ROMA.- Fiel reflejo de que sigue recuperándose y de que entró en una fase de convalecencia menos blindada y más abierta, el papa Francisco recibió este miércoles por la tarde la visita, estrictamente privada, del rey Carlos III y de la reina Camilla, que se encuentran de visita de Estado en Italia.
Pese a que el soberano, que es también la cabeza de la Iglesia anglicana, había cancelado semanas atrás su visita oficial a la Santa Sede, de común acuerdo, a la espera de una plena recuperación del Pontífice, las leves mejoras de las últimas dos semanas pasadas en Santa Marta hicieron posible el encuentro, según pudo saber LA NACION de fuentes informadas. Esta corresponsal incluso vio la salida del pequeño convoy de autos de los monarcas británicos del portón del Perugino -una de las entradas al Vaticano, que queda cerca de la residencia de Santa Marta- a las 16.46 locales, en medio de un gran despliegue policial en la zona. Para pasar desapercibido, el convoy, formado por vehículos con vidrios polarizados, no llevaba ninguna bandera.
La pareja se había reunido previamente con el papa Francisco en una visita al Vaticano el 4 de abril de 2017. El Rey Carlos, entonces príncipe de Gales, también se había reunido con el papa Francisco el 13 de octubre de 2019, en la canonización de San John Henry Newman. El rey Carlos previamente se había reunido con los predecesores del exarzobispo de Buenos Aires, Juan Pablo II y Benedicto XVI. La madre del rey, la fallecida reina Isabel II, había visitado el Vaticano durante el año Jubilar del 2000 y había tenido una audiencia privada con Juan Pablo II, uno de los cinco papas (incluido Francisco) que conoció durante su largo reinado.
Pese a la cancelación de la visita oficial al Vaticano, que en principio debería haberse dado el 8 de abril, en los últimos días la prensa italiana había especulado con un posible encuentro, estrictamente privado e informal, entre el Papa y el rey Carlos. Este se dio justo al cumplirse el 20 aniversario de su casamiento con Camilla y cuando el Papa, gracias a ejercicios de rehabilitación, fisioterapia respiratoria y fisioterapia motora, ha mostrado grandes pasos adelantes, también en cuanto a la utilización de la voz.
“Yo rezo por el Papa”, confesó ayer el rey Carlos en un “garden party” que tuvo con representantes de diversas confesiones en una recepción en su honor que tuvo lugar en el jardín de Villa Volkonsky, la residencia del embajador británico en Roma, según informó la agencia ANSA.
Esa frase fue la antesala del encuentro reservadísimo y breve de esta tarde, que no fue anunciado ni por el Palacio de Buckingham, ni por el Vaticano. Días atrás, uno de los médicos del Papa, el cirujano Sergio Alfieri, al comentar la inesperada reaparición de Francisco al final de la misa del Jubileo de los Enfermos, el domingo pasado -cuando el Pontífice ostentó un estado mucho mejor y saludó a la multitud-, había adelantado que no podía excluir ulteriores sorpresas.
El encuentro -del cual al momento no trascendieron imágenes-, ocurrió en el tercer día de la visita de Estado de los monarcas británicos a Italia y en Roma.
Con una agenda de los más cargada y en una capital revolucionada por su presencia, la reunión del Papa con los monarcas tuvo lugar después del momento culminante de la jornada, que fue cuando el rey Carlos se convirtió en el primer soberano británico que habló ante el Parlamento en una sesión conjunta. “Espero no arruinar el idioma de Dante”, arrancó el soberano hablando en italiano y haciendo gala de su british sense of houmour.
El monarca, que recordó el vigésimo aniversario del fue aclamado, además, al rendirle homenaje a la Resistencia italiana al nazifascismo, así como a la figura del juez antimafia Giovanni Falcone, asesinado por la Cosa Nostra el 23 de mayo de 1992. Entonces, el rey Carlos recordó que su madre, la reina Isabel II había pasado su cumpleaños en Tivoli ese año y que luego visitó Capaci, el lugar del atentado al magistrado. “Italia siempre estará en mi corazón, así como ocurrió con mi adorada madre”, destacó.
“Gran Bretaña e Italia están unidas en la defensa de los valores democráticos. Nuestros países han apoyado a Ucrania en momentos de necesidad y nuestras fuerzas armadas están codo con codo en la OTAN. Estamos infinitamente agradecidos por el papel de Italia al albergar bases clave de la OTAN y que lidere numerosas operaciones en el extranjero”, añadió Carlos III en su intervención, en la que también habló sobre el clima.
“Es profundamente alentador ver a Italia y al Reino Unido trabajando juntos para combatir la pérdida de biodiversidad y reducir las emisiones. No puedo sino aplaudir a los emprendedores italianos por sus éxitos pioneros: desde la primera central geotérmica del mundo hasta la primera instalación nacional de contadores inteligentes. Hoy he tenido el placer de conocer a emprendedores en el ámbito de la transición energética: el futuro de todos depende de su éxito”, afirmó.
Así como empezó su aplaludido discurso hablando de la lengua de Dante Aligheri -cuya tumba visitará mañana en Ravenna-, el rey Carlos también concluyó mencionando al ilustre poeta y símbolo de la cultura : “Cualesquiera que sean los desafíos e incertidumbres que enfrentemos como naciones, en nuestro continente y más allá podemos superarlos juntos. Lo haremos juntos. Y cuando lo hayamos logrado, podremos decir con el gran poeta: ‘Y entonces salimos a ver las estrellas de nuevo’.