Esta vez no hubo lugar a escenas de máxima tensión. Sin mostrar ira, Hugo Eduardo Arredondo admitió su culpabilidad. Ahora ya no expuso nada de la ira que, hace dos años, lo llevó a intentar matar a la fiscal de Homicidios Claudia Ríos en plena audiencia del proceso en el que lo juzgaban por haber querido asesinar a otro recluso en Almafuerte, en Cacheuta, Mendoza.
Rápidamente, la defensa y la fiscalía llegaron a un arreglo en la primera jornada del debate: acordaron una pena de cinco años de prisión. Para el acusado nada cambia: ya purga una sentencia a perpetua por el asesinato de Jorge Daniel Montilla, un exmmilitar y comerciante al que baleó en 2015 durante un robo, y otra a 14 años por el homicidio de un preso, también en Almafuerte.
Según informaron fuentes judiciales, la jueza Belén Salido homologó el acuerdo en la causa en la que Arredondo llegó imputado por “amenazas agravadas por el uso de arma, evasión en grado de tentativa, privación ilegítima de la libertad”; la nueva pena se unificará con las dos anteriores y, además, se lo declaró reincidente.
El hecho por el que ahora llegó a un debate en el que admitió su responsabilidad penal ocurrió el 13 de septiembre de 2023 en la Sala 25 del Polo Judicial de la ciudad de Mendoza.
Esa mañana, Arredondo y otros dos reclusos eran juzgados por la tentativa de homicidio de otro preso. En el momento en que eran conducidos a sus lugares en la sala, Arredondo logró zafar de los agentes penitenciarios que lo custodiaban, echó mano a una faca que escondía debajo de su buzo y corrió hacia donde estaba la mujer a la que le había tocado llevar adelante la acusación.

Ríos, que estaba sentada en su puesto, reaccionó de inmediato cuando vio que el reo se abalanzaba sobre ella empuñando la faca. Se levantó y corrió para ponerse a salvo mientras Arredondo se veía obligado a rodear el pupitre de la fiscal debido a que uno de los guardias que custodiaba a otro de los acusados le cortó el paso y le tiró una patada.
Arredondo saltó hacia las butacas del público y salió corriendo de la sala, con cuatro guardiacárceles pisándole los talones. Lo redujeron en los pasillos del Polo Judicial, donde intentó tomar de rehén a una pasante, a la que lesionó en el cuello. Adentro de la sala, en tanto, el juez Mauro Perassi y la defensora oficial Ximena Morales trataban de contener a la fiscal Ríos mientras ellos mismos procuraban reponerse de la terrorífica escena.

Así, Arredondo sumó su tercera condena. La primera, por el crimen del comerciante Mantilla, al que baleó el 10 de marzo de 2015 cuando con un grupo de asaltantes intentaron robarle la camioneta al exmilitar en la puerta de su casa del barrio Tamarindos II, en la zona de Las Heras.
La otra, por el homicidio de Nicolás Lozano, un recluso del penal de Almafuerte muerto a golpes y puñaladas el 26 de diciembre de 2019.
El día del ataque a la fiscal Ríos era juzgado por haber intentado matar dentro del mismo penal, el 5 de julio de 2019, al preso Carlos Enrique Olmedo, junto con los reclusos Jorge Darío Bracamonte y Lucas Gabriel Garro.
Y todavía le queda abierta una causa más, en la que está acusado de haber drogado y empalado a otro preso en el mismo complejo penitenciario, en septiembre de 2022.





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