Las Aulas Talleres Móviles (ATM) capacitaron a más de 350 personas en Misiones durante este año, ofreciendo formación en oficios como gastronomía, refrigeración, energías renovables y saberes digitales. Distribuidas en diversas localidades, estas aulas itinerantes se adaptan a las demandas de cada región, promoviendo la formación práctica y técnica en sectores clave. Además, se presentaron avances como la diplomatura en biotecnología vegetal y se planifican nuevas acciones para el próximo año.

«Esta semana hicimos la presentación de los alumnos de la diplomatura en biotecnología vegetal, un convenio con el Ministerio del Agro y la Biofábrica. Fueron 24 tesinas presentadas y estoy muy conforme con el trabajo de investigación desarrollado durante las 600 horas que requiere el diseño curricular. Los trabajos reflejan el esfuerzo y dedicación de los estudiantes, lo cual es muy satisfactorio para el programa», comentó Gonzalo Mena, delegado del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (Inet) y coordinador del programa.

A su vez, explicó que las ATM están diseñadas para ofrecer formación profesional en distintas áreas. Gastronomía es una de las orientaciones más demandadas, con dos aulas operativas en El Soberbio y 25 de Mayo. «En 25 de Mayo, el 99% de los estudiantes fueron mujeres, algo que no había ocurrido antes en el programa. Esto demuestra el interés de las mujeres por capacitarse en este oficio, que es clave para el crecimiento del sector turístico en la región».

Asimismo, en Aristóbulo del Valle, la orientación en refrigeración y climatización también tuvo una alta demanda. En esa línea, Mena destacó que los municipios apuestan por estas capacitaciones debido a su impacto positivo.

«Armamos una cadena muy satisfactoria, los municipios piden una aula y cuando se retira, suelen solicitar otra porque ven los beneficios que deja el programa en términos de mano de obra calificada. Es una inversión importante que hace el municipio para poder brindar que estas capacitaciones sean totalmente gratuitas. Sabemos que las carreras son costosas sobre todo gastronomía y los alumnos están asistiendo».

En general, la oferta de cursos incluyó energías renovables en Capioví, que requiere conocimientos avanzados en electricidad, y saberes digitales en Wanda, donde se enseñaron habilidades como operador de PC e introducción a la programación. En Oberá, se dictaron cursos de operario piscícola, hortícola y apícola. Según el delegado del Inet, estas ofertas son mayormente prácticas y se desarrollan en el campo, lo que permite adaptarlas a las necesidades del sector agropecuario local.

«Lo que más me impresiona es el compromiso de los estudiantes. Día de lluvia, tormenta o mal tiempo, los alumnos salen de la colonia para asistir a clases. Esto refleja no solo su interés por aprender, sino también la calidez y el compromiso que se genera dentro del aula entre instructores y alumnos. Es un ambiente de aprendizaje único. Cerramos el año con muchas solicitudes y hay muchos compromisos ya asumidos para el próximo ciclo».

Compromiso

Sobre el rango de edades de los estudiantes, el referente de las ATM sostuvo que es amplio, abarcando desde los 18 hasta los 55 años. Mientras, áreas como automotores en Gobernador Roca atraen principalmente a hombres, se observa un aumento en la inscripción de mujeres interesadas en aprender mecánica para reparar sus propios vehículos o incorporarse a talleres familiares. «Es muy interesante escuchar a las mujeres en los cursos de mecánica. Muchas buscan aprender para reparar sus propias motos o para integrarse en el taller familiar. Esto demuestra cómo la formación profesional puede adaptarse a diversas necesidades».

Otro aspecto del programa es el mantenimiento de las aulas, que ya llevan casi una década en funcionamiento. Este año realizaron reparaciones en el aula de instalaciones domiciliarias en Oberá, que volverá a estar operativa el próximo año.

Además, trabajan en la planificación de nuevas localidades para las ATM en 2025. «Estamos evaluando las necesidades de los municipios y cómo adaptarnos a los cambios. Queremos seguir ofreciendo capacitaciones que respondan a las demandas locales y promuevan el desarrollo económico y social en Misiones», concluyó Mena.

Experiencias

Mariana Martinelli (18) participó en el curso de mecánica de motos ofrecido por las ATM en Gobernador Roca. Relató que la experiencia fue fundamental para adquirir conocimientos y habilidades en la reparación y mantenimiento de motocicletas, incluyendo aspectos como embrague, cambios, frenos y suspensiones.

