Misiones
Con la corona y la banda de Juani en alto, sus padres se unieron a la banda del Janssen para despedirlo
La comunidad educativa del Instituto Politécnico San Arnoldo Janssen despidió con profunda emoción a Juan Ignacio Acosta, el joven estudiante que falleció tras varios días de internación. En la mañana de su último adiós, sus compañeros le rindieron un sentido homenaje musical frente a la institución, minutos antes de que el cortejo fúnebre partiera hacia su descanso final.
Uno de los momentos más conmovedores de la despedida fue cuando sus padres se unieron a la banda del colegio para despedir a su hijo, portando su corona y la banda de rey estudiantil. Su madre, con una entereza conmovedora, sostuvo con amor los símbolos que lo distinguieron en la vida, mientras la música resonaba en su honor.
La banda del colegio, conmovida por su partida, interpretó acordes en su honor, mientras el silencio y las lágrimas de amigos, docentes y familiares acompañaban el momento. El tránsito en la calle Santa Catalina fue interrumpido para permitir que la comunidad estudiantil se despidiera con música y respeto.
Uno de sus amigos tomó la palabra en medio del homenaje y expresó con voz quebrada: «Nosotros tres no queríamos saber nada de estudiantina sin Juani. No queríamos ver un instrumento, un ton de piso, nada, no queríamos saber de estudiantina. Pero la familia nos pidió que, por favor, toquemos, que hagamos lo que a él le gusta». Sus palabras reflejaban el profundo impacto que su partida dejó en quienes lo conocieron.
Luego, conmovido, agregó: «Ahora en cualquier momento van a venir a cortar la calle. Ahí vamos a bajar, vamos a tocar fuerte, que se escuche hasta allá arriba, que le llegue a Juan. Rompan el instrumento, como siempre se les dice, pero hoy es con un motivo muy serio. Acuérdense en todo momento por qué estamos acá. Hoy no estamos celebrando nada. No hay nada lindo para celebrar, no hay nada lindo para contar. Estamos acá pura y exclusivamente por Juan Ignacio Acosta, eterno rey del Janssen. Compañero y amigo como ningún otro».
Desde temprano, la Parroquia San Alberto Magno recibió a quienes querían darle un último adiós. Entre abrazos y palabras de consuelo, la misa en su honor fue un reflejo del cariño que supo cosechar. Luego, sus restos fueron trasladados al cementerio Tierra de Paz, donde familiares, amigos y allegados lo despidieron con profundo dolor.
Juan Ignacio, de solo 16 años, era un joven apasionado por el deporte y muy querido por su carisma. Su inesperada descompensación en un gimnasio lo llevó a una lucha de seis días en terapia intensiva en el Hospital Madariaga, pero finalmente un infarto cerebral apagó su vida, dejando una huella imborrable en quienes lo conocieron.
Su partida generó conmoción en toda la comunidad y muchas preguntas sobre lo ocurrido. Por ello, las autoridades judiciales solicitaron una autopsia para esclarecer las causas de su fallecimiento y descartar cualquier condición preexistente. Mientras tanto, las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida, recordándolo como un joven alegre, lleno de vida y con un futuro prometedor. En cada foto compartida con su corona de «rey» estudiantil, quedó reflejado el amor y la admiración que sus compañeros sentían por él, asegurando que su recuerdo permanecería intacto en sus corazones.
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