El defensor de Sebastián, Eduardo Paredes construyendo la defensa pidió pidiendo una medida de seguridad, que implique un tratamiento compulsivo en una unidad del servicio penitenciario provincial. Se pasó a un cuarto intermedio. Y lo hace si no se considera el error de la prohibición, es decir si no se tiene en cuenta lo alegado por el imputado que no sabía que era delito bajar material de abuso sexual infantil de la red.
En una extensa exposición intercalada con la doctor María Laura Akvarenga, quien argumentó que no hubo abuso de una menor, amparándose en la «nulidad por indeterminación del hecho», Paredes dijo que Sebastián Kiczka había confesado que bajaba de internet el material de abuso sexual infantil, que no sabía que esto era delito.
Agregó que tiene policonsumo de drogas lícitas e ilíticas, ha estado entratamiento, vive en casa de sus padres y tiene 48 años. Argumentó que «La ultima oportunidad que tiene para su resocialización, considerando que ése es el objetivo de la pena, debe ser objeto de un tratamiento compulsivo en una unidad del servicio penitenciario provincial».