CÓRDOBA.- Como en todo drama, nadie está seguro de que se pudiera haber evitado. Es contrafáctico. El derrotero trágico de Luna Giardina, de 26 años, había comenzado hace unos años, de manera virtual, se descarriló con un cúmulo de denuncias y acusaciones cruzadas con un niño como rehén de un litigio judicial internacional de restitución y terminó de la peor manera posible: asesinada por su expareja y padre de su hijo, que también mató a su madre, Mariel Zamudio, de 54 años.
Después del doble femicidio, el homicida, Pablo Rodríguez Laurta, huyó con el chico, que este martes cumplirá 6 años sin mamá, sin abuela y con su padre en la cárcel.
Pablo Laurta es uruguayo, dueño de una empresa de marketing digital y uno de los creadores de Varones Unidos, un colectivo que defiende a padres que denuncian trabas para vincularse con sus hijos, y fue detenido este domingo después del mediodía en un hotel de Gualeguaychú, en el este de Entre Ríos, donde se había alojado con su hijo.
Fue atrapado cuando se encontraba organizando el traslado hacia la frontera uruguaya en taxi. El niño está bien y está siendo trasladado a Córdoba por personal de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) entrerriana; será recibido por sus pares de la provincia mediterránea, en donde será puesto “a resguardo”.
En esta transición los equipos coordinan las medidas de contención. Una tía suya, hermana de la mamá, que vive en Chile, también viaja para encontrarse con él. No tiene otra familia directa en esta ciudad.
El criminal, quien también será trasladado a Córdoba, adonde será juzgado por el doble femicidio, tiene antecedentes penales en su país y registraba tres denuncias por violencia familiar en esta provincia, la última, de comienzos de este año.
Giardina tenía un botón antipánico, aunque no llegó a activarlo antes del ataque de su expareja. Ella y su madre fueron tomadas “por sorpresa” por Laurta, quien las mató a tiros.
Impulsor del movimiento “Varones Unidos”, con base en Uruguay y activa presencia en redes sociales y foros digitales, la organización sostiene una posición abiertamente antifeminista y señala que busca “incorporar la perspectiva masculina a las discusiones de género”.
En su web denuncia lo que considera una “discriminación judicial y social” hacia los hombres; hay publicaciones sobre el suicidio masculino, el aislamiento social, el fraude parental y la misandria (odio hacia los hombres).
En esa página el mismo Laurta publicó un texto en el que sostiene que Giardina “secuestró” al hijo de ambos a la vez que escribe sobre “cómo la justicia feminista de Córdoba legitimó el secuestro internacional de un niño desde Uruguay”.
En diciembre pasado el juez Gabriel Tavip rechazó la restitución internacional de Pedro Laurta, medida que fue ratificada por el Superior Tribunal de Justicia de Córdoba. Lo que se dirimía era dónde residía habitualmente el niño. Los dos primeros años vivió en Córdoba de manera permanente. A partir de entonces su madre iba a Montevideo y regresaba a la Argentina aproximadamente cada dos meses, hasta que cuando el niño tenía cuatro años regresó y se quedó en Villa Serrana.
A lo largo de ese proceso, Laurta varias veces insistió en que la madre de su hijo y su exsuegra le habían usurpado una vivienda en el barrio San Vicente que él había comprado a la familia de Zamudio. En esa causa, tres testigos que él ofreció y que trabajaban para él fueron acusados de supuesto falso testimonio.
Antes de esa definición de la Justicia, Laurta había ingresado al país con armas y dólares. Se escondió en el techo de la casa de Villa Serrana, el barrio a donde las dos mujeres fueron asesinadas el sábado, en la zona noroeste de ciudad de Córdoba. Pero fue detenido y el dinero le fue incautado, ya que no lo pudo justificar.
En ese momento se estableció la primera orden de restricción, ya que antes no había denuncias en su contra. Después hubo otra orden de restricción de acercamiento motivada en las denuncias de amenazas por parte de Giardina, a quien se le entregó un botón antipánico, cuyo plazo de vigencia estaba vencido. Incluso, una jueza envió a mediados de año una alerta a Migraciones para que notificara si Laurta ingresaba al país.
Además de la web de Varones Unidos, Laurta -quien tenía una empresa de marketing digital, V. Contenidos, en Montevideo- tenía un discurso agresivo contra el feminismo: “No hay futuro para una sociedad donde las mujeres tengan un estatus superior al de los hombres”, indica en un posteo en su cuenta de X (exTwitter).
De acuerdo a lo dicho por fuentes de la investigación a LA NACION, Laurta ingresaba al país con nombre falso. Esta vez lo hizo unos tres días antes del doble femicidio. “El sábado a la mañana tomó por sorpresa a las mujeres y les disparó. Después se fue con el niño”, explicó el ministro de Seguridad Juan Pablo Quinteros a este diario.
La investigación para dar con el paradero del criminal y su hijo la hizo la Dirección General de Inteligencia Criminal de la Policía de Córdoba, bajo instrucciones del fiscal Gerardo Reyes, que está a cargo de la causa.
A partir de imágenes de las cámaras lo vieron subir a un taxi; detectado el número de interno, desde la central les confirmaron que habían acudido a un llamado hecho con un teléfono con característica de Uruguay.
