Eiza González pasó de las telenovelas juveniles mexicanas a instalarse en Hollywood con títulos que ampliaron su registro: Baby Driver, Angel, Godzilla vs. Kong y Ambulance. Ese recorrido fue acompañado por una idea que repite en entrevistas: quiere personajes completos, no estereotipos.
Cuando en 2024 presentó 3 Body Problem, remarcó otra brújula personal: “La ciencia ficción es mi género favorito”, una pista del rumbo que la entusiasma. También hay curiosidades que explican su disciplina: se formó en el CEA de Televisa, se mudó muy joven a Los Ángeles, es bilingüe y cuida con obsesión el acento, la preparación física y los oficios alrededor del set.
Entre dos aguas -autor y mainstream-, Eiza afinó una marca: energía física, tempo para la acción y un olfato para proyectos de alto impacto visual. En paralelo, fortaleció vínculos con la moda y la belleza: campañas globales, alfombras rojas y un trabajo de imagen que dialoga con sus estrenos.
Eiza González: talento mexicano delante y detrás de cámara
Después de consolidarse como Auggie Salazar en 3 Body Problem y de jugar a la espía en The Ministry of Ungentlemanly Warfare, el 2025 la encuentra en un registro que le calza: protagonista de Ash, thriller de ciencia ficción dirigido por Flying Lotus.
Allí interpreta a Riya, una astronauta que despierta en una estación remota rodeada de cadáveres y debe reconstruir, casi a ciegas, qué pasó. La película, concebida con un diseño sonoro y visual muy marcado, confirma su apetito por narrativas de riesgo sin abandonar el pulso comercial.
Eiza González con Jovan Adepo en 3 Body Problem.
La agenda del año se completa con desarrollo de nuevos proyectos para cine y streaming -en inglés y en español- y con colaboraciones de moda de primera línea. Ese frente funciona como espejo de su carrera audiovisual: versiones contemporáneas de glamour y construcción de marca personal.
Eiza, un rostro clave de Hollywood.
Como productora, Eiza se mueve cada vez más en salas de desarrollo: lectura de guiones, armado de paquetes y negociaciones tempranas con plataformas. El objetivo declarado es ampliar historias con mujeres al centro y voces latinas detrás de cámara, evitando la tentación de encasillarse.
De ahí que su mapa combine thrillers, comedias de tono adulto y dramas de relaciones, con la mira puesta en directores de firma y equipos mixtos.
Las actrices Eiza González y Salma Hayek, dos divas mexicanas en mayo de 2024. Foto: Instagram/@eizagonzalez
En lo personal, Eiza González mantiene un perfil familiar cercano a su madre, Glenda Reyna -exmodelo y referente en su formación-, y a su hermano Yulen. La muerte de su padre cuando era niña la volvió especialmente protectora de su círculo íntimo; suele decir que la disciplina y el trabajo son su modo de honrar esa historia.
Recientemente, Eiza hizo pública su relación con el tenista búlgaro Grigor Dimitrov y desde entonces comparten momentos juntos en redes: lecciones de tenis en las que lo llama “su mejor maestro”, stories con el guiño “estoy coqueteando con mi entrenador” y mensajes de apoyo tras sus lesiones. Así lo mostró la revista Hola!
Eiza González junto a su novio, el tenista búlgaro Grigor Dimitrov. Foto Instagram/@eizagonzalez
Otro rasgo de su presente es la gestión del cuerpo: alterna escenas físicas exigentes con rutinas de descanso y recuperación, y practica un método de preparación que va de la mesa de lectura al set con precisión de taller. Esa ética explica su continuidad en géneros que demandan condición atlética y concentración.
A los 35 años, Eiza es un rostro clave del cruce entre Hollywood y la audiencia latina. Actúa, desarrolla, negocia y se piensa a largo plazo. Su presente no depende de una sola franquicia sino de una suma de decisiones: elegir historias que la reten, cuidar su marca y sostener un plan de control creativo que la mantenga en movimiento.