Había tensa calma en Teahupo’o, Tahití. El lance entre el peruano Alonso Correa y el francés Kauli Vaast fue apreciado por todos. Era la primera semifinal del surfing en los Juegos Olímpicos 2024. Ello motivó a una atención especial por 30 minutos.
El pleito en el mar fue reñido. Si Correa daba el zarpazo con una excelente maniobra en los tubos de las aguas bravías de la Polinesia Francesa, el dueño de casa respondía con una exhibición más temeraria. Así fueron a la par hasta que un tubo decidió el destino de la puntuación a favor de Vaast.
La diferencia en la clasificación era corta, aunque faltaba concretar la sumatoria definitiva. Siendo consciente que necesitaba un tubo de enorme complejidad, Alonso espero que el mar estuviera a su favor. No obstante, de un momento a otro aquellas aguas que son consideradas las más peligrosas del mundo, se volvieron totalmente dóciles sacando de sí a los competidores, aunque mucho más al peruano porque estaba en desventaja.
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