Marchesín a Boca: sus llegadas frustradas, el buzo del Mono y su frase bostera cuando sonó en River

Porque no es la primera vez que Marchesín tiene a Boca a un paso. Primero, porque desde chico se imaginó volando de palo a palo en la Bombonera, defendiendo los colores que lleva en su corazón junto a su familia y ocupando el lugar que durante mucho tiempo fue de su ídolo de la infancia: el Mono Carlos Fernando Navarro Montoya.

Claro, en aquel momento se terminaba de frustrar por segunda vez su llegada a Boca, cuando ya jugando en América de México su valor de mercado impidió que sea él el refuerzo elegido para jugar la parte decisiva de la Copa Libertadores 2018, momento en el cual se sumó Esteban Andrada al Xeneize.

Un tiempo antes, la cosa llegó más lejos. Fue en 2016, durante su etapa en Santos Laguna y fue la primera vez que Guillermo Barros Schellotto (quien lo había dirigido en Lanús) lo pidió con fuerza. Tan lejos se llegó que el el frustrado pase motivó un fuerte comunicado por parte del club mexicano, en contra de la dirigencia que encabezaba Daniel Angelici, a quien acusaron de retractarse de una oferta aceptada inicialmente. Una situación que derivó en que el pase se cayera definitivamente y que el refuerzo de ese mercado sea el juvenil Axel Werner, quien sólo estuvo un semestre antes de la llegada de Agustín Rossi en enero de 2017.

«Me llegué a sentir jugador de Boca porque parecía que sí, luego que no, después que sí… Fue rara la negociación…», contó un tiempo después el propio Marchesín, quien aprovechó para dejar claras sus intenciones: «En River no atajaría, ni lo pensaría, no me saldría, estaría mal. Como tampoco lo haría en Banfield. Todo el mundo sabe que soy hincha de Boca y Lanús me dio todo». Clarísimo.

Cada vez más lejos de Boca, teniendo en cuenta su valor de mercado y el crecimiento de una carrera que lo llevó a jugar dos temporadas en el Porto y una en Celta de Vigo, mientras se mantenía como alternativa en la Selección de Lionel Scaloni, Marchesín volvió de Europa para jugar en Gremio de Brasil en la última temporada. Allí se destacó y se convirtió en un baluarte del Tricolor, tanto en las competencias locales como en la Copa Libertadores, en la cual lo eliminó el anterior campeón -Fluminense- por penales.

Todos esos años, el arco de Boca se fue pasando de mano en mano entre Rossi, Andrada y otra vez Rossi, hasta la llegada de Chiquito para ser la gran figura de 2023. Ya en el 2024 lleno de dudas, las especulaciones sobre un refuerzo para el puesto fueron creciendo. Y el nombre de Marchesín siempre estuvo dando vueltas, cuando era fue el primero en el que todos pensaban cuando el arco xeneize empezaba a pensar un relevo o alguien que le compita al pibe Leandro Brey.

Y finalmente se dio. Tal vez en el momento justo, tal vez no. Pero con muchos argumentos para pensar que con esta llegada, el arco de Boca cambiará de dueño para los desafíos que vienen. Y que Marchesín estará a la altura. Después de todo, se estuvo preparando toda su vida para lo que le espera a partir de hoy.