Boca entró en la parte decisiva del semestre con una misión clara: sumar de a tres para acercarse a los primeros puestos de su zona y volver a meterse en la pelea por la Copa Libertadores en la tabla anual. Sin embargo, hay un registro que atenta contra estos objetivos: la falta de goles de sus delanteros y de los jugadores que deberían aportar en la red. En este contexto, la pelota parada se convirtió en el arma más confiable del equipo.
Con Miguel Ángel Russo al mando, el esquema osciló entre el doble 9 o el llanero solitario que siempre recayó en la figura de Miguel Merentiel. La Bestia, justamente, es el máximo anotador del plantel en el semestre convirtió tres goles desde que asumió el DT: un golazo al Bayern en el Mundial, uno a Banfield y otro a Central Córdoba.
Edinson Cavani, en cambio, apenas suma dos goles en 14 partidos dirigidos por Russo: el descuento agónico -y tras perder varias chances- frente a Atlético Tucumán por Copa Argentina y, luego, un gol de cabeza en la línea ante Banfield.
Cavani, ahora lesionado, con Merentiel. El equipo no tiene gol en sus delanteros.
Con menor aporte aún
Milton Giménez también aparece en la lista, con un solo gol (el empate agónico ante Racing). Detrás están Alan Velasco y Exequiel Zeballos, ambos con un gol cada uno ante Independiente Rivadavia. Y completa la tabla Paredes, que convirtió de penal frente a Defensa y Justicia.
A esto se suman varios jugadores con sequías largas: Carlos Palacios lleva 10 partidos sin marcar, Kevin Zenón acumula ocho (con menos minutos) sin anotar, y Brian Aguirre lo mismo, aunque con más participación y desde una posición más retrasada.
De los delanteros, la Bestia es el máximo goleador de la era Russo.
El peso de la pelota parada
Incluso antes de la llegada de Leandro Paredes, Boca ya mostraba efectividad en jugadas de pelota parada. Pero con él en cancha, esta tendencia se potenció. Rodrigo Battaglia suma cuatro goles (uno en el Mundial de Clubes y tres seguidos ante Central, Aldosivi y Central Córdoba), mientras que Lautaro Di Lollo anotó tres (Mundial, Unión y Aldosivi).
En total, siete tantos llegaron desde esa vía, lo que marca claramente cuál es la principal vía de gol del equipo. Sumado a las grandes ocasiones que generó el Xeneize de esa forma.
Ante Aldosivi, ambos marcaron de cabeza.
Boca tiene un problema claro: depende demasiado de la pelota parada para generar peligro real, con Battaglia y Di Lollo como principales armas aéreas. Es una fórmula que dio resultados en varios partidos, pero si el equipo quiere meterse en la Copa y pelear en su zona, deberá empezar a complementarla con los goles de sus delanteros y volantes en la recta final.
La pelota parada, el arma principal de este Boca.
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