Por GASTON TARATUTA, fundador y CEO de Aleph
Brasil y México concentran cerca de US$ 4 trillones dólares del PBI latinoamericano (de un total de US$ 6,7 trillones.). Si sumamos Chile, Colombia, Venezuela y Nicaragua, se agregan otros US$ 800 mil millones, lo que lleva a que el 70% de la economía regional, el 75% de la población están bajo gobiernos populistas o de centro izquierda.
Un dato nada menor: la política exterior de Estados Unidos se enfrenta a un vecindario poco alineado con Washington.
En este contexto, Trump carece de aliados estratégicos en la región. Lula (Brasil), Sheinbaum (México), Petro (Colombia), Boric (Chile) y Maduro (Venezuela) mantienen relaciones tensas o distantes con Washington. La excepción es Argentina, donde Milei ha logrado convertirse en el único líder latinoamericano que capta atención real en la agenda MAGA.
Gastón Taratuta, CEO y fundador de Aleph Holding.
El anuncio de un apoyo financiero por US$ 20 mil millones sorprendió a todos. Puede parecer insignificante frente al PBI de EE.UU. (apenas el 0.00006%), pero representa una señal política de enorme valor. Milei y el ministro Caputo venían trabajando esta carta desde hace más de 24 meses, y la ejecutaron en el momento justo. Una maniobra que recuerda a la atajada de Dibu Martínez contra Francia: si no se concretaba, el resultado político podía ser de “ status “ complicado.
Milei hacia afuera es una marca registrada. El discurso de déficit cero, control de la inflación y libre mercado aún no logra plena aceptación en la política doméstica, pero hacia el exterior Milei se “vende” mucho mejor. De hecho, logró instalar la narrativa de que Argentina se salvó de la hiperinflación, aunque a costa de un fuerte desgaste interno y con un revés político fuerte en la ultima elección. Es la verdad, y cambiar el rumbo tiene un costo, sobre todo si también es cultural, con tecnicismos muy bien fundados, pero con un poco de apatía política, falta de coaliciones y un poco mas de flexibilidad.
La jugada también responde a la necesidad de EE.UU. de marcar posición ante el avance de China (5G, licencias, inversiones estratégicas), los riesgos en la triple frontera, el narcotráfico y la agenda de seguridad, los puertos y la cuestión migratoria, donde Argentina no es un problema.
Con la administración demócrata, América Latina fue relegada a “patio trasero”. Con Trump, el mensaje es distinto: quienes canten la misma agenda que MAGA tienen boleto asegurado.
Argentina logró transformarse en el único socio confiable de EE.UU. en la región, y ahora deberá aprovechar esta “soga” para llegar con aire a la próxima elección y consolidar su Proyecto del cual todos esperamos el mejor resultado, que tenga la chance de ejecutarlo y poder luego celebrar o no. Vamos Argentina.
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