Todo comenzó en abril de 2024, cuando un hombre de 50 años denunció en la Comisaría Vecinal 14 A de la Policía de la Ciudad que había sido víctima de un robo bajo la modalidad conocida como “viuda negra”. Según relató, había conocido a una mujer a través de la aplicación de citas Badoo. Luego de intercambiar mensajes por WhatsApp, acordaron un encuentro en un bar de Recoleta, que culminó en el domicilio del denunciante en Palermo.
Una vez allí, la adolescente le colocó un somnífero en la bebida, provocando un sueño profundo. Mientras estaba inconsciente, la joven de 17 años permitió el ingreso de dos cómplices que robaron documentación, tarjetas bancarias, US$1500, $50.000, un reloj, tres celulares, una cámara de fotos, y otras pertenencias.
El caso, inicialmente, había recaído en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°3, pero al descubrirse que la mujer involucrada era una adolescente de 17 años, se dio intervención a la Fiscalía Nacional de Menores N°2, a cargo de la fiscal María Eugenia Sagasta.
La fiscal Sagasta, con la colaboración de la División Delitos Tecnológicos Complejos de la Policía de la Ciudad, desplegó un operativo que incluyó la intervención de líneas telefónicas, análisis de redes sociales y un operativo de compra controlada que permitió la detención de la menor el 31 de julio de 2024 en un outlet de Barracas. En dicho contexto se procedió al secuestro del teléfono celular, que permitió esclarecer que la joven junto a otras cinco personas integraba una organización que se dedicaba a la planificación y perpetración de hurtos, robos y defraudaciones. Además, pudieron confirmar que la imputada de 17 años vendía en redes sociales, algunas de las pertenencias sustraídas a las víctimas.
Durante los allanamientos realizados en el barrio Zavaleta (Villa 21-24), se hallaron objetos robados, blísteres de clonazepam y midazolam, teléfonos celulares descartables, tarjetas SIM con titularidades falsas y cuatro guantes de nitrilo negro, utilizados para manipular las escenas del crimen.
Este caso, que evidencia una planificación minuciosa y la utilización de menores para cometer delitos, marca un precedente en la lucha contra las asociaciones ilícitas que operan a través de herramientas tecnológicas, dejando a la vista la sofisticación con la que actúan estas organizaciones criminales.
La causa
El juez Enrique Gustavo Velázquez, del Juzgado Nacional de Menores N°4, dispuso la elevación a juicio y son seis los imputados por integrar la asociación ilícita integrada por dos organizadores, tres mujeres mayores y una adolescente de 17 años como “coautores de los delitos de asociación ilícita, robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda, defraudación mediante el uso de una tarjeta de débito -en grado de tentativa- y encubrimiento agravado por el ánimo de lucro -reiterado en dos oportunidades-. Todos agravados por la participación de una persona menor de edad”, expresa el expediente.
De la totalidad de los integrantes de la banda, cinco se encuentran detenidos, a excepción de una de las acusadas, pareja de uno de los organizadores, quien quedó procesada sin prisión preventiva por facilitar su teléfono celular para planificar y cometer los hechos.
La investigación reveló que la banda no solo perpetraba robos bajo la modalidad de “viudas negras”, sino que también realizaba hurtos en vehículos utilizando inhibidores de señal, violaciones de domicilios, defraudaciones con tarjetas sustraídas en otros robos y obtenían líneas telefónicas con identidades falsas que usaban para cometer los delitos.