El comienzo de un nuevo esquema cambiario, con menores tasas y el dólar oficial corriendo al 1% en febrero no desalentó nuevas presiones en el mercado paralelo. El CCL, que este miércoles quedó al borde de los $1.200, acumula un alza de 1,2% en las primeras tres ruedas del mes, mientras que el dólar MEP, que se había mantenido prácticamente sin cambios en enero, sube más de 2%.
Al mismo tiempo, ni las acciones ni los bonos argentinos pudieron recuperar terreno. El índice Merval cerró con una caída de casi 2% medido en dólares; mientras que toda la deuda argentina se movió en sentido negativo. El riesgo país volvió a subir hasta los 651 puntos. «Creemos que, para que vuelva a bajar de manera significativa, serán necesarios avances concretos en al menos una de las tres condiciones clave: la continuidad del ajuste fiscal, la acumulación de reservas y la estabilidad política», dijeron en Cohen.
La renovada presión en el tipo de cambio paralelo hace juego con una performance más pobre del Banco Central para comprar dólares para sus reservas. El organismo que preside Santiago Bausili apenas pudo compras US$ 112 millones en las primeras tres ruedas del mes, que si bien sirven para mantener el sesgo positivo, resultan un monto notablemente menor a los US$ 307 millones que había adquirido en los primeros tres días del mes pasado.
El nivel de reservas es lo que monitorea de cerca el mercado: este miércoles cerraron en US$29.353 millones, con una caída de US$ 70 millones respecto al día anterior
A mitad de la rueda, el CCL había llegado a superar los $ 1.200 su mayor nivel desde octubre pasado pero sobre el final retrocedió. «Estos valores están por encima de los “techos” contra los que venían operando en las semanas anterioress. No creemos que esto sea digno de afirmar un cambio en la política cambiaria o que el BCRA está buscando un nuevo nivel aún», explicaron en la consultora Outlier.
La falta de anuncios con el Fondo luego de su visita en la Argentina podría haber decantado un poco de nerviosismo en el mercado. Melisa Sala, economista de LCG, afirmó: «Aún con la buena carta de presentación que significa haber cerrado las cuentas fiscales con superávit financiero, no puede descartarse un escenario con el Gobierno aceptando correcciones a la estrategia cambiaria, posiblemente después de las elecciones. Con expectativas del mercado manifestando intranquilidad y tensión sobre la brecha, estos cambios podrían incluso llegar a acelerarse»
«La preocupación está: por eso bajaron las retenciones en el primer semestre, intentando que el BCRA siga mostrando una posición compradora neta en el MULC, y también en el CCL (vía el dólar blend) permitiéndole intervenir menos sobre la brecha. Algo semejante podría pensarse con la decisión de seguir garantizando una rentabilidad elevada en dólares (ajuste de la tasa de referencia en pesos sensiblemente menor al del crawling), no sólo incentivando la liquidación de las exportaciones para “hacer tasa” sino también el financiamiento corporativo en dólares que, con la obligación de liquidarse al dólar oficial, se transforma automáticamente en reservas netas», agregó Sala.
La estabilidad de la brecha cambiaria es clave para poder sostener el atractivo del carry trade, estrategia que favorece la calma en este frente. Analistas de Cohen afirmaron que la brecha no se disparará, debido a las intervenciones del Banco Central.
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Ana Clara Pedotti
Redactora de la sección Economía/Pyme. [email protected]
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