Misiones
San Pedro
Más de 200 mil árboles para recuperar corredores de biodiversidad y preservar al yaguareté
Con un fuerte enfoque actual en ejecutar proyectos en la zona rural de San Pedro, la Fundación Vida Silvestre aúna esfuerzos en su ímpetu de restaurar la selva en áreas mayormente productivas con el firme propósito de restaurar los corredores biológicos y así reforzar la conectividad de la selva entre el Parque Provincial Cruce Caballero y la Reserva de Biósfera Yabotí. Ya llevan plantados más 200 mil árboles y recuperadas 640 hectáreas.
El trabajo que realiza Vida Silvestre es de suma importancia tanto por su aporte al planeta como por planificar proyectos y estrategias viables, enfocadas en la reconstrucción del paisaje de manera integral, eso es, sin dejar de atender la realidad de las familias que residen en las zonas que forman parte de este valioso corredor, donde queda bosque nativo que aún conservan la memoria del rugido del yaguareté.
Detrás de cada árbol que se vuelve a incorporar, reconstruyen los corredores de biodiversidad que permitan que el yaguareté, pueda moverse, cazar, reproducirse y así, conservar y recuperar su población.
En se sentido Claudia Amicone, especialista en restauración y comunidad de la Fundación Vida Silvestre Argentina indico “Desde Vida Silvestre estamos convencidos de la necesidad de recuperar la selva misionera no sólo para el yaguareté y la biodiversidad, sino también para las personas ya que los beneficios o servicios ecosistémicos que brinda el monte son esenciales para el bienestar y para afrontar el cambio climático”.
Además, se refirió al valor ambiental de los lugares donde llevan adelante cada intervención que “Nuestro trabajo de restauración lo realizamos en sitios de alto valor para el hábitat del yaguareté en donde, mediante diversos estudios, las necesidades de intervención para no perder la conectividad de los grandes bloques de selva que quedan en Misiones son urgentes” destacó Amicone.
La especialista hizo énfasis en que se trata de acciones cruciales para preservar al mayor felino de América y especie bandera del ecosistema “Sin selva, no hay fauna. Sin conectividad ecológica, el yaguareté no tiene futuro. Cada hectárea restaurada es una pieza clave en el rompecabezas de la conservación”.
Para lograr ese propósito; el de recuperar el habitad del Yaguareté, no solo basta con la llegada de vida silvestre a cada lugar, es necesario despertar el interés y generar conciencia en las familias de que es posible cuidar el entorno sin que eso impacte en los proyectos productivos de cada uno.
En ese contexto, el sampedrino Jonatan Villalba, especialista en restauración de la Fundación Vida Silvestre señaló «El cambio no viene desde afuera. Lo construimos con la gente del lugar, respetando sus saberes, necesidades y derechos. La restauración ecológica no se sostiene si no es también restauración del vínculo entre las personas y su entorno”.
Basándose en la rica y positiva experiencia de un trabajo que realiza la fundación hace 16 años, se mostró seguro y convencido de que reconstruir la selva y preservar a tan emblemática especie es posible «Conservar al yaguareté es conservar los servicios ambientales como la calidad y cantidad de agua o la polinización. Hoy recuperar al yaguareté en la región es posible. Haciéndolo de manera planificada, se beneficiarían las personas y la naturaleza y los potenciales conflictos serían mínimos o directamente pasarían desapercibidos”, puntualizó Villalba.
El paisaje cambia en San Pedro
El esfuerzo está centrado en chacras entorno a áreas protegidas como el parque Cruce Caballero y Piñalito Sur. En ese marco, a través de acuerdos voluntarios, acompañamiento técnico y económico, y prácticas productivas sostenibles, muchas familias hoy participan activamente en la recuperación del bosque en sus chacras.
En este momento, 38 familias preparan el terreno para enriquecer con árboles nativos sectores de selva existentes, plantar sobre áreas degradadas y trabajar en procesos productivos de manera amigable con el ambiente, como los sistemas agroforestales en yerba mate, por ejemplo. Estás propuestas aportan en el mediano y largo plazo desde devolverle al paisaje su capacidad de albergar vida silvestre, al yaguareté, y mejorar la calidad y medios de vida de las familias rurales.
En estos años de esfuerzo, compromiso y convicción llevados a cabo primero en Andresito y luego en San Pedro, con enorme alegría la fundación comparte la noticia de que han plantado más 200.000 árboles y recuperado 640 hectáreas.
De estás en la capital de la Araucaria ya reforestaron unas 336 hectáreas con aproximadamente 82.090 plantines en San Pedro. Este año se están sumando 152 nuevas hectáreas con lo que se estaría llegando a 488 mediante la plantación de casi 50.000 nuevos árboles nativos.
Es importante remarcar que este trabajo se enmarca en más de dos décadas de acción territorial en Misiones, donde la Fundación Vida Silvestre Argentina no solo apoya y contribuye a la investigación y monitoreo de la especie, sino que impulsa acciones concretas frente a las amenazas que enfrenta: pérdida de hábitat, caza furtiva, conflictos con actividades productivas y atropellamientos.
La restauración ecológica, entendida como una herramienta concreta y transformadora, se vuelve entonces condición habilitante para volver a escuchar el rugido del yaguareté en la región.
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