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Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; [31] pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:30-31.
El Cristo Redentor protege desde lo alto a todo Río de Janeiro. Hasta allí llegó la fe de Racing, que esta noche irá por su Maracanazo contra el poderoso Flamengo. A la Academia lo moviliza la fe. Cree en los milagros. También los busca. Los sintió en carne propia. Vio cómo Maravilla Martínez siguió jugando con una rodilla fisurada. Cómo Santiago Solari fue la figura de la serie con Vélez jugándola desde los 10 minutos del partido de ida con un desgarro. Y hoy, quizá, cómo Gabriel Rojas juegue también con una lesión muscular. De ahí que el cansancio y el dolor los deje a un lado…
El plantel de Gustavo Costas se maneja con vibras especiales. Pone la fe, la fuerza y la templanza por encima de todo. Con versículos de la Biblia, varios integrantes del equipo encontraron fuerzas donde no las había. Y los más incrédulos, de mínima, empezaron a entender que algo hay en todo esto… La fe, se explica en Hebreos 11: 1, es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. La Libertadores la tierra prometida.
Estos pasajes bíblicos son apenas algunos de los que se leen en las concentraciones antes de cada partido. En algunas de las habitaciones de hotel, Maravilla Martínez. Solari, Rojo, Gabriel Rojas, Marco Di Césare, Duván Vergara y Rocky Balboa tienen su ritual. Se reúnen para compartir estos mensajes de fe y aplicarlos no sólo en el deporte, sino también en la vida cotidiana.
Creer o reventar
Muy seguido también se lo puede ver a algún pastor. Es un cable a tierra, la manera de conocerse y compartir un poco más entre los jugadores. “Los que no creían empezaron a experimentar cosas que no son normales, como las lesiones de Maravilla y Solari. Comprobaron lo que genera la fe. Lo que pasó con Maravilla terminó siendo un respaldo. Cuando el equipo parecía muerto siempre levantaron desde el convencimiento de que iban a ganar la Sudamericana”, le contó a Olé alguien muy cercano al plantel.
Gustavo Costas sabe que muchos de sus jugadores dan un plus en estos partidos especiales. Desde 1997 que Racing no juega una semifinal de Copa Libertadores. Los 4.000 hinchas también llegaron a Brasil con la mochila cargada de fe. La parada es brava, enfrente hay un rival millonario, que pasa su mejor momento de la temporada y que viene de ganarle al Palmeiras para subirse también a lo más alto del Brasileirao.
Gustavo Costas, técnico de Racing (Fotobaires).
Pero ahí va la Acadé. Un equipo que nunca se achicó y que tiene el gen Costas. El año pasado, ante el Corinthians de Depay, se llevó un gran empate de Brasil. A Botafogo, campeón de la Libertadores, le ganó por la Recopa. Y a Cruzeiro, con todo lo que significa una final, también lo pasó por arriba. Hoy la prueba es todavía más difícil, pero se puede.
El cable a tierra del plantel
El estandarte de la fe, dentro y fuera de la cancha, es Maravilla Martínez. Los que comparten el día a día dicen que su principal virtud no es la frialdad para definir ni estar siempre bien posicionado. Es el convencimiento que tiene ante cada partido límite. Por lo bajo promete goles y situaciones puntuales que se terminan dando para dejar helados a sus compañeros. Es el Racing de los milagros…
Maravilla Martínez, delantero de Racing.
“Cuando leí lo que dijeron me causó gracia: Dios no va a bajar a hablar conmigo. Tengo mucha fe y el Dios que yo predico también hace milagros. Les dije a los médicos que me había sanado a pesar de la fisura, no porque me había hablado, sino porque lo creí. “La rodilla se sanó y aunque el estudio dice que estoy fisurado, siento que estoy sano”, supo decir el goleador a principios de año luego de jugar el clásico. Creer o reventar…
La mística se había forjado tiempo atrás. También con Juanfer Quintero, que era parte de este grupo de fe, la Academia fue haciendo historia. Ganó la Copa Sudamericana después de 36 años de sequía internacional. Se convirtió en el equipo más copero del país ganando cuatro series mano a mano consecutivos a brasileños (Paranaense, Corinthians, Cruzeiro y Botafogo) y hoy está a tres partidos del sueño más grande de todos…
“La palabra es la espada y un guerrero sin espada…”, suelen decirse antes de esta clase de partidos. Hoy se viene otro grande. Un Maracanazo de la fe.
RIO DE JANEIRO
Hernando Maderna. Enviado especial Olé.
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