Existe la impresión de que Javier Milei empieza a sufrir de necesidades y añoranzas. Sería esa una manera de explicar, entre varias, su regreso a los orígenes de la política que lo terminaron catapultando en el balotaje del 2023 a la Casa Rosada. Su show en el Movistar Arena, en Villa Crespo, con la excusa de la presentación de un libro (“La construcción del milagro”), le permitió recuperar por un momento todos aquellos placeres que la gestión pública, sobre todo este año, le ha ido quitando. Contacto con sectores juveniles que lo aclaman. Un baño entre la muchedumbre al cual se había desacostumbrado. Un espectáculo musical, que lo tuvo como protagonista central, cargado de virtualidad y bizarrismo. Una forma de disfrute que el Presidente no logra tener desde hace mucho en el ejercicio del poder. En especial, a partir de la debacle libertaria del 7 de septiembre en Buenos Aires.
Aquella puesta en escena de campaña en estado pleno incluyó dos novedades. Siempre vinculadas con la estrategia del pasado. Colocó en el eje de sus intervenciones políticas al kirchnerismo como contendiente principal. Incluso se animó a estimular un estribillo mordaz contra Cristina Fernández. Los libertarios han tomado conciencia sobre una cosa: las elecciones legislativas pueden inducir a una dispersión del voto. Lo cual podría afectar sus chances electorales en tres planos: el de un triunfo; el de fortalecer a futuro la musculatura parlamentaria; el de relegitimar con una considerable cosecha el sueño para pugnar por la reelección en 2027.
Pudo detectarse otra cosa ligada a los mejores tiempos libertarios. Se ha recompuesto el llamado Triángulo de Hierro deformado en los últimos meses por el enfrentamiento entre Karina, la hermana y Secretaria General, y Santiago Caputo, el artífice de las redes sociales que fue crucial en la irrupción de Milei en la disputa nacional.
Caputo juniors resultó artífice del show en el Movistar Arena. Sus Fuerzas del Cielo fueron abrumadora mayoría en las gradas. Las redes sociales libertarias, de brazos caídos sobre todo desde septiembre, volvieron a activarse. La campaña futura contará con su ingenio y sus desmesuras. Habría un adicional. El joven asesor volvió a ser habilitado para el ejercicio político terrenal. Reactivó contacto con algunos gobernadores, de los cuales había sido privado por Karina, pensando en el soporte político que, más allá del resultado del 26 de octubre, requerirá el Gobierno. Una demanda que se escucha en Washington de parte de Scott Bessent, el secretario del Tesoro. Que también repite el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Milei dio un show lleno de virtualidad y bizarrismo. Buscó recargar la campaña. Foto Cristina Sille
Aquel joven incluso salió rápidamente de las sombras. El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, improvisó una guitarreada frente a la Casa Rosada en forma de queja por la falta de envío de fondos nacionales y la ausencia de obra pública. Acudieron a atenderlo Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, y Lisandro Catalán, el ministro del Interior. Caputo juniors se la ingenió para tener un aparte y una conversación privada con el mandatario provincial.
Las tormentas
La pretensión de Milei de cerrar con el show un tiempo aciago y reabrir otro esperanzador posee, sin embargo, bastantes dificultades. El modelo macro-económico tan publicitado estuvo a puntos de naufragar dos veces en un semestre. La primera soga fue arrojada por el FMI. La última tabla de auxilio corre aún por cuenta de Donald Trump. Aquellos temblores no sólo pusieron en duda la confianza depositada en el ensayo por amplios sectores de la sociedad. También deterioró su calidad de vida cotidiana.
Tal realidad se vio afectada por otra sucesión de impactos. Empezaron a perforar el corazón del relato libertario. Primero fue el conflicto con las cripto monedas que casi pasó de largo. Porque Milei estaba aún en una cima confortable. Luego llegaron los audios de Diego Spagnuolo, el ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) sobre supuestas coimas cobradas por Karina y Eduardo “Lule” Menem. Prólogo principal de la derrota de septiembre. Ahora impera el escándalo por la candidatura tardíamente desechada como diputado bonaerense de José Luis Espert. El economista resultó eyectado el domingo, pero las secuelas de sus andanzas perduran y prometen seguir salpicando la campaña.
Espert se quedó sin candidatura y complicó la campaña libertaria. Foto Emmanuel Fernández
En las últimas horas fue el turno de su manager financiero, Federico “Fred” Machado, quien desde su prisión domiciliaria realizó casi una cadena periodística confirmando los aportes a Espert y su asistencia logística con aviones. También señaló como un error del ex candidato no haber blanqueado la verdadera relación con él. Su irrupción coincidió con el fallo unánime de la Corte Suprema concediendo la extradición que hace años solicitó Estados Unidos por tenerlo en una causa de narcotráfico y lavado de dinero. “Fred” hizo con sus palabras un esfuerzo postrero para ser citado por la Justicia argentina en alguna de las dos causas que tiene abiertas Espert. Evitar, de esa manera la posible extradición. Le salió mal. La Cancillería le puso rúbrica al trámite.
El abogado defensor de “Fred”, Francisco Oneto, nada pudo hacer para evitar la extradición. A la cual Washington le venía prestando atención especial. ¿Por qué motivo? Oneto es también uno de los abogados del Presidente. Fue candidato a vicegobernador de Buenos Aires junto a Carolina Píparo. Atiende ahora siete causas que involucran al primer mandatario. Entre ellas la del niño de 12 años Ian Moche, a quien Milei supo descalificar por su condición de autista.
El Presidente está urgido para que todos los pleitos salgan cuanto antes de la luz pública. Por esa razón se abrazó a Diego Santilli como la nueva cara libertaria para Buenos Aires al realizar una recorrida en Mar del Plata. Milei improvisa explicaciones con una impunidad admirable. Exaltó a Santilli como el ex ministro de Seguridad de Horacio Rodríguez Larreta y advirtió: “Narcos y chorros, la van a pasar mal”. Cuando un periodista le pidió una reflexión sobre por qué en los principales distritos, finalmente, los postulantes son oriundos del PRO dijo: “Qué problema hay si tenemos una alianza”. Primicia: Mauricio Macri la analiza recién para después del 26 de octubre. Incluso el Presidente consideró en un reportaje la posibilidad de perder la próxima elección: “Lo importante es que vamos a tener más diputados y más senadores”, escapó.
Milei, de campaña en Mar del Plata con Santilli este martes. Foto Diego Izquierdo
El Gobierno no sabe todavía si podrá exhibir en la Boleta Unica de Papel, con la cual se votará el domingo 26, la foto de Santilli o permanecerá la de Espert. Tampoco si el diputado será primero o ese sitio corresponderá a la segunda, Karen Reichardt, según opinó la fiscal Laura Roteta. Para cumplir tales deseos deberán reimprimirse todas las boletas bonaerenses que tendrían un costo de U$S12 millones. Lo deberá pagar el Estado. La Junta Electoral de Buenos Aires interpeló a la Casa Rosada acerca de si existen los fondos para las nuevas boletas, si hay logísticas y tiempo para rehacerlas. Un dato más, de ninguna manera secundario: requirió el aval de los apoderados de las demás agrupaciones para que convaliden aquella reimpresión producto de una mala praxis política. No de un imponderable.
Jamás imaginó Milei que el camino hasta el último domingo de octubre, que no hace mucho imaginó como un edén, resultaría al final tan sinuoso.