MENDOZA.- Nació en la tierra “del sol y del buen vino”, pero desde muy pequeño su vida transcurrió en los Estados Unidos. Las raíces fueron más fuertes y, en honor a sus antepasados, decidió volver y completar su aventura en un sitio histórico, a la vera del viejo lecho del río Mendoza, donde construyó Finca Bandini, su bodega. El proyecto vitivinícola alberga en su interior a los antiguos muros de cemento de Las Compuertas, que dan origen a la denominación de esa pujante localidad de Luján de Cuyo, por lo que se espera que sean declarados patrimonio provincial.
A los 66 años, los días de Federico Bandini transcurren entre Houston, Texas, y la provincia cuyana. Allá, como ingeniero civil, dueño de compañías que asisten al sector petrolero; acá, como empresario de vinos que empiezan a llamar la atención internacional. Por caso, su espumante de Malbec es cada vez más demandado en el país del norte.
En diálogo con LA NACION, en un recorrido por los impactantes viñedos, adquiridos hace una década, lindantes a la destilería de YPF, Bandini se mostró entusiasmado y emocionado por los logros conseguidos en los últimos años con el personal a cargo, y por el acompañamiento de su familia en la expansión del proyecto enoturístico, que incluye visitas guiadas y una propuesta gastronómica de nivel, “a lo mendocina”, bien hogareña y con productos locales.
“Es un placer enorme y un desafío invertir donde nací, en este soñado lugar, con un paisaje fascinante, por donde históricamente pasaba el agua del río Mendoza. Todo esto es parte de mi historia, incluso de los recuerdos familiares, de mis padres y abuelos. Nos apasiona el mundo del vino y trabajar en equipo, porque es fundamental apostar al capital humano, para poder cumplir los objetivos. Tenemos mucho entusiasmo en seguir creciendo, sobre todo luego del stand by que tuvimos con la pandemia”, expresó el empresario. El lugar tiene 77 hectáreas; allí se encuentra el establecimiento vitícola y la “House of Wine”, además de un restaurante en desarrollo, rodeados de canales de riego y más de 500 viñedos.
Lo que más le llamó la atención es lo que se encontró dentro del gran terreno y que decidió conservar. Se trata de los muros de las antiguas compuertas por donde pasaba el agua del principal río de la provincia. Allí aún se puede observar parte de la estructura de las antiguas esclusas derivadoras o compuertas por donde se desviaba el agua del río Mendoza a distintos puntos de la provincia. Ya pasaron más de cien años de la inauguración de esta obra de ingeniería vital para la región, realizada en el año 1922.
“Desconocía qué representaban esos paredones en el medio de la finca; hoy son parte de la identidad de nuestro proyecto. Gracias a un historiador conecté con toda la historia del lugar. Por eso, nuestro desarrollo va más allá de la visita a una bodega tradicional. De hecho, uno de nuestros vinos principales, un blend de tintas de edición limitada, se llama Los Muros”, comentó.
También en la finca se puede ver y oír el sonido del agua. Por su extenso predio pasan los “Dos Cauces”, el punto en el que se unen dos vías de agua pura de deshielo, que pertenecen al departamento de irrigación de Mendoza y que proveen a varias fincas y a otras zonas de la provincia. Su caudal es permanente y recorre toda la extensión de la finca, de oeste a este.
Bandini no deja de ver oportunidades en la Argentina, a pesar de las crisis y vaivenes económicos del país, más teniendo en cuenta lo que significó en su exitosa carrera la estabilidad de los Estados Unidos. También tiene en Luján otros proyectos inmobiliarios, que comenzó en la década del 80.
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“Aprendí a manejar mis inversiones en la Argentina, entendiendo que las reglas de juego van cambiando constantemente, y que hay que adaptarse a los distintos momentos”, expuso el empresario.
La localidad mendocina de Las Compuertas es una de las regiones más antiguas en el cultivo de la vid en Argentina y la primera zona con indicación geográfica de la provincia, emplazada sobre el que fuera el cauce original del río Mendoza.
La bodega elabora etiquetas de alta gama desde 2019 y sale al mercado con más de 150.000 litros por año. Su fundador puso en marcha el emprendimiento buscando cumplir el sueño de regresar a su tierra natal, al borde de la Cordillera de los Andes en una de las zonas vitivinícolas más destacadas.
La propuesta enoturística, que próximamente sumará a su infraestructura un restaurante para recibir a los visitantes, combina la producción de vinos destinados al mercado interno y a Estados Unidos. Desde las terrazas de su “House of Wines” se llevan a cabo degustaciones con personal especializado, además de propuestas culinarias bajo reserva.