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Los palmitos son unos brotes o cogollo que se extraen de ciertas palmeras y se usan en muchas recetas por su sabor suave y textura blanda.
También conocido como chonta, corazón o jovato, el palmito se saca de varias palmeras. Como por ejemplo el cocotero (Cocos nucifera), el azaí (Euterpe oleracea); la jasará (Euterpe edulis); el pijiguao o pejibayo (Bactris gasipaes); y una variedad de la especie Mauritia minor, común en la cuenca del río Orinoco y otras partes de Sudamérica.
Tienen un color blanco y se pueden comer en ensaladas, salsas o como acompañamiento. Aunque no son tan conocidos como otros vegetales, mucha gente los disfruta porque combinan bien con otros alimentos y no tienen un sabor fuerte.
Además, los palmitos son saludables y bajos en calorías, lo que significa que no aportan mucha energía pero sí muchos beneficios. Son ricos en fibra, que ayuda a la digestión, y tienen minerales como el potasio y el zinc, buenos para el corazón y el sistema de defensas del cuerpo. Esto los hace ideales para una dieta variada y nutritiva. Y uno se pregunta: ¿son fáciles de sembrar y cosechar los palmitos?
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Cómo se cosechan los palmitos
Los palmitos son fáciles de usar en la cocina. Como no tienen un sabor fuerte, combinan con muchos ingredientes como tomates, queso y aceitunas. Puedes encontrarlos en ensaladas frescas, platos calientes o gratinados. Su textura suave y sus beneficios para la salud los convierten en un alimento especial y versátil para muchas recetas.
Como explicamos anteriormente, la cosecha de palmitos proviene de diferentes variedades de palmeras y requiere un cuidado especial en cada etapa del proceso, como bien lo explica en un artículo el sitio especializado Agro Empresario.
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Todo comienza en el vivero, donde se siembran las semillas de palmera en macetas. Tras unas semanas, las pequeñas plantas son trasladadas a bolsas con tierra abonada, que se mantienen bajo un techo. En el vivero, estas plantas son regadas y se les quita la maleza de forma regular.
Después de aproximadamente tres meses, las palmeras jóvenes alcanzan un tamaño adecuado y son sembradas en un terreno blando y bien removido.
Debemos recordar que la mayoría de estas palmeras mencionadas, al cabo de 10 años, medirán unos 20 metros de alto. Y hasta ahí arriba habrá que trepar para sacar los palmitos. Una palmera, en su corazón, aporta entre 500 gramos y 1,3 de palmitos, lo que convierte a este producto en caro desde el origen por lo que cuesta extraerlo y lo poco que genera.
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Al cabo de un año y medio, estas palmeras están listas para la primera cosecha. Esta se realiza cortando el tronco principal con un machete, del cual se extrae el corazón, que es el palmito.
Luego de retirar el tallo principal, se quita la corteza para dejar al descubierto una vaina que protege el cogollo o corazón de daños y de la deshidratación.
Palmito. Lo generan varias palmeras como el cocotero (foto) o el chontaduro./ Imagen de Pexels en Pixabay.
Una vez en la planta de procesamiento, se retira la vaina, dejando expuesto el corazón, que es el palmito que conocemos. Dado que el palmito está compuesto en un 90% de agua, es fundamental protegerlo de la deshidratación durante su comercialización. Por eso, se envasan o enlatan usando un proceso de pasteurización y se conservan en salmuera, una mezcla de agua, sal y ácido cítrico que asegura la calidad del producto según el sitio Agroempresario.
Actualmente, en Ecuador y Costa Rica se están produciendo palmitos de una palma llamada científicamente como Bactris gasipaes, conocida en Ecuador como chontaduro y en Costa Rica como pejibaye.
Estas palmas producen varios tallos y, por lo tanto, puede extraerse de ellas mayor cantidad de palmitos. Es una forma de bajar costos y salvar la planta. Se pueden cosechar hasta dos tallos de palmitos (6 a 8 piezas envasables) por cada palma al año.
Palmitos: valores nutricionales
Según el prestigioso sitio Mejor con Salud, los palmitos son un alimento delicioso que puede aportarte muchos nutrientes. Al comerlos, puedes aprovechar sus beneficios para tu salud. Se obtienen de las hojas más tiernas de varias palmeras que crecen en Sudamérica, y se han vuelto muy populares en la gastronomía mundial, especialmente en la cocina francesa.
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La recolección de los palmitos implica quitar la corteza y las capas fibrosas que rodean el cogollo de la palmera. Su sabor suave y textura delicada los convierte en ingredientes estrella en muchos platos.
La demanda de palmitos en conserva ha aumentado, y Francia es el principal importador a nivel mundial, seguida por Estados Unidos y Argentina.
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Los palmitos son bajos en calorías y casi no tienen grasas, lo que los convierte en una opción ideal para quienes buscan perder peso.
Cada 100 gramos de palmitos en conserva aporta solo 36 calorías y está compuesto por un 91% de agua. Además, son ricos en fibra, lo que ayuda a sentir saciedad. En términos de minerales, destacan por su alto contenido de cobre (70% de la ingesta diaria recomendada), potasio (38%), y zinc (36%). También son una buena fuente de fósforo, lo que favorece la salud de huesos y dientes.
Palmito. Flor de la palmera./ Imagen de Ka en Pixabay
Incluir palmitos en tu alimentación puede ayudarte a mantener un peso saludable gracias a su bajo contenido calórico y su capacidad para saciar el hambre. Además, su riqueza en minerales como el cobre y el zinc es importante para el funcionamiento del cuerpo, apoyando funciones como la absorción de hierro y el sistema inmunológico.
Los palmitos también contienen polifenoles, que son antioxidantes naturales, que ayudan a proteger a las células del daño natural.
