En medio de la noche, el cerebro humano despliega escenas que a veces parecen recuerdos, otras veces fantasías. Los sueños han acompañado a las personas desde siempre, y han sido interpretados como mensajes, símbolos o simples productos del azar.
Las culturas antiguas les daban significados místicos. En Egipto y Mesopotamia existían manuales de interpretación que vinculaban cada imagen con un presagio. En Grecia, Aristóteles intentó darles un enfoque más racional, asociándolos con la actividad sensorial durante el descanso.
Con el paso de los siglos, los sueños entraron también en el terreno de la ciencia. Freud y Jung los convirtieron en ejes de su teoría psicológica, aunque con enfoques distintos: uno los veía como expresiones de deseos reprimidos y el otro como símbolos universales del inconsciente colectivo.
Actualmente, los avances en neurología permiten entender que soñar es parte de un proceso fisiológico clave, asociado a la fase REM del sueño. Sin embargo, existen personas que aseguran no poder soñar nunca.
¿Por qué es importante la habilidad de soñar?
Los investigadores coinciden en que los sueños cumplen varias funciones. Los sueños se producen principalmente durante el sueño REM y están relacionados con la consolidación de la memoria, el procesamiento emocional y la creatividad. En general, se han propuesto tres grandes enfoques para explicar su función:
Soñar consolida los recuerdos.
- Consolidación de recuerdos:
Estudios de la Harvard Medical School indican que soñar ayuda a organizar la información adquirida durante el día y a fijar recuerdos en la memoria de largo plazo.
- Regulación emocional:
Un artículo publicado en Frontiers in Psychology explica que los sueños permiten procesar experiencias cargadas de emociones, reduciendo la intensidad con la que se recuerdan al despertar.
- Estimulación cognitiva:
Algunos neurocientíficos consideran que soñar contribuye a la resolución de problemas, al combinar elementos de la vida real con escenarios imaginados.
Hay gente que no sueña.
¿Cómo se llama el curioso síndrome de las personas que no pueden soñar?
El fenómeno contrario, es decir, no soñar, se conoce como asomnia o síndrome de ausencia de ensoñación. De acuerdo con un estudio del Journal of Sleep Research, las personas con este síndrome describen un sueño profundo sin actividad onírica, lo que plantea interrogantes sobre cómo su cerebro consolida recuerdos y emociones.
Además de la asomnia, existe otra condición llamada afantasía, que no impide soñar, pero sí visualizar imágenes mentales de manera consciente. Según la Cognitive Neuroscience Society, quienes la padecen suelen tener sueños menos vívidos o de difícil recuerdo.
La neurociencia continúa investigando estas variantes poco comunes. La National Institute of Neurological Disorders and Stroke señala que la falta de ensoñación puede estar vinculada a alteraciones en la actividad de ciertas áreas cerebrales, como la corteza prefrontal o el hipocampo.
Los especialistas coinciden en que los sueños son una ventana única al funcionamiento del cerebro, pero también un misterio por resolver. Entre lo biológico, lo psicológico y lo cultural, el terreno de los sueños sigue siendo uno de los más fascinantes del estudio humano.
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