«La experiencia práctica en el aula de taller móvil me dio la confianza necesaria para realizar mi pequeño taller más adelante. La parte del curso que me permitió entender y mejorar mi necesidad en el mercado laboral fue la decisión de analizar el mercado de dependencia en mi enseñanza. También me enseñó a adaptar mi negocio para satisfacer a mis clientes, aplicando planes de negocio y de marketing», puntualizó.

En ese marco, la joven destacó que el curso también le brindó acceso a una red de contactos profesionales, apoyo para continuar formándose y el taller de mecánica de motos le permitió definir su negocio y extenderlo a otros servicios relacionados.

De la misma manera, subrayó la importancia de adquirir conocimientos no sólo para reparar motos propias, sino también para desarrollar su emprendimiento.

«Gracias al curso pude emprender muchos trabajos y ahora estoy de a poco haciendo un taller. Es pequeño, pero me ayuda mucho para el mantenimiento de motos, como cuando se arruina una válvula o la suspensión. Este curso fue muy bueno para mí, porque tengo una moto y necesitaba conocimiento para arreglarla».

Por último, Martinelli relató cómo se inscribió. «Me enteré del curso a través de una publicación en Facebook, donde dejaron un número de teléfono. Anoté el número, mandé mensaje y el señor me inscribió. Luego me agregaron a un grupo con los demás chicos que iban a cursar. El curso empezó en junio y se dictaba los miércoles y jueves de 14 a 17».

«Nos generó confianza en nosotras mismas»

Las Aulas Talleres Móviles (ATM) se convirtieron en una herramienta esencial para la formación profesional en Misiones, ayudando a sus participantes a transformar sus proyectos personales en negocios viables. En este contexto, Mónica Rutke, egresada del curso de gastronomía en 25 de Mayo, destacó cómo esta capacitación le permitió mejorar su emprendimiento y le dio confianza para soñar con un futuro próspero.

«Nos generó mucha confianza eso de tenernos, como una autoconfianza en nosotras mismas y que en algún momento con este conocimiento vamos a llegar a tener un negocio, un propio negocio con todo lo que necesitamos y con las herramientas necesarias».

Actualmente, Mónica trabaja desde su casa y realiza ventas ambulantes en moto. Aunque ya tenía experiencia previa, la formación en las ATM le permitió perfeccionar su técnica y optimizar su producción. Según explicó, aprendió a pesar cada ingrediente y a seguir recetas de manera profesional, dejando atrás el método de hacer «a ojo». Esto mejoró significativamente la calidad de sus productos y el acabado final, haciéndolos más atractivos para sus clientes.

De igual forma, la emprendedora valoró la enseñanza de cómo utilizar las redes sociales para potenciar su negocio. «Nos enseñaron a usar las redes sociales para vender nuestros productos. Aprendimos a crear cuentas en Instagram, a formar grupos de WhatsApp con el nombre de nuestro emprendimiento y a publicar constantemente para captar la atención de los clientes».

Además, la egresada resaltó que el curso les brindó herramientas prácticas para mejorar la gestión financiera de sus emprendimientos y aprendieron a calcular costos y a establecer precios finales con un valor agregado.

De acuerdo a la experiencia de Rutke, este conocimiento fue fundamental para quienes recién comenzaban. «Enseñaron muchísimo a sacar el valor agregado a cada producto, cómo sacar el presupuesto para llegar a un precio final y poder venderlo correctamente».

Otro aspecto que resaltó fue el trabajo en equipo aprendido durante las clases. «Nos enseñaron a trabajar grupalmente, a entender que no siempre se lidera, sino que hay que colaborar con los compañeros. Esto será útil cuando tenga que trabajar con colegas en un negocio más grande».

Sin embargo, también identificó desafíos en su comunidad. En 25 de Mayo, muchos productos innovadores que aprendieron a preparar no están disponibles en las panaderías locales y los vecinos suelen resistirse a probar cosas nuevas. «Nosotros lo hacemos, lo publicamos y queremos vender, pero la gente no se anima a comprar y probar algo nuevo. Igualmente, creo que hay que ser constante, siempre ofrecer un producto nuevo y diferenciarse de los demás locales».

Por último, la emprendedora agradeció las charlas adicionales que recibieron durante el curso que les proporcionaron herramientas prácticas para gestionar sus negocios. «Nos trajeron capacitaciones sobre cómo acceder a préstamos y elegir buenos ingredientes. Por ejemplo, en pastelería aprendimos a usar mantecas con mayor contenido de materia grasa, para que el resultado final sea superior. Esto hace que nuestros productos no sólo se vean bien, sino que también sean más sabrosos y atractivos para los clientes».