Desde este viernes, el precio del boleto de las 31 líneas de colectivos que circulan solo por la Ciudad sube de $ 371 a $ 408,24. Además, se informó que a partir de abril habrá ajustes mensuales del 2% más el índice de inflación nacional. Por otro lado, las líneas de colectivo que atraviesas la Gral. Paz y pertenecen a Nación, mantendrán por el momento el mismo valor. Por eso, será la primera vez que habrá líneas con boletos de distinto precio circulando en la Ciudad, lo que generará que, por recorridos similares, los usuarios paguen precios diferentes.
Pase lo que pase, hay que viajar igual
En una recorrida de Clarín, este viernes temprano, los pasajeros reciben la noticia del aumento con un encogimiento de hombros y una mueca de resignación. Quienes esperan el colectivo en las cercanías de la estación Constitución, responden al aumento de la misma forma: “Tengo que seguir yendo a trabajar”. Mientras algunos manifiestan indiferencia, otros aseguran que el problema no es que el transporte sea caro, sino que los sueldos sean tan bajos y este aumento es uno más entre otros. Varios son los trabajadores que cambiaron el subte (aumenta el viernes a $ 832) por el colectivo, y otros tantos más, los que incorporaron los desplazamientos en bicicleta en estos últimos años.
La mayoría no piensa en cambiar de línea por más de que haya una diferencia en el precio. Hay quienes hace años toman una única línea, como Orlando Padilla (47), que llega todos los días a Constitución desde Florencio Varela y de ahí toma el 84 hacia su trabajo en un restaurante. No sabía del aumento, pero sí está seguro de que, pase lo que pase, va a tener que pagarlo igual. Por su parte, está contento con la línea que toma, opina que tiene una excelente frecuencia y que las unidades cuentan con aire acondicionado, lo que le parece fundamental.
Ezequiel Llamal (19) toma todos los días la línea 9, cuya tarifa por ahora no aumentó, pero piensa que aunque «hagas cuentas y se te vaya”, estaría bueno que los servicios mejoren, aunque cree que están funcionando bastante bien.
Qué lineas aumentaron
Las líneas 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132 y 151 son las que tienen un recorrido que empieza y termina en la Ciudad y desde este viernes cuentan con una tarifaa de $ 408 para el boleto mínimo, contra los 371 que siguen costando las de jurisdicción nacional.
Para Patricia Ayala (58), el aumento es “una desgracia”. Originaria de Perú, vino a Argentina cuando tenía 16 años y, después de estudiar, eligió quedarse porque el país le encantó. Sin embargo, atrás quedaron aquellos tiempo porque Argentina “nada que ver con lo que era antes”. Es kinesióloga y trabaja desde hace 24 años atendiendo personas mayores en sus domicilios.
Con el aumento tarifario del año pasado, la forma en que Patricia trabaja se vio muy afectada y, según cuenta, tuvo que aprender a tomar colectivos. Hace énfasis en que fue mucho esfuerzo, porque se desplaza por toda la Ciudad y significó un gran estrés poder identificar las paradas y ubicarse. Y que además, los colectivos tardan mucho más que el subte, que tiene que pasar más tiempo entre paciente y paciente.
Aumento del boleto de colectivos en las 31 líneas de la Ciudad.
“Me conocía todo el entramado del subte. Y ahora tomo el 4, 53, 98, 9, 151, 25… y podría seguir.” Vive en Quilmes, sale a las 6.30 de su casa para Capital y está de vuelta a las 22. Es por eso que el aumento la llena de angustia.“¿Qué quieren, que nos quedemos encerrados? El sueldo es para pagar alquiler, servicios y transporte, no se puede hacer nada más”, comenta con tristeza. Deja resonando una pregunta: “¿Para esto estudié?”.
“El Gobierno tiene que aflojar con la gente más humilde, y ajustar arriba, diputados y senadores que cobran millones”, exclama María (78), que solo toma colectivos ocasionalmente. Comenta que tiene la suerte de contar con aportes económicos de sus hijos, pero que cada aumento golpea fuertemente a las personas jubiladas.
Con cansancio, José Luis Godoy (52), de Avellaneda, adhiere a esta postura. Trabaja en una empresa de criques hidráulicos en Capital y para él, cada vez que hay un aumento de tarifas del boleto, “se perjudica siempre al laburante”. Pero, aumente o no, va seguir tomando colectivos y va a seguir haciendo «el mismo zigzag» que hace hace 20 años.
Aumento del boleto de colectivos en las 31 líneas de la Ciudad.
Manuel (26) y Agostina (25) esperan el colectivo sobre Montes de Oca y dejan en claro que no apoyan las medidas que están tomando ni el gobierno nacional ni el de la Ciudad. Se dedican al diseño y atención al público y toman en su mayoría líneas que pertenecen a Provincia (tendrán un 10% de aumento desde el 1° de marzo), pero también algunas de la Ciudad.
“Hacen cosas sin sentido, como el ploteo de los bondis, las visuales, que en definitiva no cambia nada, el colectivo sigue funcionando igual”, aporta Manuel. Opinan que nada tiene que subir hasta que no aumenten los sueldos y que el transporte tendría que funcionar en su totalidad con subsidios.
Por otro lado, Marcos Balceda, que espera el tren en Constitución, está de acuerdo con el aumento de tarifas, porque opina que el precio del boleto quedó atrás en comparación al resto de las cosas, aunque no tiene mucha fe en que el servicio mejore.
Argumentos para el aumento
«Con este nuevo cuadro tarifario, la Ciudad busca recomponer el atraso de la tarifa teniendo en cuenta que actualmente cubre el 70% de los subsidios», explicaron fuentes del Gobierno porteño. El objetivo es similar al que esgrimió la administración nacional el año pasado, cuando comenzó la gestión de Javier Milei como presidente.
Sin embargo, y aunque hay una resolución del año pasado que estipula que el boleto de colectivo debe actualizarse en forma bimestral según el IPC, el último ajuste se hizo en agosto del año pasado, cuando se llevó el boleto mínimo a $ 370. Pero no hubo más aumentos, en parte debido a que el costo del transporte tiene impacto directo sobre el índice de inflación, uno de los factores que el Gobierno muestra como logros de gestión.
Si la administración federal no ajusta sus tarifas, la brecha se irá incrementando mes a mes. Según pudo saber Clarín, de los encuentros entre funcionarios porteños y nacionales surgieron compromisos de estos últimos de actualizar el costo de los boletos.La decisión del Gobierno porteño, que se suma a la que anunció la Provincia de Buenos Aires y pondrá en práctica el 1° de marzo, puede hacer que la Nación imite ambas medidas.
Celeste Siarrusta
Maestría Clarín/Universidad de San Andrés
SC