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El triunfo por 2-0 ante Godoy el sábado no solo fue una victoria necesaria después de tres partidos, todos clásicos, donde San Lorenzo no había conseguido sumar de a tres (0-0 Huracán, 0-2 Racing y 1-1 Independiente) sino que también sirvió para lograr algo que todavía no había podido conseguir el equipo desde que comenzó la etapa de Damián Ayude como entrenador: ganar por más de un gol de diferencia…
Sí, es que está claro que el conjunto azulgrana tiene sus mayores virtudes en el aspecto defensivo, donde le convierten poco y hasta es uno de los pocos equipos -el otro es Riestra- que hasta el momento no recibió goles en este Torneo Clausura jugando en condición de local. Sin embargo, la faceta ofensiva es una cuenta pendiente…
En varios partidos le costó mucho generar situaciones y, por consiguiente, no se le hace nada sencillo convertir, no por nada tiene apenas ocho tantos a favor en los diez partidos que se llevan disputados y Andrés Vombergar, goleador cuervo en el torneo pasado, todavía no consiguió marcar en este campeonato y hasta perdió su lugar en la formación inicial.
Es cierto que con Ayude ya había metido un doblete en la primera fecha ante Talleres, pero ese día en Córdoba el triunfo igual fue ajustado: porque si bien Cuello abrió la cuenta, Sequeira lo igualó y en el complemento el CASLA se llevó los tres puntos por el gol en contra del colombiano Juan Portilla.
Para encontrar un triunfo por dos goles de ventaja o más había que viajar en el tiempo hasta las épocas de Miguel Ángel Russo y buscar bastante, porque tampoco fue algo que se repitió demasiadas veces. La última vez fue en febrero de este año, cuando venció 2-0 a Gimnasia en el Bosque gracias a los goles de Vombergar y Cecchini.
Incluso, si la estadística se busca en el Bidegain, es necesario irse todavía más atrás: fue con Pipi Romagnoli como técnico, en agosto del año pasado, cuando superó 2-0 a Talleres con tantos de Cuello y Elián Irala por la fecha 12 del torneo.
Por eso, el triunfo ante Godoy Cruz lo hizo dos veces feliz al Ciclón…
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