(CNN) — Los cosmonautas rusos de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) se vieron obligados a cerrar brevemente un segmento del laboratorio orbital este fin de semana después de encontrar un «olor inusual» que emanaba de una nave espacial de carga visitante llamada Progress 90, dijo la NASA este domingo.
El olor – junto con las «gotitas» que los cosmonautas, o astronautas rusos, dijeron que observaron – probablemente resultó de «desgasificación de materiales dentro de la nave espacial (rusa) Progress», dijo la NASA en un comunicado a CNN este lunes por la tarde.
«No hay preocupaciones para la tripulación», según Kelly O. Humphries, jefe de noticias del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
La cápsula no tripulada Progress, que puede transportar experimentos científicos, propulsante, alimentos y otros suministros a la EEI, funciona con un combustible llamado dimetilhidrazina asimétrica y un oxidante llamado tetróxido de nitrógeno. Ambos son altamente tóxicos para los humanos. Sin embargo, Humphries confirmó que los propulsantes no parecen ser la causa del problema.
La «desgasificación» es un fenómeno que puede producirse cuando los objetos fabricados por el hombre abandonan la burbuja protectora de la atmósfera terrestre y entran en el entorno del espacio, plagado de radiaciones, donde las temperaturas también pueden oscilar entre los 250 y los 250 grados Fahrenheit bajo cero (121 y 158 grados Celsius bajo cero).
Los «materiales» potencialmente desgasificantes a los que se refería la NASA en el interior de la cápsula Progress no incluían combustible, dijo Humphries por correo electrónico.
«Para cualquier información detallada sobre lo que causó el olor inusual, por favor póngase en contacto con (la agencia espacial rusa) Roscosmos», dijo Humphries.
Roscosmos no respondió a una solicitud de comentarios enviada por correo electrónico.
Continúa la saga en la Estación Espacial Internacional
La NASA indicó en su comunicado de este domingo que, después de que los cosmonautas rusos se percataran del olor, cerraron la escotilla que conecta el módulo Poisk, de 4,88 metros de largo y 2,56 metros de ancho, junto con el resto de la estación espacial.
A continuación, los controladores de vuelo en tierra «activaron el equipo de lavado de aire como parte de los procedimientos normales, indicando que el olor probablemente procedía de materiales del interior de la nave Progress», según el comunicado de la NASA a CNN.
«La tripulación informó de que el olor se disipó rápidamente y las operaciones de transferencia de carga se están llevando a cabo según lo previsto», señaló el comunicado, indicando que los cosmonautas pudieron acceder a los suministros almacenados a bordo del vehículo Progress, a pesar del olor reportado anteriormente.
En un comunicado separado publicado en las redes sociales este domingo, la NASA también señaló que «los depuradores de aire y los sensores de contaminantes» confirmaron que «la calidad del aire dentro de la estación espacial (estaba) en niveles normales».
El vehículo Progress -uno de una larga serie de naves de reabastecimiento que han visitado tanto la parte de la estación espacial controlada por Rusia como por la NASA- llegó a la ISS tras despegar del cosmódromo de Baikonur, Kazajstán, el 21 de noviembre. Transportaba «casi tres toneladas de alimentos, combustible y suministros», según la NASA.
Aunque el olor inesperado y el cierre temporal de la escotilla Poisk parecen haber sido un incidente breve y aislado, se suman a una saga de años relacionada con otro módulo controlado por Rusia en la ISS, llamado Zvezda.
Ese segmento permació cerrado en su mayor parte debido a una lenta fuga de aire. Los cosmonautas solo entran en el módulo para descargar la carga de las naves espaciales visitantes, según la NASA.
Desde el año 2000, la estación espacial acogió a tripulaciones rotatorias de cosmonautas y astronautas -procedentes de más de 20 países- en secciones separadas, pero conectadas, de Rusia y Estados Unidos.
La NASA espera seguir operando la ISS con sus cinco agencias asociadas al menos hasta 2030. Además de Roscosmos, estos socios son la Agencia Espacial Canadiense, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial.
Las autoridades rusas, sin embargo, no se compremetieron con la estación espacial más allá de 2028 y es probable que no den respuestas firmes sobre la participación de Roscosmos después de ese plazo hasta al menos 2025, según un reciente informe de la Oficina del Inspector General de la NASA.
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