Mbappé, la pieza que no encaja: ¿paga Ancelotti fichaje innecesario?
En la humillante goleada de FC Barcelona en el Bernabéu, el francés fue el más decepcionante.
Kylian Mbappé
Foto: EFE
28 de octubre 2024 , 06:21 a. m.
Pasarán días, tal vez semanas, antes de que la afición de Real Madrid perdone lo que ocurrió el fin de semana en el Santiago Bernabéu, profanado por el FC Barcelona.
Hace falta mucho para entender qué es lo que salió mal ahora que por fin llegó, tras años esperándolo. Porque a la hora señalar a los culpables de la humillante derrota 0-4 en el clásico es casi unánime la elección del ex campeón mundial francés.
Si bien es cierto que ni uno solo de los jugadores del Madrid se salva, lo de Kylian fue realmente penoso: tres veces estrelló la pelota en el cuerpo de Peña, sucumbió ante un eficiente sistema de marca que sabía que lo escalonaría y, lo peor, de todo, batió récord de fuera de lugar: ¡ocho veces cayó en la trampa! Antes del clásico contabilizaba 9 infracciones de este tipo en todas las competencias, en todas las temporadas, nunca más de 2 en un mismo juego.
Un lujo innecesario
Lo cierto es que el clásico ha puesto en evidencia una realidad incómoda para todos: Kylian Mbappé es una estrella innecesaria en un equipo aceitado, exitoso, ambicioso y suficientemente lujoso antes y después de él.
Ahora que por fin llegó, para alegría de Florentino Pérez (casi exclusivamente), no parece que en la cancha alguien pueda entenderlo y menos aprovecharlo. Unas veces sus desmarques no se alinean con los movimientos de sus compañeros, otras falla a la hora de interpretar las proyecciones de los suyos y no llega a tiempo, otras tantas se impacienta y decide mal mientras su equipo va jugado -exponiendo a la defensa- y otros muchas satura el frente de ataque en vez de completarlo.
El Mbappé versión ‘merengue’ carece de fluidez, luce desconectado, aislado, inconexo, irremediablemente solo. Y es que para acomodarlo, Ancelotti debió desacomodar todo lo que hacía del Madrid un equipo implacable: quiso respetar a Vinicius Jr y Rodrygo ante la llegada del nuevo de la clase y sintió que Bellingham podía ser el conector, pero en ese proceso perdió hombres en marca y expuso a su defensa. En vez de hacer lo inevitable, que era elegir entre Rodrygo y Mbappé, se aferró a ambos y el resultado lo expuso el Barcelona con una fórmula muy básica: contundencia. Si mantiene la camisa de fuerza, ya todos los rivales del blanco sabrán cómo vulnerarlo.
La estrella francesa está acostumbrada a que los equipos jueguen para él y eso no pasa ni pasará en Real Madrid porque iría contra el ADN de la institución: hay muchos Mbappés que sí se han ganado, a fuerza de despiadada competencia interna, el rótulo de titulares y eso es lo que potencia el nivel colectivo. Eso está por encima del negocio de Florentino, la preferencia de Ancelotti, las simpatías, el marketing, la red social.
Lo esperaron siete años pero una vez vestido de blanco nadie va a tenerle paciencia. Si se suman las distracciones, las acusaciones de presunto abuso en su contra, la idea tan suya de poner su Balón de oro por encima de todo el mundo, el coctel de la decepción estará servido. Depende de Mbappé bajar la cabeza, probar el banquillo de cuando en vez y someter el ego. De otra manera tendrá que volver por Catar a suplicar piedad. Solo él sabe si es lo que más conviene.