
En el barrio Alberto Fernández, Raquel Alvarado encabeza una iniciativa cargada de compromiso y esperanza. Es la responsable de un comedor comunitario que, además de alimentar a decenas de familias, busca ser un espacio de contención para los jóvenes de la zona. Sin embargo, hay un obstáculo que se vuelve crítico cada vez que llueve: la falta de un techo.
“Tenemos el proyecto de un tinglado para cocinar los días de lluvia. No tenemos un espacio techado y cuando llueve, no podemos cocinar”, explica Raquel, con preocupación. Por eso, está impulsando la construcción de un pequeño tinglado que permita continuar con las tareas del comedor sin interrupciones.
Pero la idea va más allá. El espacio también serviría para dar talleres de herrería y carpintería a los jóvenes del barrio, como parte de una cooperativa en formación. “Queremos darles herramientas, una salida. La mayoría están metidos en las drogas y pocos son los que estudian. No encuentran una salida”, cuenta Raquel, que no baja los brazos a pesar de las dificultades.
La ayuda para levantar el tinglado es urgente. Quienes quieran colaborar pueden comunicarse con Raquel Alvarado al 3764 646332. Un techo no solo protegerá de la lluvia: puede convertirse en una oportunidad concreta para cambiar realidades.