Esta vez habrá un cinturón menos en disputa, pero no será menor el interés que generará el duelo que este sábado permitirá dirimir nuevamente quién es el mejor peso pesado de este tiempo: el ucraniano Oleksandr Usyk expondrá en Riad sus fajas de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB) ante el británico Tyson Fury. El pleito comenzará alrededor de las 19.30 y en Argentina solo podrá verse a través de la plataforma DAZN.
El Kingdom Arena de la capital saudí, cuyas 30.000 butacas estarán ocupadas, será la sede del desquite del combate que estos dos contendientes protagonizaron en el mismo escenario el 18 de mayo y que convirtió a Usyk en el primer campeón indiscutido de la división máxima en la era de los cuatro cinturones. Ese día, el ucraniano, que llegó a ese compromiso como monarca de la AMB, la OMB y la Federación Internacional de Boxeo (FIB), batió al británico, hasta entonces titular del CMB, por puntos y en decisión dividida.
Sin embargo, el reinado indiscutido duró solo 38 días, ya que Usyk dejó vacante el título de la FIB el 25 de junio, puesto que el organismo le había ordenado que enfrentara inmediatamente después de batir a Fury a su campeón interino, el británico Daniel Dubois, pero el ucraniano ya tenía firmada una revancha directa con el Rey Gitano. Tras ello, Dubois, que fue noqueado por Usyk en agosto de 2023, fue ascendido a la condición de campeón regular, venció a su compatriota Anthony Josua en septiembre en Wembley y ya tiene programado un enfrentamiento con el neozelandés Joseph Parker para el 22 de febrero en Riad.
Mientras la FIB, el organismo que más respeta y hace respetar sus normas (discutibles, pero normas al fin), transita por otros caminos, la hegemonía real en la categoría reina se pondrá en juego en la nueva Meca del pugilismo mundial. Procurará revalidarla el zurdo Usyk, de 37 años, quien fue campeón olímpico en Londres 2012 y, ya como profesional, fue monarca indiscutido de peso crucero, y que tiene un récord perfecto compuesto por 22 victorias (14 antes del límite). Intentará recuperarla Fury, de 36 primaveras, quien sufrió ante el ucraniano su primer traspié como rentado: hasta entonces acumulaba 34 triunfos (24 por la vía rápida) y un empate.
En el primer enfrentamiento, el peleador de Manchester mostró una mejor imagen en los primeros siete asaltos, aprovechando su ventaja de altura (2,06 metros contra 1,91) y alcance (2,15 metros contra 1,98), trabajando sólidamente con su jab y conectando potentes golpes al cuerpo y uppercuts. Pero a partir del octavo round el púgil nacido en Simferópol tomó el control del pleito y estuvo a punto de noquear a su rival en el noveno capítulo, en el que Fury recibió una cuenta del árbitro Mark Nelson. Si bien el inglés cerró mejor en el último episodio, dos de los tres jueces, el estadounidense Mike Fitzgerald (114-113) y el español Manuel Oliver Palomo (115-112), le dieron la victoria al Gato, mientras que el canadiense Craig Metcalfe (114-113) vio vencedor al Rey Gitano.
Después de esa derrota, Fury alegó que su preparación se había visto condicionada por una herida en su párpado derecho que había obligado a postergar la pelea (inicialmente programada para el 17 de febrero) y que le había impedido hacer sesiones de sparring. Y reveló que su esposa Paris, quien entonces estaba cursando un embarazo de seis meses, había sufrido un aborto espontáneo el día anterior al combate, aunque él recién lo supo al volver a Inglaterra. “Cuando me dijo que no podía venir (a Riad la semana de la pelea), supe que había un problema. Le pedí que me lo dijera, pero no lo hizo. Nunca me dijo que había perdido al bebé, pero yo lo sabía”, contó.
Tyson Fury cedió su invicto en el primer combate ante Oleksandr Usyk. Foto: Instagram @tysonfury.
Para este desquite no habrá excusas. “Esta vez fue mucho más fácil, hice mucho sparring y pude entrenarme adecuadamente”, aseguró el inglés, quien sostuvo que no realizaría grandes ajustes para este pleito. “Si hubiera sido una derrota aplastante, entonces tendría que cambiar algo drásticamente, pero como fue una pelea muy reñida, realmente no necesito cambiar mucho. Solo necesito estar un poco más concentrado. ¿Por qué cambiar cuando controlé el 80% de la pelea?”, se preguntó. Usyk, en cambio, imagina un panorama distinto. “Como Tyson sabe lo que yo hago y yo sé lo que hace Tyson, será una pelea diferente”, explicó.
Además de ubicar frente a frente a los dos mejores pesados del momento, la pelea del sábado ofrecerá una novedad que está llamada a generar una enorme controversia entre los especialistas y los fanáticos de este deporte: será la primera vez que se utilizará la inteligencia artificial para puntuar un combate profesional.
Oleksandr Usyk ganó sus 22 combates profesionales. Foto: Instagram @usykaa.
La iniciativa nació de la revista especializada The Ring, que el mes pasado fue comprada por Turki Alalshikh, presidente de la Autoridad General de Entretenimiento (GEA) de Arabia Saudita y nuevo hombre fuerte del boxeo mundial. Alalshikh anunció el martes que en la revancha entre Usyk y Fury actuaría “un juez controlado por inteligencia artificial” que estaría “libre de prejuicios y errores humanos”, aunque dejó claro que su labor “no afectará el resultado oficial” de la pelea, que, como de costumbre, quedará a cargo de tres seres humanos en caso de que no haya una definición categórica.
El magnate saudí compartió un video en el que se detallaba qué criterios utilizaría el dispositivo para hacer su evaluación: “La agresividad, los golpes recibidos, el impacto, los despliegues defensivos y la probabilidad de victoria en tiempo real”. “Esto no es solo inteligencia artificial. Está revolucionando el boxeo, es equidad impulsada por la tecnología y la experiencia humana”, remataba el corto. Casi inmediatamente afloraron las dudas sobre la posibilidad de que una herramienta tecnológica sea capaz de superar la apreciación de un ser humano. La primera prueba será este sábado, aunque la discusión, sin dudas, no se saldará entonces.