El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca amenaza con generar «graves violaciones» de los derechos humanos en Estados Unidos, advirtió este jueves la ONG Human Rights Watch, que teme también el impacto en el resto del mundo donde los derechos ya son víctimas de «erosión».
Este segundo mandato del republicano «hace temer que su administración esté repitiendo o incluso amplificando las graves violaciones de los derechos de la primera» en Estados Unidos, pero también amenaza con afectar en otras partes del mundo, en particular al «animar a líderes autocráticos a hacer lo mismo», señala la organización en su informe anual publicado el jueves.
Al mismo tiempo, la organización denunció que la inacción «cobarde» de muchos gobiernos a la hora de defender el derecho internacional y las instituciones alienta la «erosión» de las reglas internacionales. Y teme que el regreso de Trump al poder empeore la situación.
Desde Gaza a Sudán, pasando por Birmania, Haití, Venezuela o Nicaragua, el mundo fue testigo en 2024 de «las violaciones más extremas», denunció la directora de la organización Tirana Hassan en una entrevista con la AFP con motivo de la publicación, este jueves, del informe anual de la organización.
Marcado por más de 70 elecciones en otros tantos países y por mortíferos conflictos, el año 2024 fue un test para «la integridad de las instituciones democráticas» y el derecho internacional, dice el informe de casi 550 páginas que analiza la situación de más de un centenar de países.
El informe de HRW sobre derechos humanos también apunta contra los autócratas de Venezuela y Nicaragua. Foto: REUTERS
Pero muchos gobiernos «no han superado esta prueba», afirma HRW, que cita el «aumento de la represión» en Rusia, India, Venezuela o Nicaragua, y los conflictos armados en Gaza, Sudán y Ucrania.
Las guerras y otras crisis humanitarias, marcadas por «la cobarde reticencia de muchos gobiernos» a la hora de combatir las violaciones de derechos, han puesto de manifiesto «la erosión de las normas internacionales para la protección de civiles y el devastador coste humano cuando se pisotean», insiste este guardián de los derechos humanos en el mundo.
«Cuando los gobiernos no actúan para proteger a los civiles en peligro, no solo los abandonan a la muerte y las heridas, sino que socavan las normas que protegen a la población en el mundo», dice el informe.
En el banquillo de los acusados se encuentran los «autócratas» que han «reforzado su poder en países como Rusia» y Malí, así como «democracias liberales» que «no siempre son defensoras fiables de los derechos humanos, ni en casa ni en el extranjero».
El primero y más importante de ellos es el Estados Unidos de Joe Biden, que «ha seguido transfiriendo armas a Israel» pese a que «se acumulan las pruebas sobre el uso de armas estadounidenses para perpetrar crímenes de guerra y matar a civiles» en Gaza, recuerda Tirana Hassan.
Un mensaje peligroso
La «incoherencia» que han mostrado algunos estados en su defensa de los derechos humanos es «muy peligrosa porque envía el mensaje de que algunos derechos se aplican a algunos y no a otros», advierte.
La situación podría empeorar con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca la próxima semana, alerta HRW, que teme que «repita o amplifique las graves violaciones de derechos» que se constataron durante su primer mandato, lo que envía un mensaje a los autócratas «a hacer lo mismo».
«La administración Trump sugiere que habrá ataques contra los derechos humanos, los derechos de los migrantes, las mujeres y las personas LGBT a nivel nacional. Pero el impacto en política exterior también podría ser muy grave», afirma Tirana Hassan.
Si Estados Unidos se aleja de nuevo del sistema multilateral, «dejará un enorme vacío que llenarán actores oportunistas como China, a quienes nada les gustaría más que poder avanzar en sus políticas contrarias a los derechos», añade.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, un autócrata que reforzó su poder, según Human Rights Watch. Foto. AP
A pesar de este sombrío panorama de la situación de los derechos humanos en el mundo, «no todo es pesimismo», insiste, y señala que, ante la inacción de los gobiernos, la justicia internacional y los movimientos populares están tomando el relevo, como el que en agosto desalojó del poder en Bangladesh a la ex primera ministra Sheikh Hasina, cuando gobernaba el país con mano de hierro.
Estos «movimientos de resistencia» ponen de manifiesto una «realidad crucial: la lucha por los derechos suele estar liderada por personas comunes y corrientes hartas de la injusticia y la corrupción», afirma HRW.
Una lucha que es «el reto de nuestro tiempo», insiste.
Aunque todo el mundo puede sentirse «abrumado por los horrores» que tienen lugar en todo el mundo, «no podemos permitirnos el lujo de levantar las manos y decir que es demasiado difícil», suplica.
«Porque si algo nos ha enseñado 2024 es que ignorar los derechos humanos, ignorar su violación, no es un ejercicio académico ni una cuestión de derecho. Hay vidas afectadas. La gente muere».
Como en Gaza, donde HRW acusa a Israel de «crímenes contra la humanidad» y «genocidio», o en Sudán, donde los civiles son víctimas de «atrocidades generalizadas» o en Haití, donde la violencia de las pandillas ha alcanzado «niveles catastróficos».
Fuente: AFP
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