En su debut como jugador de Copa Davis por la Argentina, a Mariano Navone, 49° del ranking, le tocó una misión compleja: enfrentar como visitante a Casper Ruud, el número 5 del mundo, un jugador top consolidado y con tres finales de Grand Slam encima. Mientras pudo, el bonaerense intentó acomodarse al juego del nórdico, pero la lógica prevaleció y el tenista de mejor ranking de la serie se impuso con parciales de 6-3 y 6-3 para dejar 1-1 el match entre la Argentina y Noruega por los Qualifiers 2025 de la Ensaladera. En el primer cotejo de la jornada, Tomás Martín Etcheverry había necesitado casi cuatro horas para superar al juvenil Nicolai Budkov Kjaer por 7-5, 2-6 y 7-6 (7-5) y conseguir así el punto para el equipo albiceleste. Con su estreno sobre la superficie dura del Fjellhamar Arena, Navone se convirtió en el 90° jugador en representar a la Argentina en el mayor torneo del tenis por equipos.
Primer set
Ruud buscó imponer condiciones desde el comienzo. Mantuvo su saque en el game inicial y tuvo chances a continuación para quebrar. Navone consiguió sostenerse en el resultado y en el desarrollo. En el quinto game, el jugador de 9 de Julio generó ocasiones para quebrar, desde un 15-40; no pudo con la primera, y a continuación el noruego falló un revés para quedar 2-3. Sin embargo, y a continuación, tres errores no forzados del argentino precipitaron una rápida igualdad. Un game fatídico, que pareció torcer el desarrollo. Ganó Ruud en confianza, sus tiros con potencia empezaron a hacer daño, y volvió a quedarse con el servicio del argentino con un break en cero, para adelantarse 5-3 y luego cerrar el primer parcial con su saque y cuatro juegos en fila.
Segundo set
Ruud volvió a quebrar en cero el servicio de Navone. Más allá de algunos errores, el desarrollo comenzó a decantar del lado del jugador noruego, que tomó ventaja, aunque en varios pasajes se lo vio apurado por resolver el encuentro. En el sexto game, Ruud sacó 15-40 y levantó los dos break-points con su saque y cuatro puntos en fila. Del posible 3-3 al 2-4, el partido comenzaba a escaparse.
Mostró algunos rasgos interesantes el argentino, pero pesaron también su escasa experiencia en este tipo de canchas y bajo techo; cuando intentó atacar, se encontró con respuestas contundentes de Ruud. El noruego presionó una vez más sobre el saque de Navone y consiguió el último break para cerrar el cotejo por 6-3 y 6-3, en una hora y 13 minutos de acción y dejar igualada la serie, tal como se podía prever, más allá de los matices que tuvo cada encuentro.
“Obviamente, cinco minutos después de perder es difícil pensar en cosas positivas. Creo que el partido tuvo cosas buenas y cosas malas. De mi lado, estoy feliz por el debut, de que el equipo haya confiado en mí. Creo que por momentos hice cosas muy buenas, que pueden llegar a servir mañana en caso de ser necesario el quinto punto, y también hay cosas para corregir y para tener mejores opciones”, destacó Navone después de la derrota en su estreno copero.
“Lo importante era hoy sacarse el debut de encima, entender un poco cómo es una Copa Davis cuando estás adentro, y ya mañana manejarlo mucho más tranquilo”, amplió el jugador bonaerense. Sobre las claves del encuentro, el 49° del mundo expresó: “Casper tiene una gran derecha invertida, un buen drive paralelo, que maneja muy bien. La verdad es que sacó bien, en los break-points realmente sacó bien. Por momentos creo que me jugaron un poco en contra los nervios, me desesperé un poco y eso no me funcionó, él me llevó al máximo. Hay que entender que las primeras veces no son fáciles. Puedo jugar un mejor tenis, pero este era un inicio que había que sacar adelante, y mañana quizás tenga la posibilidad de jugar un quinto punto. Acá vinimos a jugar, lo que siento es que tengo ganas de corregir algunas sensaciones que tuve y llevarme una alegría de Noruega”.
