Iguazú (LaVozDeCataratas) El monte se transforma en un escenario de enamorados, donde cada criatura despliega su propia versión, llenando el entorno con los colores y el entusiasmo de la estación. Es un desfile de vida que anuncia la llegada del verano, prometedor y pleno de posibilidades.
En este rincón de la selva, la comunidad de habitantes se prepara para recibir a la primavera con la misma pureza que el cielo límpido sobre los saltos verdes. Los colores se despliegan con una belleza inigualable: el zorzal, con su vientre rojizo y ruborizado, delata su reciente noviazgo mientras se afana en construir un nuevo hogar de adobe. Su compañera, discreta pero diligente, busca el rincón perfecto para su futura familia de melodiosos cantores.
Y más abajo, en el suelo, los habitantes terrestres también obedecen a las leyes del amor. Entre roces y juegos, se entregan a la danza del cortejo, como la Yarará, que se enrosca y desliza con una gracia hipnótica, entregándose a la vertiginosa sensación del romance que da paso a la nueva vida.
Así, la selva de las aguas grandes se renueva en estos días, esperando con ansias a quienes se atrevan a explorar su naturaleza en su máxima expresión. Es un romance que se despliega a diario, siempre listo para maravillar a aquellos que se dejan llevar por la magia de la primavera en este rincón del mundo.