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Los dirigidos por Fernando Gago llegaban al Monumental con un buen momento, clasificado y con la certeza de que era el mejor primero. Este domingo, esas certezas no fueron tales: un esquema desconocido, algunos jugadores que no estuvieron a la altura y un técnico con poca respuesta para el cambio y los ajustes (y la autocrítica). ¿Quién es el responsable de la derrota de Boca en el superclásico? Votá en la encuesta de Olé.
Los primeros 45’ le costaron mucho a Boca: tuvo pocas llegadas y se mostró muy a la defensiva ante un River que suele dar ventajas atrás. Esa única grieta fue aprovechada por un pelotazo que Miguel Merentiel, con todo su optimismo, convirtió en gol tras un error de Pezzella. Sin poder aprovechar ese envión, Boca volvió a refugiarse, luchó más de lo que jugó y, entre varios amonestados, lo más destacado del PT fue el pibe Milton Delgado, junto a Agustín Marchesin, que en el mejor momento de River evitó que la diferencia fuera mayor.
Con el entretiempo de por medio, el Xeneize salió mejor parado en el ST. Se pareció un poco más a lo que planteaba el DT: laterales lanzados, presión más alta para dificultar la salida rival y mayor participación ofensiva. River tuvo pocas chances claras, más allá del error en el cálculo de Delgado que casi termina en el 3-1.
Con Carlos Palacios demasiado atrás y con Boca manejando un poco más la pelota (aunque sin generar demasiadas situaciones claras), el equipo mostró una imagen distinta a la del primer tiempo e incluso estuvo cerca de empatarlo: primero con una doble tapada de Armani y Meza ante Battaglia, y sobre el final con otra gran atajada del arquero de River frente a Ayrton Costa.
La definición de la Bestia para el 1-1.
Boca tenía 3 amonestados en los primeros 20´.
Gago tampoco fue el de siempre: hizo cambios muy tardíos, que no dieron resultado, y sostuvo la línea de 5 hasta el descuento. Después, con poca autocrítica tanto de los jugadores como del propio técnico, a Boca no le queda otra que enfocarse en las últimas dos fechas, ante Tigre y en el cierre en la Bombonera contra Atlético Tucumán. Después, será tiempo de pensar en los playoffs, donde el único objetivo posible será ser campeón para intentar tapar estos golpes.
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