Un brote de sarampión ha encendido las alarmas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) y en varios municipios de la Provincia de Buenos Aires, especialmente en Florencio Varela y Berazategui. La enfermedad, que había sido erradicada en Argentina desde 2016, ha resurgido debido a una caída en las tasas de vacunación. Este fenómeno pone de manifiesto la importancia de mantener altas coberturas de inmunización para evitar la propagación de enfermedades prevenibles.
En el programa Punto de Vista, conducido por Sabrina Spinelli, la doctora Liliana Arce, pediatra infectóloga, explicó que el sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se transmite por vías respiratorias. “El virus puede quedar suspendido en el aire durante un tiempo después de que una persona infectada tosa o estornude, lo que facilita la transmisión a otras personas”, señaló Arce, resaltando la capacidad del virus de propagarse rápidamente en espacios cerrados.
Los casos de sarampión reportados en Argentina están vinculados a viajeros provenientes de Tailandia, Dubái y Brasil, lo que evidencia cómo las enfermedades importadas pueden afectar a poblaciones con baja inmunización. «Si el 95% de la población infantil estuviera vacunada, como deberia de ser, no ocurrirían brotes. Pero hoy en día tenemos una cobertura de solo el 80%, lo que aumenta las probabilidades de que el virus se propague», advirtió la Dra. Arce.
El sarampión, que había sido eliminado en el país hace casi tres décadas, vuelve a representar una amenaza debido a la caída de las tasas de vacunación. Este descenso en diferentes en zonas del país donde la cobertura vacunal ha sido insuficiente para prevenir la propagación del virus. Arce mencionó que, en algunas regiones, el nivel de vacunación es inferior al 90%, un porcentaje lejos del 95% necesario para garantizar la inmunización colectiva.
Los síntomas del sarampión incluyen fiebre alta, catarro, ojos inyectados, secreción nasal y tos seca, seguidos por la aparición de una erupción cutánea roja característica. “El sarampión es altamente contagioso. Un niño con esta enfermedad puede transmitirla a entre 13 y 18 personas, lo que lo convierte en un virus de rápida propagación”, destacó la infectóloga, subrayando la peligrosidad de la enfermedad, especialmente para niños pequeños.
El regreso del sarampión pone en evidencia la vulnerabilidad de la población ante enfermedades que, aunque prevenibles mediante vacunas, pueden causar brotes cuando las tasas de inmunización bajan.
Es esencial que todos los niños reciban la vacuna a los 12 meses y la segunda dosis a los 5 años. De esta manera, se reduce el riesgo de transmisión y se asegura la protección colectiva frente al virus»
Liliana Arce, pediatra infectóloga
Por último se destacó que la situación del sarampión en Argentina es un claro recordatorio de la importancia de mantener las campañas de vacunación activas y accesibles para toda la población. Las autoridades sanitarias deben redoblar esfuerzos para aumentar la cobertura de vacunación y prevenir que enfermedades prevenibles se conviertan nuevamente en un riesgo para la salud pública.
La Dra. Arce concluyó: “Si no logramos mejorar la cobertura de vacunación, estamos expuestos a futuros brotes y a poner en riesgo la salud de los más vulnerables”.