En la Semana Santa, el Viernes Santo es un día muy especial para los cristianos. Se trata del día de la muerte de Cristo. Se estila un día de ayuno, penitencia y luto, donde no se hacen celebraciones ni se comen carnes rojas o blancas, no se consagran hostias y tampoco se da ningún sacramento, excepto la reconciliación y la unción de los enfermos.
Qué pasó el Viernes Santo
El Viernes Santo conmemora el momento culminante del sufrimiento de Jesucristo: su pasión y muerte en la cruz. Esta jornada, central en el calendario cristiano, representa un llamado profundo a la contemplación del sacrificio de Cristo, quien —según la fe católica— ofreció su vida por la redención de la humanidad. Es un día sin celebración eucarística, marcado por la sobriedad litúrgica y el recogimiento espiritual, según la Agencia Católica de Informaciones – ACI Prensa.
Durante este día, los fieles asisten a una liturgia especial en la que se leen los pasajes evangélicos que relatan la crucifixión, se venera la cruz y se comulga con hostias consagradas el Jueves Santo. La Iglesia invita a acompañar interiormente a Cristo en su recorrido hacia el Calvario, no solo como un evento trágico del pasado, sino como un acto que permanece vivo en la fe.
Además de la liturgia, muchos creyentes participan en el rezo del Vía Crucis, una devoción que permite meditar cada etapa del camino de Jesús. Es también una jornada de ayuno y abstinencia, como gesto concreto de unión con el sufrimiento de Cristo y de preparación para la Pascua.
¿Qué se celebra en cada uno de los días de la Semana Santa?
- Domingo de Ramos: como ya se mencionó, la Semana Santa empieza con esta celebración, por el cual se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén, cuando fue acogido por una multitud. Aquel día, el pueblo le dio la bienvenida aclamándolo y agitando ramas de olivo para saludar a quien consideraba “el hijo de Dios” o “el Mesías”. Es por eso que, en esta fecha, los feligreses suelen llevar ramas de este árbol a misa para que sean bendecidas y guardarlas, luego, en su casa el resto del año. Este siempre es el domingo anterior a la Pascua.
- Lunes Santo: es conocido como conocido el “Lunes de Autoridad” porque se conmemora cuando Jesús, en medio de días decisivos, revela en qué radica su autoridad sobre el género humano y toda la creación. Además, se recuerda la muerte infructuosa de la higuera, símbolo del juicio que caerá sobre quienes no den frutos de arrepentimiento.
- Martes Santo: en la Iglesia Católica se la llama “Martes de la Controversia” porque es un momento de preparación para el Triduo Pascual. En esta jornada se recuerda los momentos en los que Jesús tuvo que enfrentar a sus acusadores y a aquellos que tenían el poder de condenarlo.
- Miércoles Santo: es uno de los días más relevantes de esta semana porque se recuerda la traición de Judas contra Jesús. Este era uno de sus 12 discípulos y entregó al Hijo de Dios al Sanedrín, tribunal religioso judío, por 30 monedas. A partir de este momento, el plan para matar a Jesús está en marcha. Por esta razón, muchos se refieren al Miércoles Santo como “el primer día de luto de la Iglesia” o el “Día de la Traición”.
- Jueves Santo: se rememora la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, como gesto de despedida. Durante este encuentro, Jesús estableció la Eucaristía, al bendecir el pan y el vino, y decirles a sus apóstoles que por medio de estos elementos recibirían su cuerpo y su sangre. Al terminar, Jesús fue a rezar al Huerto de los Olivos para prepararse para lo que vendría. Allí lo fueron a buscar para aprehenderlo.
- Viernes Santo: este día se destina a la Pasión de Cristo, que llevó a su muerte en la cruz. Se acostumbra a rememorarlo mediante un Vía Crucis, que en latín significa “el camino de la cruz”.
- Sábado Santo: se trata del día entre la muerte y la resurrección de Jesús. Esta jornada está dedicada especialmente a la Virgen María, quien padeció la muerte de su hijo. Además, es un día de esperanza por la promesa que había realizado Jesús al decir “Al tercer día resucitaré de entre los muertos”.
- Domingo de Pascua: se recuerda el momento en que Jesús resucitó y, por ello, es la fiesta más importante para los cristianos. Las señales de este momento fueron el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.