Misiones
Bicis y activismo: la Masa Crítica volvió a tomar las calles de Posadas
Posadas fue escenario de un encuentro que reunió bicicletas, arte y militancia verde. La convocatoria, bajo el nombre “La Masa se Planta”, marcó el regreso de la Masa Crítica a las calles misioneras, en una celebración que fue mucho más que una pedaleada: fue una declaración de principios.
Desde las 16.30, ciclistas de todas las edades partieron desde el mástil de las avenidas Uruguay y Mitre rumbo a la Costanera. El destino: el bikepark, donde se desplegó un espacio de encuentro entre activismo y cultura. La jornada coincidió con los 13 años de la primera Masa Crítica en la ciudad, un dato que no pasó desapercibido para quienes vienen sosteniendo el movimiento desde sus inicios.
La Masa Crítica nació en San Francisco, California, en los años 90, como una forma de promover la movilidad sustentable y la convivencia vial. En Posadas, adoptó desde el comienzo una impronta que la alejó de las modas y la acercó a la acción política: cada rodada fue un llamado a repensar la ciudad desde el cuerpo, la calle y el derecho a habitar sin motores ni ruidos violentos.
“La Masa se planta” no fue solo una vuelta simbólica al pedal, sino una articulación con otras causas urgentes. Coincidiendo con el Día Mundial del Cannabis (20 de abril), la propuesta sumó como eje central el reclamo por un acceso seguro y sin criminalización al cannabis medicinal y productivo.
La Mesa Interinstitucional de Abordaje del Cannabis acompañó con un stand informativo, donde se compartieron saberes sobre los usos terapéuticos de la planta y se impulsó una campaña de firmas en apoyo al proyecto de Ley de Abordaje Integral del Cannabis y el Cáñamo, actualmente en debate legislativo.
Ya en el bikepark, la jornada se volvió celebración. DJ Sabrosur Selekta y el VJ Parra dieron el puntapié sonoro y visual a un atardecer de sonidos conscientes. Siguieron Raíz, con su reggae de raíz misionera y poética terrestre, y Rudas Kuir, la banda punkifeminista que viene creciendo en cada escenario con un mensaje tan filoso como necesario.
A la par, la feria reunió a emprendimientos locales, colectivos cannábicos, la Feria de Vinilos y espacios de difusión sobre el autocultivo y la salud comunitaria. El clima fue de encuentro, disfrute y reflexión, en una ciudad que todavía debate cómo hacer lugar a otras formas de vivir lo urbano.
En tiempos en que la velocidad y el consumo marcan el pulso de las ciudades, la apuesta por moverse en bici, reunirse frente al río y hablar sin tabúes sobre el cannabis medicinal se vuelve un gesto político. Plantarse es eso: resistir, ocupar el espacio, ser visible.
“La Masa se Planta” fue, en definitiva, una jornada que recordó que otra ciudad es posible. Una ciudad donde circular no sea solo llegar, sino compartir, escuchar, cuidar. Donde la libertad no sea una palabra vacía, sino una experiencia colectiva.
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