La necesidad de estar siempre conectados se volvió una constante en la vida cotidiana. Ya sea para trabajar, estudiar o simplemente entretenerse, el uso de teléfonos móviles y redes WiFi es prácticamente inevitable. Sin embargo, detrás de esta conectividad permanente, surgen preguntas sobre los efectos de la exposición prolongada a ondas electromagnéticas en la salud humana.
En este contexto, un estudio reciente llevado a cabo por investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México reveló datos preocupantes sobre los posibles efectos de estas ondas en el organismo. Los resultados generaron inquietud y reavivaron el debate sobre los riesgos de la tecnología en nuestra vida diaria.
Qué dicen los científicos sobre el WiFi y los celulares
Las redes de conexión inalámbrica y la telefonía móvil están presentes en todos los espacios: hogares, oficinas, escuelas y hasta en la calle. Con el objetivo de evaluar su impacto, científicos del IPN realizaron un experimento con más de 300 ratones de laboratorio, a los cuales expusieron a distintos campos electromagnéticos similares a los que generan los dispositivos tecnológicos actuales.
Los investigadores dividieron a los ratones en cinco grupos y los expusieron a:
- Señales de 860 MHz con una potencia de 0.5 W, comparables a las emitidas por los celulares con tecnología 2G.
- Frecuencias de 2.5 GHz con 0.1 W de potencia, similares a las de un módem WiFi común.
La conectividad permanente plantea interrogantes sobre sus efectos en la salud. Foto: Freepik.
¿Cuáles fueron los hallazgos del estudio?
El impacto de la exposición prolongada a ondas electromagnéticas fue notorio en los ratones estudiados. Según el informe, los animales presentaron diversas alteraciones biológicas y fisiológicas:
- Aumento significativo del estrés oxidativo en el organismo.
- Daños en los testículos de los ratones machos, afectando su fertilidad.
- Efectos neuropsiquiátricos, con cambios en el comportamiento y el estado de ánimo.
- Alteraciones severas en el ADN, que podrían vincularse a problemas genéticos a largo plazo.
- Muerte celular acelerada en ciertos tejidos.
- Dificultades en el desarrollo físico y motor, especialmente en los ejemplares más jóvenes.
Reducir la exposición innecesaria al WiFi y los celulares podría ser una medida preventiva. Foto: iStock.
¿Existe riesgo para los humanos?
Si bien los resultados del estudio no pueden trasladarse de manera exacta a los seres humanos, sí generan una alerta sobre los posibles riesgos de la exposición continua a este tipo de radiación.
Según el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), organismo dependiente de la OMS, los campos electromagnéticos podrían estar relacionados con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
A pesar de la falta de consenso absoluto, muchos expertos recomiendan minimizar la exposición a estas señales y tomar precauciones, como usar auriculares en lugar de apoyar el celular en la oreja, evitar dormir con el móvil cerca y reducir el uso innecesario del WiFi en espacios cerrados.
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