causa desgaste dental y dolor muscular
Estrés, ansiedad y mala oclusión son algunas de las causas del bruxismo
El bruxismo es un trastorno que consiste en apretar o rechinar los dientes tanto durante el sueño como en vigilia. Sus causas son múltiples y van desde factores emocionales hasta alteraciones físicas y hábitos cotidianos, lo que obliga a un abordaje interdisciplinario para evitar daños severos a largo plazo.
“Podemos decir que el bruxismo es un trastorno involuntario del que una persona aprieta o rechina los dientes generalmente en la fase del sueño, pero también lo puede hacer estando despierto”, explicó la odontóloga Natalia Pucheta.
Asimismo, detalló que las principales causas están vinculadas al estrés, la ansiedad y la tensión emocional. También intervienen alteraciones del sueño como la apnea, despertares frecuentes, problemas respiratorios, mala oclusión dental y factores neurológicos menos comunes, además del consumo de sustancias que alteran el sistema nervioso como la cafeína, el alcohol, el tabaco y ciertos medicamentos.
“Estudios han demostrado que después de la pandemia ha habido un aumento tremendo en la prevalencia de bruxismo. Se relaciona con el nivel social, el estrés laboral y económico. Muchas personas liberan tensiones a través del bruxismo”, sostuvo la especialista.
De igual forma, aclaró que puede manifestarse a cualquier edad. En la infancia se da durante el recambio dentario, donde los niños tienden a producir un desgaste fisiológico de los dientes de leche que acelera este proceso.
En los jóvenes y adultos de mediana edad es más evidente, asociado a responsabilidades académicas, laborales y económicas. En cambio, en los adultos mayores disminuye al bajar los niveles de estrés y tensiones emocionales.
“Las señales más comunes son el desgaste dental, los dientes planos, astillados o con microfracturas internas. También aparecen dolores en la mandíbula, en el cuello y en la cabeza, cefaleas por contracturas musculares, sensibilidad dental y dificultades para abrir la boca”, comentó Pucheta.
Además, agregó que otra señal clara es el sonido del rechinar nocturno, generalmente advertido por la persona que comparte el descanso. A largo plazo, los daños pueden ser severos: pérdida de piezas dentarias, problemas en la articulación temporomandibular, dolores crónicos de cabeza y cuello, contracturas cervicales y una notable alteración en la calidad del sueño, especialmente cuando se combina con apnea.
Abordaje
“El uso de férulas o placas de descarga es la primera elección que buscamos los odontólogos porque protegen los dientes y reducen la tensión muscular. No eliminan la causa, pero previenen muchos daños”, manifestó la profesional.
A su vez, precisó que la toxina botulínica es otra alternativa terapéutica en casos de dolor intenso o hipertrofia muscular. Se aplica en músculos de la masticación como el masetero y el temporal, reduciendo la fuerza de contracción, aunque no constituye la primera línea de tratamiento.
“El odontólogo es el principal profesional que trata el bruxismo, pero también deben intervenir especialistas en oclusión, médicos clínicos, neurólogos, neumonólogos, psicólogos, psiquiatras, fisioterapeutas y kinesiólogos”, expresó la odontóloga.
De esta manera, subrayó que la psicoterapia y la psiquiatría son fundamentales, ya que permiten abordar el estrés y la ansiedad que originan gran parte de los casos.
También resaltó la importancia de la fisioterapia y la kinesiología, ya que estos profesionales enseñan ejercicios para relajar la musculatura mandibular y cervical, contribuyendo a descontracturar y reducir las molestias.
“El bruxismo puede desaparecer por completo en los niños tras el recambio dental, pero en adultos no siempre ocurre. Lo que sí podemos hacer es controlarlo y evitar daños con un manejo adecuado del estrés y el uso de férulas”, dijo Pucheta.
En cuanto a medidas preventivas, recomendó evitar sustancias excitantes del sistema nervioso como café, alcohol, tabaco, bebidas con guaraná o ginseng, sobre todo antes de dormir.
También aconsejó mantener rutinas de descanso, practicar técnicas de relajación como meditación, yoga y respiración, realizar baños calientes nocturnos, y eliminar hábitos como masticar chicle, que estimulan en exceso los músculos de la masticación.
“Siempre recomiendo a los pacientes evitar café, alcohol o tabaco en exceso y preparar el cuerpo para el descanso sin sustancias que alteren el sistema nervioso. Mantener una buena higiene del sueño es fundamental”, señaló la odontóloga.
Igualmente, explicó que los tratamientos actuales son múltiples y suelen aplicarse de forma combinada. Incluyen férulas de descarga para proteger las piezas dentarias, terapias psicológicas con enfoque cognitivo-conductual, fisioterapia para liberar contracturas, relajantes musculares y, en casos seleccionados, la aplicación de bótox en los músculos más afectados.
“La clave es analizar, evaluar y diagnosticar bien el bruxismo para ofrecer al paciente la mejor opción, que puede ser un solo tratamiento o la combinación de varios”, expresó Pucheta.
La profesional cuenta con una sólida formación académica y docente: es especialista en Armonización Orofacial, diplomada en Ortodoncia y Ortopedia de los maxilares, y docente en una especialidad en Brasil.
Su enfoque integral refleja la necesidad de atender este trastorno desde distintas disciplinas para mejorar la salud y la calidad de vida de quienes lo padecen.
El apoyo psicológico ayuda a aliviar los síntomas
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