Los cadáveres de Brenda del Castillo, Morena Verri y Lara Gutiérrez fueron hallados el miércoles en una vivienda de Florencio Varela. Las tres jóvenes habían sido vistas por última vez el viernes en la rotonda de la localidad bonaerense de La Tablada, en Monseñor Bufano y Avenida Crovara, en donde las recogió una camioneta Chevrolet Tracker blanca, y desde entonces habían perdido contacto con sus familias.
Según la investigación, las chicas fueron torturadas, asesinadas y enterradas en esa casa, situada en Jáchal y Chañar, en la misma zona donde se registró la última señal del celular de una de las chicas.
Nuevas imágenes reproducidas por LN+, exhibieron el interior de la casa del horror. En el video se ve el jardín en el que fueron fueron hallados los restos.
Cuerpos y objetos quemados
Los investigadores encontraron los tres cuerpos desmembrados y tapados con escombros; dos de ellos, dentro de bolsas de residuos. Una versión inicial sostiene que las asesinaron el mismo día de su desaparición antes de amontonar sus restos en una fosa.
En las imágenes también se pueden ver restos de ropa y otros objetos que examinó durante el miércoles la Policía Científica. Junto a un árbol, además, figuran otros objetos quemados. La casa se encontraba el desalojada.
Avanza la investigación
La investigación gira en torno a un aparente entramado que involucra redes de prostitución con vínculos con el narcotráfico y ajustes de cuentas. La hipótesis principal del triple crimen sostiene una venganza de una banda de narcotraficantes peruanos porque, supuestamente, una de las jóvenes se habría quedado con un alijo de cocaína.
Seis detenidos. Ese es el número de los arrestados por su presunta vinculación con el triple crimen. El martes pasado, cuando se hizo un procedimiento de urgencia en el domicilio donde, finalmente, fueron encontrados los cuerpos de las víctimas, se detuvo a cuatro sospechosos: dos parejas, una propietaria de la casa ubicada en Jáchal y Chañar y la otra encargada de limpiar la escena del crimen.
Andrés Parra, Miguel Villanueva Silva, Celeste González Guerrero y Daniela Ibarra se negaron a declarar cuando fueron indagados. Los cuatro fueron imputados por “homicidio calificado por haber sido cometido con el concurso premeditado de dos o más personas, por ser cometido por alevosía y ensañamiento y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediante violencia de género”.
El viernes fue capturado en Villazón, Bolivia, un quinto integrante de la banda, Lázaro Víctor Sotacuro y el sábado un joven de 29 años acusado de cavar un pozo y haber enterrado los cuerpos de Brenda, Morena y Lara. Se espera que este lunes por la mañana ambos declaren ante el fiscal a cargo del caso, Adrián Arribas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en homicidios de La Matanza.
En paralelo, continúa la intensa búsqueda de Janzen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”, apuntado como el cerebro detrás del triple homicidio. Las autoridades también buscan a Mauricio Ozorio, un joven argentino de 28 años sospechado de ser el ladero de Pequeño J.
Detalles de la autopsia
Brenda, Morena y Lara fueron torturadas antes de ser asesinadas por sicarios bajo el mando de un jefe narco peruano.
Según fuentes oficiales, a Lara le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda y una oreja, antes de cortarle el cuello. A Brenda le asestaron varios puntazos en el cuello para torturarla, la golpearon en la cara y le propinaron un golpe fatal que le provocó aplastamiento macizo facial. Después de matarla, los asesinos le abrieron el abdomen. Morena también fue sometida a una golpiza en el rostro antes de quebrarle el cuello para matarla.
“Pequeño J”
Tiene apenas 23 años. Se hace llamar Pequeño J o Julito. Es de nacionalidad peruana y está sindicado como el capo narco que ordenó torturar y matar a Morena Verri, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez. Su base de operaciones es la villa 21-24, en el límite entre los barrios porteños de Barracas y Nueva Pompeya.
“Es un desquiciado. Decidió disciplinar a sus lugartenientes mostrando lo que es capaz de hacer para construir autoridad”, sostuvo el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, sobre Pequeño J. y su decisión de transmitir por Instagram las torturas de las que fueron víctimas Verri, de 20 años; Del Castillo, de 20, y Gutiérrez, de 15.
“Se peleaban por ver quién iba a llevar mi ataúd”
Antonio, el abuelo de Brenda Del Castillo y Morena Verdi, dos de las chicas encontradas muertas en una vivienda de Florencio Varela, afirmó en diálogo con un móvil de LN+ que “después de la autopsia la familia quedó destrozada. No podemos parar de llorar”.
