Los premios del sindicato de actores (SAG) que se entregaron este domingo en Los Ángeles tienen la fama de ser el mejor indicio de lo que sucederá exactamente dentro de una semana en la gala de los Oscar ya que el grupo de votantes en uno y otro galardón es prácticamente el mismo. El gremio de actores es además el más numeroso entre los sindicatos que eligen a los ganadores para la Academia de artes y ciencias cinematográficas. Así, la 31a. entrega de los SAG comenzó con una fija: Kieran Culkin se llevó la estatuilla-pesadísima según él-, al mejor actor de reparto por su papel en la comedia dramática Un dolor real.
Con el triunfo de anoche, Culkin ya completó el último casillero que le faltaba para quedar a centímetros de levantar el Oscar el domingo que viene. Mucho más tarde Zoe Saldaña hizo el mismo camino cuando ganó como mejor actriz de reparto gracias a Emilia Pérez, la película que después del escándalo provocado por los posteos racistas de su protagonista, Karla Sofía Gascón, a pesar de ser el film más nominado con 13 menciones probablemente solo tenga asegurada esta categoría en los premios de la Academia. Y cuando parecía que el resto de los galardones del cine irían por el mismo camino que el resto de los premios de la temporada, los SAG dieron su gran golpe de efecto hacia el final de la noche con el triunfo de Timothée Chalamet como mejor actor principal. Hasta ese momento, esa categoría parecía estar entre Adrien Brody (El brutalista) y Ralph Fiennes (Cónclave). Sin embargo, Chalamet resultó reconocido por su papel en Un completo desconocido, un reconocimiento que lo tomó visiblemente por sorpresa.
Algo más esperado fue el premio a la mejor actriz para Demi Moore gracias a su trabajo en La sustancia aunque los votantes de los SAG volvieron a abrir el juego al otorgar el galardón al mejor elenco a Cónclave, el film de Edward Berger, protagonizado por Ralph Fiennes, John Lithgow, Stanley Tucci, Isabella Rossellini y Sergio Castellitto, entre otros. El grupo de actores de la película que transcurre en el Vaticano durante el concilio para elegir a un nuevo santo pontífice mencionó al papa Francisco al presentar el film. “Antes que nada le queremos desear al papa Francisco una pronta recuperación”, dijo Rossellini hacia el inicio de la ceremonia. El hecho de que los galardones cinematográficos hayan sido tan salomónicamente distribuidos, los actores de Cónclave no ganaron en ninguno de los rubros individuales en los que estaban nominados pero sí como grupo, da cuenta de la incertidumbre que marcó toda la temporada hasta ahora.
Por el lado de la TV todo empezó según lo esperado con los primeros triunfos de Anna Sawai y Hiroyuki Sanada, ganadores de los premios a mejor actriz y actor principal por Shōgun, la serie de Disney+ que también se quedó con el premio más codiciado de la noche entre las series: mejor elenco de un drama. Así, los intérpretes japoneses cerraron la racha que habían inaugurado en los premios Emmy del año anterior. Y lo mismo sucedió con la mejor actriz de comedia: Jean Smart, se quedó con el galardón por la fantástica Deborah Vance que interpreta en Hacks (Max). Para su contraparte masculina, los SAG se animaron a cambiar el libreto y en lugar de volver a darle el premio a Jeremy Allen White y reiniciar la discusión sobre si El oso es o no una comedia, prefirieron reconocer la labor del legendario Martin Short en Only Murders in the Building (Disney+) que, para sorpresa de todos, incluidos los primeros interesados, luego ganó la estatuilla al mejor elenco de comedia.
Más allá del reparto de premios, la ceremonia de los SAG honró a los bomberos y rescatistas que trabajaron durante los incendios que devastaron a Los Ángeles y sus alrededores hace pocas semanas pero a diferencia de lo que sucedió en los Grammy en este caso, el homenaje resultó más orgánico gracias al montaje de escenas de muchas películas y series de TV que retrataron la ciudad. A falta de pausas publicitarias, la fiesta de los actores estructuró su marcha con la ayuda de otros segmentos sobre el mundo de los intérpretes. Hubo un espacio para las reinas de los gritos de las películas de terror, otro para los más famosos actores invitados en la perenne serie policial Law & Order y sus muchos desprendimientos- el clip incluyó imágenes de Bradley Cooper, David Harbour, Sabrina Carpenter, Elle Fanning, Timothée Chalamet, Jeremy Allen White y Viola Davis- y otro para los intérpretes que dieron sus primeros pasos en las telenovelas.
Aunque en los SAG se celebra tanto a los actores del cine como a los de la televisión, lo cierto es que con los Oscar a la vuelta de la esquina los galardones más esperados de la noche son siempre los de los intérpretes de la pantalla grande. Tal vez con el afán de crear más suspenso, la ceremonia dejó de lado al cine por un buen rato para entregarle a Jessica Gunning (Bebé reno) y Colin Farrell (El pingüino), sus estatuillas como mejores actores en una miniserie y luego presentar el merecido premio a la trayectoria a Jane Fonda.
“Los actores no creamos nada tangible, nosotros creamos empatía. Muchas personas van a sufrir por lo que está pasando y lo que vendrá. No importa el partido político que apoyes tenemos que darle la bienvenida a todos porque vamos a necesitarnos para resistir lo que se nos viene. Esto es serio, muchachos, así que seamos valientes”, exclamó Fonda sin nombrar a Donald Trump aunque su mensaje hiciera clara referencia a sus medidas como presidente. Los presentes así lo entendieron y del mismo modo como se pusieron de pie cuando subió al escenario, lo volvieron a hacer al final del discurso de la actriz y activista que a los 87 años sigue siendo una de las figuras más prominentes de la vida pública estadounidense.
Otro pasaje emotivo de la ceremonia llegó con el recuerdo a los artistas fallecidos el año pasado, un segmento presentado por Lisa Kudrow que apenas parecía poder contener las lágrimas al recordar a su amigo y colega en Friends, Matthew Perry fallecido en 2023.
Si el propósito de la ceremonia de los SAG, más allá de ser la celebración de los actores para los actores, era predecir lo que sucederá el domingo próximo en el teatro Dolby hay que decir que hacia el final de las dos horas y casi veinte minutos de transmisión prácticamente todas las incógnitas que existían antes de la fiesta permanecen y, de hecho, se sumaron algunas nuevas para reconfirmar que esta seguirá siendo la temporada de premios más impredecible de los últimos años hasta su último acto.