Celulosa Argentina sigue parada tras su venta por US$ 1 hace 15 días y luego de que la semana pasada le aprobaron el pedido de apertura de su concurso preventivo ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de San Lorenzo, en un contexto en el que busca renegociar, bajo la órbita judicial, una deuda que trepa a US$ 128 millones.
Es incierta la reactivación de la mayor papelera del país y enfrenta una crítica crisis financiera. Sigue frenada su histórica planta en la localidad bonaerense de Zárate, al igual que la que está ubicada en Capitán Bermúdez (Santa Fe). Solo mantienen tareas de mantenimiento mínimas, con personal que no está de licencia.
Los trabajadores nucleados en la Federación de Papel denuncian que llevan dos meses sin percibir sus haberes quincenales, sumado a la deuda que acumulan por aumentos paritarios que lograron, pero no cobraron.
Aunque se presentó al cambio de dueños como “el comienzo de una etapa de fortalecimiento y proyección”, apuntan que aún no conocen los planes para recuperar la operación y sostener los puestos de empleo.
El gremio dice que aún no conoce los planes para recuperar la operación. Foto: archivo
En la última audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de Santa Fe, la nueva cúpula de Celulosa aseguró que retomará la producción “lo antes posible” y pagará las deudas salariales sin aplicar despidos. En ese sentido, señaló que espera la autorización del juez y el síndico para girar los fondos y avanzar con el pago de sueldos y de los insumos necesarios para la reactivación.
Celulosa Argentina con nuevo dueño
En mayo, Celulosa entró en default, al no poder cumplir con el pago de obligaciones financieras. En junio, presentó una propuesta de reestructuración de su pasivo. Sin embargo, todavía no pudo cerrar un acuerdo con todos los acreedores.
Algunos ya iniciaron acciones legales, entre ellos hay un pedido de quiebra. La firma dedicada a la prestación de servicios de alquiler y venta de maquinaria Tecmaco Integral presentó una demanda judicial por una deuda de $ 17 millones por dos cheques electrónicos rechazados por falta de fondos por servicios prestados en noviembre de 2024.
La reestructuración está ahora bajo la dirección de su nuevo dueño, el empresario financiero Esteban Antonio Nofal, que ganó el control mayoritario. Es dueño de la financiera CIMA Investments S.A. e hijo de Luis Benjamín Nofal, cofundador junto a Carlos Ávila de Torneos y Competencias S.A., hoy Torneos.
Según se informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV), así la papelera deja de ser controlada por Tapebicuá Investment Company, fondo integrado por los empresarios José Urtubey −hermano del exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey−, Douglas Albrecht y Juan Collado, junto con otros accionistas minoritarios. En detalle, Nofal adquirió 452,6 millones de acciones clase B equivalentes al 45,5% del capital social.
El comunicado enviado a la CNV aclaró que “como consecuencia del cambio de control”, el comprador “se encuentra obligado a lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) por la totalidad de las acciones
Según sus últimos resultados financieros al 31 de mayo, la papelera registró una pérdida semestral de $ 172.634 millones, en contraste con el periodo anterior, cuando reportó una ganancia de $ 37.831 millones. La caída de 44% en sus ingresos interanuales se suma al patrimonio neto negativo.
SN