El fin de las iniciativas de verificación de datos de Instagram y Facebook, la creciente desinformación que se vive en la plataforma X y las dificultades para encontrar contenidos que no estén curados por algoritmos de recomendación han transformado de manera radical la experiencia de las redes sociales en los últimos meses y parece motorizar el regreso de viejas formas de comunicación digital como los blogs y los newsletters.
En un artículo publicado hace unos días, el neurocientífico y filósofo estadounidense Erik Hoel sostuvo que para combatir la banalidad y el caos de plataformas centradas en los videos breves, como Instagram o TikTok, la solución no está en innovar sino, por el contrario, mirar hacia atrás.
“Necesitamos un espacio en donde la información triunfe sobre la interacción”, escribe en su blog el médico británico Ashwin Sharma.
En su visión, los viejos blogs y los resucitados newsletters son “el último bastión de la buena Internet”, ya que invitan a una participación más profunda y deliberada, en contraste con el consumo fragmentado de contenido que venimos experimentando en los últimos años.
En estos días, por ejemplo, X se llenó de teorías conspirativas sobre distintos hechos, desde una serie de drones que volaban por New Jersey, que eran adjudicados a extraterrestres, hasta una niebla que se afirmaba era parte de un ataque químico. Nada fue cierto, pero los posteos eran tan populares que los algoritmos no dejaban de recomendar estos contenidos.
Se trata de una nueva era para las redes sociales que coincide con el regreso al poder de Donald Trump y que quedó preanunciada por la decisión de Mark Zuckerberg de eliminar las instancias de verificación de la información en Facebook e Instagram y reemplazarlas por “notas de la comunidad”, el método que utiliza la plataforma X, ex-Twitter.
Así Elon Musk, el CEO de X, se transforma en una referencia en esta flamante etapa para Silicon Valley tras su rol decisivo en la campaña presidencial y su designación como funcionario de la nueva administración.
El empresario, coronado como la persona más adinerada del mundo en 2024, no duda en compartir en su perfil noticias falsas, denigrar a otros usuarios e interferir en cuestiones políticas.
Su influencia, incluso, va más allá de los Estados Unidos. Musk comenzó el año atacando al canciller y al presidente alemanes y apoyando públicamente al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en plena campaña electoral.
Y como si este clima de creciente hostilidad no fuese suficiente, Meta también anunció que está desarrollando personajes creados por Inteligencia Artificial que tendrán sus propios perfiles en Instagram y Facebook con los que se podrá interactuar.
Si bien aseguran que serán fácilmente distinguibles de los perfiles de personas humanas, parece razonable temer que puedan darse confusiones acerca de si estamos interactuando con usuarios reales o bots.
Como escribió en su blog el médico británico Ashwin Sharma: “Cuando tus redes se conviertan en un simulacro repleto de bots, anhelaremos algo real. Necesitamos un espacio en donde la información triunfe sobre la interacción”. Si hace quince años las redes sociales mataron a los blogs, ¿2025 será el momento en el que resucitarán?
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