
Por: Leandro Sánchez
Lo salarial es la motivación más importante, los 570.000 pesos que gana un docente que recién se inicia es el motivo, con una canasta familiar por encima del millón de pesos es motivo suficiente, pero además nos preocupa que manden 380 pesos por día por alumno para los comedores de jornada completa (para la media jornada es la mitad), en un contexto económico tan difícil como el actual (en realidad esa cifra fue la del fin año, en lo que va del 2025 no mandaron nada todavía), también nos preocupa que no lleguen más libros que dependía de un programa nacional y en la zona de frontera donde se habla el portuñol, donde la aparición de un libro nuevo en casas donde tal vez hay solamente una biblia es un gran acontecimiento cultural que ya no ocurre, que no se arreglen algunas escuelas, se terminen las que estaban en construcción o se construyan nuevas es un problema, como también nos preocupan los problemas derivados de la implementación del sistema SUNA (Sistema Único de Novedades de los Agentes) que su implementación no trae innumerables problemas y por el cual se crea una confusión tremenda por los errores de funcionamiento. En algún momento se dijo que cada pueblo debía tener su EPET, pero no le construyeron su edificio o se abrieron secundarios con la promesa de la pronta edificación nueva y en muchos casos eso no ocurrió nunca. Para incremento salarial, infraestructura, materiales y comedores nos dicen que no hay plata, al igual que lo expresa el gobierno nacional, pero, sin embargo, vemos que cada tanto aparece una nueva denuncia por corrupción que parece que nunca se resuelve. Todo esto repercute en la calidad educativa, un pibe con hambre no puede aprender, alumnos hacinados tampoco van a estar totalmente predispuestos a la tarea. Esas son las motivaciones que nos llevan a enviar notas a los responsables, a salir por la prensa, a marchar y a llegar a medidas más extremas o a parar por el futuro de la educación en Misiones.
La respuesta del gobierno es ignorar los reclamos y la judicialización, amenazar con llevarnos a juicio oral. Esta respuesta, ¿soluciona algo?
Claro que no. Intenta amedrentar y acallar las voces de los que piden mejores salarios, al igual que lo hacen tratando de desviar la atención, mostrando que pusieron internet en las escuelas o haciendo cursos para enseñar cómo es el sindicalismo que ellos pretenden, no soluciona los problemas.
Un reclamo colectivo como este que se desarrolla en asambleas, en plazas y cuyas acciones son votadas a mano alzada por los que las van a desarrollar no se va a parar porque condenen a dos maestros, como los que a lo ancho y a lo largo de la provincia sostienen la escuela pública misionera con venta de comidas para reparar o de ferias de distinto tipo para sostener el comedor… porque los están castigando a ellos.
Apresaron a los policías que reclamaron salarios y ahora lo intentan con los maestros, pero este proceso colectivo no se va a poder parar porque nos lleven a juicio.
*Docente y secretario General de la Unión de Trabajadores de la Educación de Misiones (UTEM).