Con el 1-1, la serie continuará este viernes, desde las 12 de nuestro país (transmiten TyC Sports y Dsports) en el Fjellhamar Arena. El primer cotejo será el dobles, en el que Andrés Molteni y Horacio Zeballos se medirán con Ruud y Viktor Durasovic; a continuación, Ruud se medirá con Etcheverry, y el cierre será con Navone frente a Budkov Kjaer. Los capitanes pueden disponer cambios en los minutos posteriores al partido previo, o una hora antes en el caso del primer encuentro de la jornada.
La Argentina busca lograr su primera victoria en una eliminatoria al mejor de 5 partidos de visitante desde 2016, cuando ganó sus cuatro eliminatorias fuera de casa para ganar la Ensaladera por primera y única vez. Las caídas fueron ante Kazajistán (2-3) en 2017 en Astana, ante Colombia (1-3) en 2020 en Bogotá y contra Finlandia (1-3) en 2023 en Espoo.
Incertidumbre hasta el final
Teniendo en cuenta que las posibilidades de Navone ante Ruud eran escasas, Etcheverry abrió la serie sabiendo que la Argentina precisaba su triunfo como agua en el desierto. Con apenas un puñado de series jugadas en la Copa Davis, el platense, de 25 años, asumió el lugar principal que le dio Frana con ilusión, pero estuvo muy lejos de ostentar un buen nivel en un estadio con capacidad para 2000 espectadores que no estuvo completo.
Al jugador entrenado por Horacio De la Peña se lo observó inseguro, con escasa pimienta en sus tiros y, como él mismo reconocería más tarde, le dio malas señales a su joven rival y eso le permitió tomar confianza al europeo. “Hay veces que pasa esto, sobre todo en la Copa Davis, en la que uno entra presionado. Se ganó con el corazón y estoy feliz por poder llevar el punto. Obviamente me costó mucho, no jugué bien, es la realidad. No me esperaba que el rival jugara así, pero yo lo dejé entrar mucho en el partido. Tengo que rever en frío lo que pasó para que no vuelva a suceder. Las subidas a la red me costaron mucho, erré muchas pelotas que generalmente no”, dijo Etcheverry, sin escaparle a la autocrítica.
Terminó el partido con diez aces, tres dobles faltas, con un 64% de primeros servicios, un 57% de puntos ganados con ese primer saque y un 52% con el segundo. Asimismo, Budkov Kjaer (campeón de Wimbledon junio el año pasado y usual jugador en condiciones bajo techo) le generó trece oportunidades de quiebre al argentino y concretó el rompimiento seis veces (demasiadas).
En medio de tantos condimentos, en el primer set sucedió algo insólito. El match se interrumpió porque dejó de funcionar el Electronic Line Calling Live –dispositivo electrónico que reemplaza a los jueces de línea–. Después de varios intentos fallidos por repararlo, el árbitro general y la jueza de silla dispusieron el ingreso de los jueces de línea al court para continuar el partido. En ese momento Etcheverry sacaba 0-40, pero el desafío se enfrió y terminó sosteniendo su saque (4-4), un logro valioso por cómo había arrancado el game. Desde allí demostró su mayor experiencia, creció y le rompió el saque a Budkov Kjaer (6-5); sacó para set y pudo aprovechar la oportunidad (7-5).
Lejos de amedrentarse, en el segundo set, Budkov Kjaer le quebró el saque al argentino en el segundo game (2-0), en el cuarto (3-1) y, también, en el octavo juego para adueñarse del parcial (6-2). El tercero fue una lucha emotiva, con más errores que aciertos. Llegaron al tie-break, el noruego (que llegó a acalambrarse) estuvo 3-1, pero Etcheverry tuvo inspiración y tranquilidad para dar vuelta la historia y, en el primer match point en su favor, cerró un partido sumamente dramático. El platense se dejó caer sobre la superficie azul, un desahogo tras casi cuatro horas en las que sufrió más de lo esperado.