Se llama Eduardo Martínez, pero en Villa Sarita lo conocen como don Lalo. Justamente, en ese emblemático barrio posadeño nació un 12 de octubre de 1930. Su hija Deidamia contó que jamás faltó a su deber cívico y este domingo no fue la excepción. En horas de la mañana, con bastón y el corazón pleno, asistió al Colegio Jesús Niño donde depositó su sufragio.

«Las autoridades de mesa lo trataron muy bien y hasta las personas que admiradas lo vieron sufragar, le dedicaron un fuerte, cálido y merecido aplauso a la salida», comentó.
Reza un viejo adagio popular que «viejo es el viento y sigue soplando», y vaya que don Lalo es la fiel muestra de ello, dejando una enorme enseñanza a la ciudadanía: el voto es un compromiso, una responsabilidad, el más valioso instrumento de defensa y reivindicación de los valores democráticos; nunca una carga.

Don Lalo constituye el ejemplo más vivo de lo que significa la palabra «compromiso», que en la voz del escriba es «hacer lo que debo hacer y no lo que me conviene hacer’.
¡¡¡Hasta el próximo escrutinio, don Lalo!!!





(Gentileza: EMG -texto-, Deidamia Martínez -imágenes-)





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