SANTIAGO DE CHILE.– Familias enteras discuten frente a una góndola de notebooks, parejas calculan precios en sus celulares y, por cada chileno en la fila de una caja de una tienda de shopping, hay al menos dos argentinos cargados de bolsas. El fenómeno no es nuevo, pero este verano alcanzó niveles desbordantes. Y la motivación de miles de argentinos que viajan a Chile en plan de compras como leitmotiv, originó un nuevo mantra: mientras el tipo de cambio siga siendo favorable, la cordillera nunca será un obstáculo.
“Lo que en la Argentina sería un lujo, acá en Chile es posible”, dice genuinamente emocionado Ricardo Avendaño, un agente de viajes de turismo religioso que manejó, junto a su esposa, más de 2000 kilómetros desde Córdoba para llegar a la tierra prometida del consumo de electrónica y el lugar donde los sueños tecnológicos se hacen realidad.
“Llevamos dos televisores. Uno de 75 pulgadas que acá nos costó $1.390.000 y en la Argentina cuesta $3.600.000. Es una locura porque son precios imposibles de conseguir en Córdoba. El cambio es casi uno a uno”, complementa Marilyn Rigo, la esposa de Avendaño, quien orgullosa muestra otras de sus compras: un aire acondicionado portátil, una cafetera y una aspiradora. “Todo por un tercio de lo que cuesta en la Argentina”, añade.
Entre la amplia variedad de productos tecnológicos, hay dos que son los más apetecidos entre los compatriotas: notebooks y smartphones de alta gama. Los televisores gigantes —esos de más de 60 pulgadas— están circunscritos a quienes llegan por tierra y pueden transportarlos, al igual que los equipos musicales.
“Y en todos los lugares de compra la dinámica es la misma: en el sector de electrónica, está lleno de argentinos. Yo vivo en Chile ahora, tengo varios amigos que me han encargado algunas cosas”, cuenta Diego Kaed, quien durante el sábado pasado recorrió y se instaló en el Parque Arauco junto a su hija Martina, y la amiga de ella, Sol Agüero. “Esta es una inversión: acá llegás a cambiar tu computadora, a renovar tu iPad. No comprás electrónica que no te sirve, acá venís porque es parte de tu laburo”, añade Kaed.
Precisamente, uno de los productos estrella es el iPhone 15, el famosísimo smartphone de gama alta diseñado, desarrollado y comercializado por Apple, que corresponde a la decimoséptima generación del fabricante, y que está siendo desplazado por el modelo 16. Esto provocó inmediatamente una baja de su precio, lo que está siendo aprovechado por los fanáticos argentinos de la marca, que llegan a Chile a adquirir de uno o más equipos. ¿El valor? Un iPhone 15 Pro tiene un costo de 999.990 en Chile (US$ 1.021), mientras en Argentina vale 1.575.000 (US$ 1.494); es decir, un 31% más oneroso.
“Desde marcas icónicas hasta productos básicos, el ahorro es evidente, y la experiencia de compra se transforma en una razón más para visitar Chile, fenómeno que no solo beneficia a las grandes marcas, sino también a pequeños negocios de los principales puntos turísticos del país”, plantea la consultora Matrix Consulting, quien analiza las razones del fenómeno.
“Puede explicarse por la combinación de la alta inflación y los elevados costos impositivos de Argentina, que encarecen los productos nacionales, frente a una economía más estable y competitiva en Chile”, comentan.
Los shoppings más visitados por los argentinos son tres: Costanera Center (que ahora se llama Cenco Costanera), Parque Arauco y el Easton Outlet Mall, que es un centro comercial abierto ubicado en el norte de Santiago, en el límite de avenida Américo Vespucio, la circunvalación que rodea a la capital chilena. Los dos primeros cuentan con tiendas ancla como Falabella, Ripley y París, mientras el outlet es un compendio de marcas internacionales y de tiendas reconocidas.
“No me quiero ir”, bromea Franco Fernández, otro joven argentino que llegó directamente al Parque Arauco a comprar un notebook Lenovo, y también celebra la decisión de abrazar el turismo de compras. “Vine a Chile para ver qué tal, y la verdad es que me sorprendió. Necesitaba un notebook y acá lo encontré en un precio increíble. Me costó un 60% menos”.
“Acá lo más caro es la estadía y la comida. Pero vale la pena venir. Son lugares cómodos y modernos, la experiencia de compra es muy buena”, añade la cordobesa Marilyn Rigo, quien también adquirió productos de cocina.
Las freidoras de aire, de hecho, son otros de los hits. La marca Oster ofrece una de cuatro litros de capacidad en Chile por 59.990 pesos chilenos (US$ 61,32), mientras que en la Argentina el mismo modelo se encuentra a 194.999 pesos argentinos (US$ 185), un 67% más caro.
Neumáticos
Para quienes han venido por tierra, la compra de productos para los vehículos también ha sido importante. En esa categoría los neumáticos han sido un producto clave. Si un Kit de dos neumáticos Continental Conti Power Contact P 175/65R14 82 T, tiene un valor de 264.000 pesos en Argentina; en Chile, por 228.000 pesos se puede comprar tres unidades de exactamente el mismo modelo. “Sabemos que es difícil pasar un neumático en el baúl y que el impuesto es importante, pero hacemos lo que hacen todos: los traemos colocados en el vehículo y se acabó el problema”, explica Ricardo Avendaño.
Desabastecimiento
En 2024, llegaron a Chile 1.762.103 argentinos, un aumento de 78.6% con respecto a 2023 (986,485). De acuerdo con el Servicio Nacional de Turismo de Chile (Sernatur), en diciembre se produjo el peak con 272.807 personas, lo que se tradujo en un alza interanual de 144.2% frente a los 111.727 turistas a diciembre de 2023.
Por ello, el masivo arribo de argentinos ha jugado un papel importante en la suba de compras minoristas en Chile. Según datos de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), el sector cerró con un alza anual en ventas de 7,4%, y el segundo semestre creció un 4,6%, mientras que en diciembre el aumento fue de 2,2%.
Incluso, tal ha sido el enjambre de argentinos comprando, que surgió un concepto que parecía impensado hace meses: el desabastecimiento. “Estamos muy contentos con la llegada de argentinos, que partió ya a fines del año pasado, por el turismo de compras. Los productos más demandados han sido vestuario, artículos eléctricos, calzado y neumáticos, hasta el punto de de generar desabastecimiento en algunos rubros”, confiesa el presidente de la Cámara Regional de Comercio de Valparaíso, Javier Torrejón.
Torrejón advierte además que la tendencia ha evolucionado y su contribución a las economía chilena ha sido transversal. “Los argentinos no solo vienen a comprar, sino que ahora se están quedando más tiempo impactando no solamente al turismo de compras, sino también a la hotelería y a la gastronomía”.