“Brenda y Morena siempre se peleaban para ver quien iba a llevar la manija de mi ataúd. Brenda decía: ‘la manija de adelante la voy a llevar yo, Tata’. Y yo ahora tengo que llevar la manija del cajón ella», recordó Antonio. Sobre su entorno familiar, agregó: “Mi señora llora, mi hija llora: no podemos parar de llorar”.
El primo de Brenda y Morena: “El fiscal Gastón Dupláa es un impresentable”
“El fiscal Gastón Dupláa es un impresentable”. Así definió Federico Celedón, primo de Brenda Castillo (20) y Morena Verri (20), al fiscal titular de la UFI N°2 descentralizada de La Matanza. “En la fiscalía arrancaron con el pie izquierdo, porque el viernes, cuando fuimos a hacer la denuncia, nos dijeron que teníamos que esperar hasta el lunes para encontrar a alguien de turno”.
En diálogo con un móvil de LN+, Celedón manifestó que “ya no espera nada de nadie” y que solo piensa en estar con su familia. “Que la policía se ponga las pilas para investigar bien a fondo todo esto. Porque estoy convencido que nunca va a desaparecer el familiar de un empresario o un político”, remató.
Un método más violento y sanguinario
El abogado penalista Rodolfo Zárate visitó los estudios de LN+ para analizar el triple crimen en Florencio Varela. “Este delito se tipifica como narcofemicidio porque cuando un narco mata a su víctima no utiliza los mismos métodos“, dijo Zárate. ”Cuando son mujeres utilizan un método más violento y sanguinario“, detalló el especialista.
Además, analizó los nuevos organigramas de las bandas narco. “Estas organizaciones ya no son como antes cuando, desde la cabeza hasta el último eslabón, era toda la misma cadena. Ahora actúan como células independientes”, explicó el abogado.
6 detenidos
Hasta el momento hay doce personas detenidas. Entre ellos dos parejas, una propietaria de la casa ubicada en Jáchal y Chañar, donde la policía encontró los cadáveres y la otra encargada de limpiar la escena del crimen.
Esos cuatros sospechosos detenidos fueron identificados como Miguel Ángel Villanueva Silva, de 27 años, de nacionalidad peruana, Daniela Ibarra, de 19, Andrés Maximiliano Parra, de 18 años, y Magalí Celeste González Guerrero, de 28 años. El jueves se negaron a declarar y seguirán presos. El fiscal Gastón Duplaá los notificó que los acusaba de “homicidio calificado por haber sido cometido con el concurso premeditado de dos o más personas, por ser cometido por alevosía y ensañamiento y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediante violencia de género”.
En allanamientos el miércoles en la villa Zavaleta, la policía detuvo a ocho acusados de integrar la organización que asesinó a las chicas de La Matanza. Sin embargo, habrían quedado en libertad, ya que según fuentes judiciales, ninguno de los sospechosos quedó formalmente imputado. En tanto, la policía busca a “Pequeño Jota”, el supuesto narco peruano que usaba las villas Zavaleta y 1-11.14 como base de operaciones para el tráfico de drogas y a Mauricio Ozorio, un joven argentino de 28 años sospechado de ser su ladero.
El viernes fue capturado en Villazón, Bolivia, un quinto integrante de la banda, Lázaro Víctor Sotacuro y el sábado, Ariel Giménez un joven de 29 años acusado de cavar un pozo y haber enterrado los cuerpos de Brenda, Morena y Lara.
El papá de Brenda: “No pude reconocer el cuerpo de mi hija”
“Me hicieron firmar un papel y no me dejaron reconocer el cuerpo de mi hija”. Así reconstruyó Leonel, el padre de Brenda, su experiencia en la morgue de Lomas de Zamora. “A la madre de Brenda le mostraron un brazo, que puede ser el de cualquier mujer”, relató.
En su declaración a los medios y mostrando su celular, Leonel dijo: “Si quieren les muestro mi teléfono para que vean: no tengo ni un llamado de la fiscalía, es una vergüenza”. Además, el hombre reconoció “no tener idea” sobre quién es “Pequeño J”. Por último, confesó: “La única paz que puedo obtener es que me digan la verdad”.
La opinión de dos especialistas
“La escena del crimen, por lo que se sabe, es bastante grotesca, lo que seguramente va a permitir dar con el paradero de los autores del hecho”. Ese fue el análisis del licenciado en Criminalística Cristian Méndez en su visita a LN+.
Por su parte, Héctor Muzzio, exoficial de la Policía bonaerense, subrayó que “los movimientos del narcotráfico en las fronteras argentinas son muy porosos”. “Lo que viene fallando en este tipo de delitos es la prevención”, aseveró Muzzio.