“Se pidió la intervención de la línea y con tecnología y colaboración de Nación se lo fue siguiendo a parlante abierto -explicó Quinteros-. Aunque cambió el chip, ya estaba detectado. Para lo único que llamaba era para pedir movilidad y cotizaciones de remises. Pretendía cruzar en barcaza a Uruguay”. Apenas conocido el hecho se activó la Alerta Sofía. El ministro precisó que en todo momento estuvieron trabajando en coordinación con su par de Entre Ríos, Néstor Roncaglia.
Informados de que Laurta estaría en Gualegaychú, la policía entrerriana inicia un operativo de búsqueda y detectó que el hombre y su hijo estaban en el hotel Berlín, “coincidiendo el domicilio detectado por las celdas telefónicas aportadas por las autoridades de Córdoba. Estaba alojado en la habitación 209”, describieron fuentes de esa fuerza. En momentos en que agentes vigilaban el lugar, Laurta salió al pasillo, a donde fue detenido. Su hijo, que venía caminando detrás, fue “puesto al resguardo”. El detenido se descompensó y fue trasladado a un hospital, mientras que el nene fue atendido con profesionales de la Senaf. El cuarto fue asegurado a espera de la correspondiente orden de requisa.
Mentiras y demandas
“El Caso Pedro Laurta: Cómo la justicia feminista de Córdoba legitimó el secuestro internacional de un niño desde Uruguay entre amenazas y extorsiones”, es el título de uno de los artículos publicado en la web “Varones Unidos” sobre el caso. En ese texto él cuenta que la relación con Giardina nació en 2018 cuando ella “lo contacta por Twitter, mostrándose inicialmente simpática y servicial, le comenta de una propiedad que había heredado junto a su madre Mariel Zamudio, y la cual tiene a la venta”.
Otra versión a la que accedió a LA NACION da cuenta de que se conocieron por una aplicación de citas y que él viajó a Córdoba, aun cuando tenía entonces una pareja en Uruguay. A los dos meses de ese viaje ella quedó embarazada de P.
Según lo publicado por el propio Laurta, Zamudio y Giardina lo “convencieron de comprar” una casa de la familia de su entonces suegra en barrio San Vicente. La propiedad tenía deudas y el precio era “muy conveniente”. Después de esa operación “Giardina pierde todo interés en Laurta y termina súbitamente la relación”.
Siempre según ese texto, la casa “había sido obtenida mediante una maniobra fraudulenta anterior protagonizada por Zamudio y mediante la cual había despojado a los legítimos herederos del bien. Por este motivo tenía en venta la casa y había asignado a su hija, de 19 años, la tarea de seducir algún hombre para que comprara esta propiedad. La edad de Giardina a este momento es clave porque la explotación de la sexualidad de su hija, lejos de ser un hecho puntual, fue un patrón al que Zamudio sometió a Giardina durante años, desde su niñez, entregándola a terceros a cambio de dinero y favores”.
Giardina y su hijo se mudaron con Laurta a Montevideo en junio del 2022. La dirección de la propiedad donde vivían es la misma que la de la empresa V.Contenidos. Él sostuvo, en una publicación de Varones Unidos, que Zamudio comenzó “una intensa campaña de manipulación para convencer a su hija de volver a Córdoba, la cual deviene en una conspiración entre ambas, asistida por feministas, para presentar una falsa denuncia de violación contra Laurta y secuestrar a Pedro en la Argentina». Agregó que “el objetivo era inducirlo a pagar US$45.000 y cederle de nuevo a Zamudio la propiedad que le había vendido”.
Según el hombre, el 15 de octubre del 2023, Giardina lo bloqueó y el 17 de octubre presentó “la falsa denuncia ante la Unidad Judicial 19 de Córdoba”. Añadió: “A los pocos días, Zamudio comienza –a través de terceros– a realizar diversos reclamos de dinero (decenas de miles de dólares) [a Laurta] a cambio de ‘resolver esta situación’”. Añadió que Giardina se comunicó con los contactos de él “para intentar, seduciéndolos con obsecuencia, convencerlos de que habría sido víctima de abuso a manos de Laurta para luego presionarlos a presentar falsas denuncias en su contra en Uruguay”.
En ese artículo él sostiene que cuando fue detenido por 28 días con los dólares, era dinero con el que había viajado para “intentar negociar con Giardina la liberación de su hijo”. De regreso en Montevideo, inició acciones legales para la restitución internacional del menor, la que fue rechazada por la Justicia de Córdoba.
Giardina en febrero del 2024 había posteado en sus redes: “Todos los psicópatas son asesinos” y, hace una semana, decía: “Por tu propia salud mental, toma las señales confusas de las personas como un rotundo no”.
También compartió una foto con la frase “las madres no tienen plan B” y, en referencia a su hijo Pedro, que era “lo más hermoso”.
En los últimos días Luna Giardina, que estudiaba Agronomía y vendía tejidos, también promocionaba un desayuno para regalar el próximo domingo en el Día de la Madre y, el viernes, junto a la imagen de un examen de Biología, contó: “Vamos bien, qué lindo es llorar de felicidad!! Lo que es para uno siempre, siempre, termina llegando, gracias a Dios». Un día después la mataron.