“¡Vamos, Cerúndolo!”, se escuchó desde la tribuna cuando Francisco Cerúndolo sacaba con el marcador dos iguales en el primer set. “¡Bien, Cerundolo! ¡Bien!”, dijo otro unos minutos más tarde. El chiste estaba cantado. Es que en el court Guillermo Vilas, la cancha central del Buenos Aires Lawn Tennis, se enfrentaba el 28 del mundo y raqueta número uno de Argentina ante Juan Manuel, su hermano menor.
Esas pocas palabras lograron distender a Alejandro, “Toto”, el padre de ambos, quien se mostró calmo, sereno, también algo tenso y en ese momento esbozó una tímida sonrisa mientras observaba el encuentro junto a su esposa María Luz en el palco de jugadores. Fue un comportamiento poco habitual en él. Es que el día anterior, cuando sus dos hijos jugaban en simultáneo sus respectivos partidos de primera ronda, Cerúndolo padre se volvió viral al difundirse un video que lo muestra mirando los dos partidos desde una ubicación estratégica. Y se llevó un reproche de Fran. “¿¡Te podés callar!?”, le gritó en medio del partido al escuchar un grito de aliento de su padre para su hermano.
Esta vez no hubo indicaciones del padre para ninguno de sus hijos. Tampoco los arengó y ni siquiera se lo vio aplaudir los puntos de uno ni del otro. Simplemente se dedicó a disfrutar, si es que cabe en una situación como esta, y apenas intercambió algunas palabras con su esposa y con otras de las personas presentes en el mismo sitio del court central.
Horas antes, los dos hermanos se habían entrenado en canchas contiguas y allí tampoco se lo vio a ‘Toto’. Decisión tomada de mantenerse al margen, al menos en este momento tan especial.
A diferencia de la batalla de casi 3 horas que más temprano jugaron Diego Schwartzman y el chileno Nicolás Jarry, vivido con clima de Copa Davis en las tribunas por la rivalidad entre Argentina y Chile, el choque Cerúndolo-Cerúndolo lució apagado. Tal es así que por momentos se escuchaba más el griterío de la cancha 2, donde se estaban enfrentando Sebastián Báez y Thiago Seyboth Wild en otro «Superclásico» sudamericano.
Aunque al ganar el brasileño en sets corridos mucha gente se trasladó hacia la central, el marco no cambió demasiado. Y mucho tuvo que ver en ello la abrumadora superioridad de Fran, quien dominó a su hermano con la derecha y no permitió que el público entrara en acción. Lo tuvo corriendo de acá para allá durante la hora y 17 minutos que duró el partido, resuelto con un contundente 6-2 y 6-3 para ser el primer albiceleste en cuartos de final, donde lo espera ni más ni menos que el alemán Alexander Zverev, el número 2 del mundo y máximo favorito al título.
“¡Vamos, Juanma!”, fue lo que más se escuchó, tímidamente, en el final para levantar a quien corría de atrás, pero la tendencia ya sería irreversible. No hubo gran festejo por parte del hermano menor al sellar la victoria con su saque. Tampoco ninguno de los dos celebró con mucha efusividad los puntos durante el partido. Y en el final se saludaron con un lindo abrazo en la red. Todas muestras de respeto mutuo.
“Era un partido muy difícil de jugar. Uno nunca se quiere enfrentar a su hermano. Soy su hincha número uno cada vez que juega y enfrentarnos acá es un orgullo para toda la familia por todos los años que venimos entrenando juntos”, concluyó el ganador en la entrevista post partido.